Siete años de carrera. Siete años de mucho estudio, turnos trasnochadores, pacientes enfermos y heridos, vocación y entrega. Inevitablemente también surgieron fuertes lazos de amistad entre los 194 alumnos de primer año, “mechones”, que tímidamente y con esfuerzo se convirtieron en médicos, tal como el personaje de la clásica obra “Quiebraespejos”.

Es así como los sueños se cumplen, y al finalizar diciembre, estos 194 estudiantes recibieron su ansiado título profesional en un acto solemne que se realizó en el Club de Campo del Colegio Médico, ante centenares de familiares y amigos.

Todos juntos escucharon a la directora de la escuela de Medicina de la Universidad de Chile, doctora Christel Hanne felicitarlos y agradecerles por haber tenido el valor de continuar cuando las dificultades parecían insoslayables, para poder servir con generosidad. Los aconsejó, también: mantener los vínculos con sus compañeros, trabajar con entrega y cuidarse a sí mismos y a sus familias.

Mientras tanto, algunos de los graduandos pintaban sus caras de blanco y se ponían sus ridículas pelucas para dejar en el recuerdo algunas escenas de la obra de Marco Antonio de la Parra, esta obra que se actualiza y representa año tras año, generación tras generación, como un mensaje de tesón y perseverancia legado a la facultad de Medicina. Y luego del último estribillo de “todos los mechones son así. plash, plum, plif.”, la ovación final; porque esta es una creación que identifica a cada uno de los alumnos, que se aplauden a sí mismos cuando se reconocen en el tímido recién ingresado que estudia lo que quiere su mamá.

También se destacó el rendimiento de una veintena de nuevos médicos que obtuvieron un promedio superior a 6.4; pero, siendo los tres primeros premios para Soledad Ugarte, tercer lugar; Michael Hirsch, segundo, y Alejandro Mercado, no sólo el primero entre sus pares en cuanto a desempeño académico, sino también el mejor compañero y amigo. Por eso, y encarnar así los valores que entrega la corporación, recibió la distinción “Espíritu Universidad de Chile”.

Luego del juramento Hipocrático tomado por los doctores Cecilia Sepúlveda, decana de la facultad de Medicina, y Pablo Rodríguez, presidente del Colegio Médico, la nueva médica Daniela Goñi recordó a nombre de sus compañeros cómo sus vidas se entrelazaron en un destino común, así como los significativos cambios que vivió la institución desde entonces, como la remodelación de la Biblioteca Central y la inauguración del Aula Magna.

En su discurso, la doctora Cecilia Sepúlveda remarcó a los nuevos médicos y médicas que “la naturaleza asistencial del acto médico trasciende el contrato social subyacente y va más allá de un mero servicio profesional”, agregando que “sólo viviendo la medicina con ese horizonte, los médicos perpetuaremos las más antiguas y nobles tradiciones de nuestra profesión”. Cerró su intervención invitándolos a vivir la profesión como una oportunidad de servicio a las personas y a la República y “a ser custodios de una llama que flamea hace 175 años, alimentada por el legado de generaciones y generaciones de médicos y médicas que han cumplido cabalmente con nuestra misión”.