Dr. Sergio Tapia Murúa trabaja en proyecto que permitirá reconstruir superficies articulares dañadas
Los avances en el área de las ciencias y la salud asombran cada día en mayor medida. Conceptos como la criogenia o la extracción y conservación de células, que hasta hace unos años estaban circunscritos a un ejercicio más bien teórico, ocupan en la actualidad largas horas de investigación empírica de los científicos, con los consiguientes beneficios para el tratamiento de enfermedades que parecían incurables. Un paso adelante, entonces, para toda la Humanidad.
Lo importante, desde una perspectiva local, es que Valparaíso está liderando significativos avances en dicha materia a nivel nacional e internacional, gracias al aporte que está generando junto a otros especialistas como el doctor en Ciencias y académico de la Universidad de Playa Ancha, Sergio Tapia Murúa.
El profesor y científico de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas posee un amplio conocimiento investigativo en las áreas de la Criogénesis, la Ingeniería en Tejidos y la Biotecnología, acumulando más de 20 años de experiencia en centros de excelencia europeos que le han permitido construir una trayectoria reconocida.
En una primera etapa, los recursos obtenidos del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) permitieron concretar un proyecto consistente en el desarrollo de tecnología para el cultivo de células de piel, cuyo propósito era entregar una solución biológica definitiva en el tratamiento de grandes quemados. Este significativo avance llevó a otros que permitirán revolucionar el tratamiento de algunas enfermedades de muy mal pronóstico.
Actualmente, se encuentra trabajando en el proyecto aprobado por la Corfo que cuenta con un monto de inversión de $1.277.083 millones de pesos y que tiene por objeto, desde el punto de vista científico, buscar una alternativa al tratamiento real de procesos degenerativos osteoarticulares como la artrosis, una de las patologías más recurrentes y que se acrecentará por el envejecimiento de la población.
“Los tratamientos actuales de kinesiología y fármacos antinflamatorios, no son definitivos ni recuperan totalmente la función articular del paciente, el avance del daño articular será retardado pero no existirá una recuperación de la superficie articular”, reconoció el profesional.
El desafío es importante, porque se busca a través de implantes biodegradables, generar la posibilidad de un tratamiento definitivo autólogo, es decir, a través de células cartilaginosas que se incorporarán del propio paciente, evitando así problemas complejos como el rechazo y la dificultad de utilizar fragmentos cuyo origen sea un donante.
Paralelamente, se implementará en la Facultad de Ciencias de la UPLA una Unidad Criogénica que será la responsable del almacenamiento, a una temperatura de -196 ºC de las células cartilaginosas de cada uno de los pacientes, generando con ello un seguro biológico para el tratamiento de lesiones futuras que sufra el individuo
