Reflexión y aprendizaje
Analizan impacto del contexto social en la salud
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, OMS, los determinantes sociales de la salud son el conjunto de circunstancias en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido los sistemas sanitarios. Estas circunstancias son el resultado de la distribución del dinero, poder y los recursos a nivel mundial, nacional y local, dependiendo de las políticas adoptadas en cada país. Según los expertos, los determinantes sociales de la salud explican la mayor parte de las inequidades sanitarias, vale decir, las diferencias injustas y evitables observadas en y entre las naciones en este aspecto.
Para abordar este interesante tema se realizó en Concepción el seminario “Determinantes sociales de la salud: avances y desafíos en la Región del Bío Bío”, encuentro organizado por la Secretaría Regional Ministerial de Salud, la Dirección de Salud de la Municipalidad de Talcahuano y el Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Concepción.
La actividad contó con la participación de la doctora Orielle Solar Hormazábal, profesora agregada de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, profesional que ha trabajado durante años como consultora en este campo tanto en la Organización Mundial de la Salud como en la Organización Panamericana de la Salud, OPS.
Según la destacada facultativa, “no se pueden analizar los determinantes sociales sin hablar de las inequidades en salud que afectan el modo en que vive la gente, lo que aumenta la probabilidad de enfermar y el riesgo de morir en forma prematura. Está claro que estas desigualdades son el resultado de las diferencias en las condiciones de vida, el entorno en el que nace, crece, vive, trabaja, envejece y muere una persona, por lo que modificar estas condiciones generará cambios en la prevalencia de ciertas enfermedades y en la calidad de vida”.
El concepto de determinantes sociales surgió con fuerza hace poco más de 20 años, ante el reconocimiento de las limitaciones de intervenciones dirigidas a los riesgos individuales de enfermar, que no tomaban en cuenta el rol de la sociedad. Los argumentos convergen en la idea que las estructuras y patrones sociales forman u orientan las decisiones de ser saludables de los individuos.
“En una sociedad altamente estratificada, donde la posición social que ocupamos define y determina el acceso y el logro de la salud, es natural y común encontrar diferencias, que acentúan la desigualdad y producen frustración en una gran cantidad de la población. La tendencia y la evidencia empírica demuestra que cuanto más baja es la situación socioeconómica peor es el estado de salud. Esto no tiene por qué ser así y no es justo que sea así. Esas desigualdades y esas inequidades sanitarias podrían evitarse, y más aún se reconoce el imperativo ético de actuar sobre ellas y aminorar las diferencias, concentrando los esfuerzos en aquellos grupos donde la carga es más sustancial”, subrayó la doctora Solar.
Junto a la conferencia de la especialista se realizó una mesa redonda de carácter multidisciplinario que abordó experiencias regionales y locales respecto de la incorporación del enfoque de los determinantes sociales en salud.
