Consejos para evitar el vibrión Parahemolítico
El vibrión Parahemolítico es una bacteria que habita en el mar durante todo el año, pero es en verano cuando causa estragos, ya que el vibrión prolifera y coloniza mariscos y crustáceos como ostras, almejas, machas y cholgas cuando aumenta la temperatura del agua, los que pueden transmitir la enfermedad en caso de ser consumidos.
Además, fallas de refrigeración en el transporte o de almacenamiento favorecen la multiplicación de la bacteria, aumentando el riesgo de infección. Contraer el vibrión tiene diversas consecuencias como problemas gástricos, y en forma menos frecuente provoca infecciones cutáneas al contacto de heridas con aguas contaminadas, lo que sucede principalmente a diabéticos, cirróticos o inmunosuprimidos. En algunos casos, puede producir septicemia, produciendo falla de múltiples órganos.
Para identificar la enfermedad, la doctora Jocelyn Slimming, gastroenteróloga de Clínica Santa María, comenta algunas características del vibrión.
Por lo general, los síntomas se presentan 24 horas, con un marco entre 4 y 96 horas, después de ingerir los alimentos contaminados con una gastroenteritis aguda infecciosa, determinada por dolores abdominales difusos tipo calambre o cólicos, náuseas, vómitos, fiebre, dolor de cabeza y diarrea frecuente con abundante pérdida de líquido y en algunos casos con sangre.
La intensidad del cuadro es variable. La mayoría de los casos son leves y autolimitados –los síntomas pasan solos, sin medicamentos- con una recuperación que demora entre tres a cinco días. En tanto, los casos más graves pueden presentarse con una disentería -diarrea sanguinolenta-, deshidratación severa y fiebre alta, requiriendo terapia más especializada y hospitalización.
Esta enfermedad se trata con medidas generales y ambulatorias. Fundamentalmente con hidratación vía oral -sales hidratantes, líquidos cocidos o envasados sin gas-, de modo fraccionado y permanente, pudiendo realimentar al paciente con productos cocidos sin incluir frutas ni vegetales. La deshidratación se genera a causa de la diarrea, la cual provoca algunas molestias como decaimiento, dolores de cabeza, compromiso del estado general y dolor abdominal.
“En general, la propia respuesta inmune del paciente es capaz de eliminar el germen que se excreta a través de las deposiciones. La necesidad de antibióticos no es frecuente y se usa principalmente en pacientes que tienen un cuadro más prolongado o severo, con deshidratación o cuando existe una enfermedad asociada como la cirrosis, inmunosupresión o diabetes”, asegura la especialista.
