En la conmemoración del Día Mundial de la enfermedad:
Llaman a reforzar medidas para detener la tuberculosis
La tuberculosis en el siglo XIX llegó a convertirse, en Europa y América, en una de la más graves epidemia de esa época. Hoy, a pesar de haber pasado poco más de un siglo y aunque la situación ha mejorado considerablemente en todo el mundo, la enfermedad sigue siendo una amenaza para la salud y el bienestar de muchas personas.
Las estadísticas señalan que todos los días más de 20.000 personas desarrollan la tuberculosis activa y que cada minuto muere una persona por el bacilo de esta enfermedad. Por este motivo y para concientizar a la población sobres sus consecuencias e impacto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró, como todos los años, el pasado 24 de marzo el Día Mundial de la Tuberculosis, que conmemora la fecha en que, en 1882, el doctor Robert Koch presentó su descubrimiento del bacilo de la tuberculosis a un grupo de médicos en Berlín.
Este año, el Día Mundial de la Tuberculosis se centró en la necesidad de desarrollar planes de acción conjuntos para lograr eliminar la enfermedad, mejorando el cumplimiento de los tratamientos y los estudios para evitar la tuberculosis resistente a fármacos.
Si bien el descubrimiento del germen causante de la tuberculosis logró disminuir un gran número de muertes, aún continúa siendo un problema de Salud Pública que trasciende todos los estratos sociales, culturales y económicos en todo el mundo. De hecho, un tercio de la población mundial está infectada, cada año nueve millones de personas enferman y un millón y medio de ellas muere.
Chile es uno de los pocos países de América Latina que presenta las tasas más bajas junto con Cuba, gracias a la existencia de un Programa de Tuberculosis reconocido mundialmente.
A pesar de lo grave de la situación mundial, la tuberculosis tiene cura. El tratamiento recomendado en todo el mundo para esta enfermedad infecciosa es el llamado Tratamiento Breve Bajo Observación Directa que ha ayudado a salvar a miles de vidas de enfermos de tuberculosis, a evitar el desarrollo y la propagación de la resistencia a los medicamentos y a reducir la transmisión de la enfermedad.
Mientras esta situación continué así, el Día Mundial de la Tuberculosis no podrá ser una celebración, sino una valiosa oportunidad para que tomemos conciencia sobre sus graves efectos y las formas en que la podemos controlar.
