Hospital Regional de Rancagua adquiere modernos retinógrafos
Los pacientes diabéticos pueden presentar una serie de enfermedades asociadas, una de las más frecuentes es la retinopatía diabética, la cual se desarrolla a partir del daño en los vasos sanguíneos de la retina que, incluso en estados avanzados, puede generar la ceguera del paciente.
Aún cuando la retinopatía diabética no se puede prevenir, el riesgo de desarrollarla puede reducirse controlando la enfermedad de manera adecuada, para ello uno de los exámenes fundamentales se realiza tomando una fotografía del fondo de ojo con una técnica conocida como retinografía.
Con el objetivo de detectar tempranamente dicha patología, evitando daños mayores, mejorando además la calidad de vida de quienes padecen este deterioro visual, el Servicio de Salud O’Higgins incorporó tres nuevos y modernos retinógrafos. La inversión cercana a los 60 millones de pesos, favoreció a los Hospitales de Rengo y Santa Cruz y al Hospital Regional Rancagua, donde el procedimiento se encuentra en marcha blanca.
El doctor Javier Lagos, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Regional Rancagua, comentó que con este equipo “el especialista, sin que se encuentre con el paciente, va a poder saber y discriminar con las fotografías qué persona tiene o no la patología retiniana, con lo cual aumentaremos la cobertura y mejoraremos el rendimiento de nuestros profesionales”.
“Por un tema económico, muchos de los pacientes acuden al especialista cuando el daño a la vista está muy avanzado y sus complicaciones son irreversibles. Lo que este aparato nos permitirá hacer es detectar la enfermedad en las primeras fases, donde es posible controlar al paciente a través de la alimentación, ejercicio y niveles de glucosa, con la finalidad de evitar que se provoque un daño mayor en el sistema ocular”, dijo.
Cabe destacar que el procedimiento es realizado por un tecnólogo médico quien toma varias fotografías de la retina de cada ojo mediante una cámara especialmente diseñada para este procedimiento, luego debe ser evaluado por el oftalmólogo para determinar si estos están dentro de la normalidad o no.
“Se puede abarcar una población mayor, tomando fotografías en tiempos en que el oftalmólogo no está presente, después el especialista ve las fotos y cita a los pacientes que presentan complicaciones, de lo contrario sólo los citamos para que dentro de un año vuelvan a realizarse el examen”, aseguró el doctor Lagos.
La retinografía se trata de una prueba sencilla y segura para el paciente que al no ser un procedimiento invasivo, no genera mayores molestias a los usuarios. Este examen es muy importante para los pacientes diabéticos. “Tener un fondo de ojo normal es un respiro para el diabético, pero tener un fondo de ojo alterado significa que la microcoagulación está produciendo otros daños y, a la larga, la persona va a presentar otras complicaciones, por ejemplo, insuficiencia renal o insuficiencia periférica de los pies, y de eso se van a dar cuenta cuando tengan una herida en el pie que no se cura”, puntualizó el especialista.
