La Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (Sochicar), Filial Valparaíso, cuenta con alrededor de 40 miembros activos. Su presidente, el doctor Carlos Astudillo Bravo junto a los doctores Javier Alburquerque, Andrés Vera y Carlos Rodríguez, directores del organismo se propusieron para este 2012 realizar una serie de actividades, tanto para sus socios como para la comunidad.

Siguiendo la tarea, se reunieron más de 20 socios de la Sochicar para participar de la segunda reunión académica, actividad que fue encabezada por el doctor Carlos Astudillo, quien agradeció la convocatoria y el entusiasmo que han mostrado los socios durante el año.

En la oportunidad, el doctor Erick Riesle, cardiólogo-electrofisiólogo del Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar, expuso sobre muerte súbita (MS) y cardioversor-desfibrilador implantable (CDI). En su intervención realizó una puesta al día sobre el tema y presentó la experiencia en CDI del principal recinto asistencial viñamarino, desde 2006 a la fecha.

El especialista destacó que la muerte súbita se define como una “muerte inesperada, sin síntomas precedentes, la mayoría de las veces; y que en casos de existir éstos, ocurren pocos segundos antes de que la muerte sobrevenga, sin una causa traumática que la explique”.

En la mayoría de los casos sobreviene como consecuencia de un evento cardiovascular (60-70 por ciento los casos), siendo la cardiopatía coronaria, con o sin antecedentes conocidos, responsable del 70 a 80 por ciento de ellos.

La fibrilación ventricular (FV) y taquicardia ventricular (TV) maligna son las causas más comunes de muerte súbita cardíaca y se deben, en la gran mayoría de los casos, a una cardiopatía grave como infarto del miocardio, miocardiopatía dilatada o hipertrófica e insuficiencia cardíaca de cualquier etiología. Un pequeño porcentaje de pacientes es portador de una FV idiopática, definiéndose como tal la ausencia de cardiopatía significativa o causa conocida que la provoque.

Dada la temprana edad de las víctimas, con potencial de muchas décadas de vida productiva futura, estos trastornos genéticos constituyen un problema de salud pública con un considerable impacto social, que todavía no se ha apreciado por completo por la comunidad médica ni por las autoridades sanitarias, reflexionó el electrofisiólogo.

El doctor Riesle destacó que durante los últimos 30 años, la medicina cardiovascular ha asistido al desarrollo del cardioversor-desfibrilador implantable, dispositivo que es capaz de incidir, de manera efectiva, en estas situaciones catastróficas y evitar que se produzca una muerte súbita.

En la exposición, el especialista destacó que tasas generales de implantación de CDI difieren considerablemente en función del país y del sistema de asistencia sanitaria, debido a diversos factores culturales, sociales y económicos. De hecho influye inevitablemente en las estrategias de prevención primaria de la muerte súbita en la miocardiopatía hipertrófica (MCH) y otras enfermedades cardíacas hereditarias. En Estados Unidos (434 por millón de habitantes) superan ampliamente las de los países de Europa (100 por millón de habitantes) y son muy superiores a las de nuestro país (8-10 por millón de habitantes).

Al cierre de la jornada, el doctor Astudillo, agradeció la exposición del doctor Riesle y el apoyo de Laboratorios SAVAL, que siempre “se ha comprometido con la difusión científica y el aprendizaje de los especialistas en la zona”.

La próxima reunión de los socios de la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (Sochicar), Filial Valparaíso, se realizará durante el mes de julio.