Jornada de capacitación en manejo de conflictos para evitar bullying
El acoso escolar o bullying se trata de una forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Durante los últimos meses han salido a la luz pública una serie de casos relacionados con este fenómeno en nuestro país.
La última encuesta nacional de violencia escolar, realizada por el ministerio del Interior en 2007, reveló que el 10,7 por ciento de los estudiantes reportan haber sufrido acoso por parte de sus compañeros, presentándose un 7,6 en colegios particulares, un 9,8 en subvencionados y un 12 por ciento en establecimientos municipales.
Ante esta realidad, se hace necesario revisar y analizar las potenciales consecuencias para la salud que estas situaciones de violencia pueden causar en los protagonistas de estos hechos y también planear estrategias de prevención al respecto.
El doctor Marcelo Muñoz, neuropediatra y académico de la Universidad de Valparaíso (UV), se refirió al tema en la Escuela de Medicina (UV) en las sedes de Valparaíso y San Felipe.
El profesional destacó que esta condición se da por un tema cultural de diferencias de poder entre los niños. “En general, hay uno que tiene más poder, que es el agresor, versus la víctima, que tiene menos poder”. Por eso para detener el bullying, es necesario “romper ese círculo vicioso y la mejor forma de hacerlo es interviniendo de manera disciplinaria y en todos los estamentos del colegio y la familia”.
Sobre las posibilidades de recuperación de los niños afectados por este problema, el doctor Muñoz señaló que “se sabe que tanto la víctima como el victimario pueden tener algunas secuelas o morbilidades asociadas, como trastornos ansiosos o depresivos. Por lo tanto, importa mucho el tipo de daño que se ha provocado al niño”.
Para evitar este importante problema de salud pública actual, hay que aprender y estar abierto a escuchar. “Los padres deben aprender a escuchar a sus hijos, a los otros padres y a los profesores. Hay que observar, por ejemplo, cuando un niño tiene miedo de ir o regresar caminando al colegio, cuando tiene mal desempeño escolar, deja de comer, comienza a tartamudear, sufrir de dolor de estómago o de cabeza, pierde sus cosas, se orina en la cama y se queda dormido llorando” puntualizó el profesional.
