Concurridas jornadas del III Congreso chileno de adolescencia
A pesar de la llovizna, la fachada germana del Club Manquehue dio la bienvenida a decenas de pediatras que atiborraron el auditorio tanto en la mañana, para escuchar a la doctora Matilde Maddaleno, como en la tarde, para atender el tema de desarrollo cerebral en adolescencia que dictaba el célebre doctor Robert Blum. Fue tal el entusiasmo de esta conferencia, que se prolongó más de lo esperado.
Luego, como es costumbre, el auditorio fue separado en dos por los paneles móviles, quedando la mitad más amplia dispuesta para el simposio “Importancia de la familia en la salud mental adolescente”, donde presentó la invitada de la OPS, Matilde Maddaleno, y los dueños de casa, doctora Loreto Correa y doctor Eduardo Carrasco.
La doctora Correa, quien trabaja en comunas de riesgo social como San Ramón y La Granja, habló del programa “Familias fuertes: amor y límites”, desarrollado por la OPS, cuya intervención demuestra un alto impacto en las conductas de adolescentes entre 10 y 14 años, que es sostenido en el tiempo.
Este programa se basa en la comunicación entre padres e hijos, dado que en todos los estudios realizados, se demuestra que la fortaleza de la familia es el primer factor de protección ante conductas de riesgo.
Muchos adolescentes señalan que sus padres sólo se preocupan del aspecto académico, y que olvidan sus necesidades emocionales. Ante esta demanda, la doctora Correa recomienda escuchar con atención a los hijos adolescentes, sin juzgarlos ni darles sermones, y frente a una conducta que requiera un castigo, éste debe ser adecuado a la falta, aplicarse en forma calmada y estar ambos padres de acuerdo.
Por su parte, la doctora Maddaleno se refirió al “A B C de ser padres”, comentando que los éstos influyen fuertemente en moldear las conductas y los resultados en salud de sus hijos. Ella recomienda el monitoreo de la conducta de los adolescentes, en un modelo que denomina Autoritativo – mucha calidez y normas - . Este monitoreo se mide como el conocimiento de los padres de lo que hacen sus hijos, y está relacionado directamente con el nivel educacional y socioeconómico de los padres. Además, el monitoreo aumenta si están ambos padres juntos, si el hijo es único o si se trata del hijo mayor. En todo caso, recalcó, “la función más importante de los padres es hacer que sus hijos se sientan queridos”.
Finalmente, el doctor Carrasco abarcó el tema de “Intervención familiar en adolescentes”, haciendo hincapié en que toda intervención individual supone una intervención familiar, dado que cualquier dinámica que aplique el psiquiatra al adolescente será modulada al llegar a casa, por su familia. El invita a utilizar la comprensión, antes de tratar como un problema al hijo que presenta algún síntoma riesgoso, ya que sino, la ayuda sólo genera intensificación del síntoma y no lo soluciona.
