Una mente sin malos recuerdos
La posibilidad tecnológica de borrar de la propia mente los recuerdos de personas alguna vez queridas e incluso a las personas mismas, era solo para los protagonistas del film “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”. Pero Merel Kindt y sus colegas del departamento de Psicología Clínica de la Universidad de Amsterdam han dejado atrás este melodrama surrealista al descubrir que administrando una dosis de propranolol, antes de la evocación del recuerdo, éste desaparece o permanece en el olvido.
Los investigadores decidieron poner en marcha con seres humanos lo que otros habían llevado a cabo en animales. Cuarenta sujetos se prestaron para el ensayo que borraría de sus mentes un recuerdo que se les había creado mediante un sencillo ejercicio de condicionamiento del miedo.
Un día después de la adquisición de ese miedo, es decir, después de mirar fotos de arañas acompañadas de un estímulo doloroso, la mitad de los participantes recibió un placebo y la otra una dosis de 40 mg de propranolol, beta-bloqueante empleado en el tratamiento de la hipertensión, y se dispusieron para la reactivación del recuerdo. Veinticuatro horas más tarde, aquellos que habían tomado el fármaco no mostraron reacción de miedo frente al estímulo - imágenes de arañas- a diferencia de lo que ocurría en el grupo del placebo.
Sencillamente, no tenían miedo a las imágenes porque no recordaban que debían tenerlo. Joseph LeDoux, catedrático de neurociencia y psicología en la Universidad de Nueva York, uno de los máximos exponentes en este campo, señala que este es "un resultado muy prometedor para el tratamiento de memorias intrusitas, tales como las que suceden en el síndrome de estrés postraumático".
