Dr. Víctor Paredes comparte sus secretos sobre la pesca con mosca
Basado en su gusto por observar los parajes naturales del sur de Chile, el doctor Víctor Paredes Hoffman se acercó al tema de la pesca con mosca a mediados de ’70, manteniendo siempre este deporte como un pasatiempo, sin entrar en su práctica competitiva.
Además de su trabajo como pediatra en el Centro Médico Reloncaví de Puerto Montt, atiende a menores de escasos recursos en las dependencias que el Hogar de Cristo tiene en esa ciudad, es rotario y un abuelo muy orgulloso.
El profesional explica que la pesca con mosca es toda una experiencia de vida. “Crea amor por la naturaleza, pues permite disfrutar de las bellezas del entorno, lo que no siempre hacemos en forma cotidiana”.
Otro de los aspectos que destaca el médico, es que este pasatiempo enseña el valor de la paciencia. “Como el esfuerzo de prepararse y levantarse temprano, no siempre se ve recompensado por el éxito de obtener un buen pez, eso ayuda a aceptar mejor la adversidad y los fracasos”.

Para conjugar la práctica de pesca deportiva con su quehacer como médico, el doctor Paredes intenta organizarse lo mejor posible, repartiendo su tiempo entre la profesión, sus actividades recreativas y la familia. “La temporada va de noviembre a mayo, época en la que uno concurre a los lugares de pesca por el día, especialmente los fines de semana, aunque tampoco todos, porque también es importante dejar ratos libres para la familia. Hay que hacer un buen equilibrio y llegar a acuerdos”, explica.
Quienes quieran practicar este deporte, “necesitarán una caña y carrete de tipo mosquero, una línea cola de ratón y muchas moscas (señuelos) para engañar al pez. La caña no necesariamente debe ser cara, pues lo más importante es que se adapte a cada pescado y se acomode a su manera de efectuar el lance”, aclara el doctor Paredes.
El médico recomienda juntarse con otros aficionados y pedir opinión. “Los pescadores con mosca no son egoístas, pues suelen compartir sus experiencias y enseñanzas. También es importante saber la oración del pescador: Oh señor hazme pescar uno tan grande que no tenga que mentir nunca más”, dice riendo.

Aunque en esta actividad resulta bastante difícil poner de acuerdo a un grupo de personas, al médico le gusta practicar el deporte acompañado. “Coincidir con otros fanáticos es mucho mas entretenido. Además se cuentan anécdotas que enriquecen el día y se intercambian experiencias útiles y consejos. Con muchos colegas hemos ido a excursiones. Por ejemplo, he salido varias veces Cesar Cortés, nutricionista del Hospital de Puerto Montt.
Al ser consultado sobre alguna de las anécdotas que le han ocurrido en estos 30 años de pesca, el profesional recuerda un episodio que estuvo a punto de convertirse en tragedia. “Nunca se advierte que el traje de pesca lo hace a uno flotar y los pies se van hacia arriba. Una vez perdí el equilibrio y mi cabeza se hundió, mientras mis pies flotaban en el agua. Si no me hubiesen sacado luego del agua, me hubiera ahogado. Moraleja: usar siempre un chaleco salvavidas o chaleco de pesca con flotador inflable. No es barato, pero cuesta menos que un entierro”, concluye con el peculiar sentido del humor que lo caracteriza.
