Recomiendan consumir más líquidos en verano pare evitar deshidratación
El agua se necesita para el funcionamiento de todo órgano. Es el elemento estructural para las células, las cuales al perder agua también pierden su forma. Como medio de transporte participa en la digestión, absorción, circulación y excreción; es esencial en la regulación de la temperatura corporal y juega un papel importante en las funciones mecánicas; por ejemplo: lubricación de articulaciones y movimientos de vísceras en la cavidad abdominal. La sangre es un 80 % agua, y la orina 95 %.
El organismo pierde normalmente agua por cuatro vías; la piel, en forma de sudoración; los pulmones, en forma de vapor de agua en el aire expirado; los riñones, en forma de orina y por los intestinos, en las heces fecales.
Diariamente se pierde un mínimo de 800 mililitros de agua por la piel y los pulmones, cantidad que puede aumentar si se vive en climas secos y cálidos.
La doctora Patricia Gómez, internista del hospital Clínico Universidad de Chile, explica que "la pérdida excesiva se agua, se produce en ambientes cerrados, como el metro, lo cual hace que se concentre el calor, ejercicio intenso y la falta de ingesta de líquidos".
El organismo no tiene un mecanismo de ahorro de agua, por lo tanto, la cantidad de líquido que se pierde en 24 horas debe ser restituida. El consumo recomendado es de 2.5 litros diarios en adultos y en la época de verano se debe aumentar a 3 litros para evitar la deshidratación.
Entre los síntomas de deshidratación se encuentran el aumento de las palpitaciones, sequedad de las mucosas, falta de fuerza, fatiga mental y física, además de piel seca.
“Las personas más afectadas son los niños pequeños y adultos mayores debido a que la población de edades extremas no tienen conciencia si sufren de deshidratación", señala la doctora Gómez.
Si a estos síntomas se suma diarrea, vómitos, e insolación es necesario concurrir con la persona afectada al centro de salud de emergencia más cercano.
Las recomendaciones para evitar la deshidratación en está época son: disminuir la exposición solar intensa, utilizar bloqueadores fotoprotectores, no exponer a lactantes, niños pequeños, mujeres embarazadas, abuelitos y pacientes con enfermedades crónicas a altas temperaturas. Pero lo más importante es aumentar el consumo de frutas, verduras, como lechuga, apio, pera, sandía, leche descremada, zanahoria, naranja, papa, manzana, y por supuesto mantener una adecuada ingesta de agua.
