Prevención secundaria
Prevenir un segundo ataque cardíaco: cuanto antes mejor
Un número considerable de estudios han documentado el poco uso de terapias de prevención secundaria en pacientes con reconocida patología arterial coronaria y que reciben asistencia médica estándar. Los individuos que presentan enfermedad arterial coronaria tienen un riesgo de acontecimientos y de muerte 5 a 7 veces más que la población general. Según la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), en el plazo de 6 años después de un infarto de miocardio, el 18% de los hombres y el 35% de las mujeres tendrán un infarto recurrente, el 7% y el 6% respectivamente, experimentarán muerte repentina y el 22% de los hombres y el 46% de las mujeres sufrirán algún grado de inhabilidad por culpa de un paro cardíaco. Los tratamientos médicos que apuntan al proceso subyacente de la enfermedad aterosclerótica pueden disminuir considerablemente el riesgo de mortalidad y de la recurrencia de eventos cardiovasculares. En general, los ensayos clínicos han demostrado reducciones significativas del riesgo cuando se prescriben aspirina, beta-bloqueadores, inhibidores de la ECA y estatinas en pacientes con enfermedad coronaria.
El no implementar estas eficaces terapias da lugar a gran cantidad de personas con riesgo innecesariamente alto. Sobre 2.5 millones de pacientes norteamericanos se hospitalizan cada año por enfermedad cardíaca coronaria, pero la mayoría no recibe los tratamientos óptimos capaces de reducir acontecimientos adversos y salvar vidas. Un análisis de los individuos tratados en el centro médico de la UCLA durante 1992 y 1993 reveló una significativa falla de manejo cuando éstos son tratados mediante cuidado convencional. Gracias al programa CHAMP de la UCLA, los pacientes reciben inmediatamente medicamentos reductores de colesterol y otros que también protegen el aparato cardiovascular además del asesoramiento sobre nutrición y estilo de vida mientras están en el hospital, a fin de reducir los riesgos y consecuencias potencialmente mortales de la de la patología coronaria.
CHAMP es el acrónimo de “Cardiovascular Hospitalization Atherosclerosis Management Program” (Programa hospitalario cardiovascular de tratamiento de la aterosclerosis) de la UCLA, el primer programa hospitalario de este tipo, desarrollado e implementado en 1994. Se basa en la hipótesis de que una intervención centrada en la aplicación de medidas secundarias de protección, sería una manera mucho más eficaz de iniciar el tratamiento, mejorando la conformidad del médico y del paciente. El programa ha demostrado que la modificación de los factores de riesgo y el tratamiento de la enfermedad coronaria pueden ser sistemáticamente integrados al tratamiento durante hospitalizaciones cardiacas sin recursos adicionales o de personal médico. Este acercamiento parece ser considerablemente más eficaz que el uso de guías convencionales y de cuidado estándar. La mejora en las tasas de tratamiento tuvieron un impacto dramático en los resultados clínicos para los pacientes asociados al CHAMP con una reducción del 57% en el riesgo del infarto de miocardio recurrente y mortalidad en el primer año después del ingreso hospitalario. Hubo también una reducción significativa de las hospitalizaciones.
Actualmente, la tendencia médica es analizar con detalle los beneficios de tratar precozmente, desde el mismo ingreso hospitalario, la posible hipercolesterolemia de los enfermos que han sufrido un accidente cardiovascular. La terapia con estatinas es uno de los campos de más interés dentro de la cardiología, sobretodo en la administración de estatinas al paciente coronario agudo, es decir, en la etapa crítica de ingreso por un accidente cardiovascular.
