Tras 15 años de su aparición en América Latina, Hanta sigue preocupando a los chilenos
Con el objetivo de reformar los cuidados y prevenciones en contra del contagio por hantavirus, la ministra de Salud, Soledad Barría, visitó un plantel agrícola de Melipilla (Región Metropolitana) para informar a los trabajadores sobre cómo pueden protegerse de esta enfermedad.
De esta manera, el ministerio de Salud refuerza la campaña de prevención lanzada en diciembre pasado y que se está llevando a cabo en los diferentes medios de comunicación con mensajes preventivos para el público en general que vive o vacaciona en sectores rurales o semi urbanos.
La ministra expresó que la salud no es sólo responsabilidad de un ministerio, ya que “todos somos sujetos activos en la toma de decisiones de cómo cuidarnos y cuidar a quienes más queremos, por eso es que queremos que cada ciudadano esté informado acerca de las medidas básicas para cuidar su salud”. El año pasado un 47% de los casos de Hantavirus fueron detectados en trabajadores agrícolas o forestales, que en su mayoría dicen haberse contagiado en su lugar de trabajo.
Los trabajadores recibieron un cuadernillo con recomendaciones simple y fáciles de implementar, permitiendo desarrollar sus labores de manera más segura; como por ejemplo mantener las basuras en recipientes con tapa o limpiar mesones donde comen, con agua y cloro. También se debe ventilar 30 minutos las bodegas, los galpones, los campamentos; utilizando ropa adecuada y mascarillas para asear estos lugares.
En este cuadernillo informativo también se informa sobre los derechos si se enferman de hantavirus y las obligaciones del empleador frente a los trabajadores de los planteles agrícola como son el proporcionarles los implementos adecuados de protección personal para cuidar su salud.
Esta enfermedad puede causar el síndrome hemorrágico y el cardiopulmonar. La enfermedad es una zoonosis emergente que se presenta por primera vez en América en 1993. El Hantavirus se asocia a roedores específicos, que actúan como hospederos y reservorios naturales. Actualmente, más de 25 genotipos de Hantavirus sigmodontinos han sido descubiertos en América, asociado con una especie o subespecie de diferentes roedores. En Sudamérica se ha detectado en Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Brasil, Perú y Venezuela.
El agente causal en Chile es la variedad “Andes” del Hantavirus, que provoca un síndrome cardiopulmonar o una enfermedad leve, sin compromiso pulmonar. El reservorio es el ratón de cola larga (roedor silvestre “Oligoryzomys longicaudatus”) y su hábitat se extiende desde la Región de Atacama hasta la Región de Magallanes. Sin embargo, los diversos estudios de prevalencia de Hantavirus realizados en roedores silvestres, han resultados positivos desde la Región de Coquimbo hasta Magallanes.
En nuestro país, los resultados de la Encuesta Nacional de Salud 2003, mostraron una baja prevalencia para la variedad Andes (0,27 %) y por primera vez se detectó la variedad Seoul (0,26%) del Hantavirus(5). La enfermedad producida por esta última variedad se caracteriza por manifestaciones de tipo renal, letalidad baja y de predominio en áreas urbanas.
El modo de transmisión más importante es por inhalación de aerosoles provenientes de las heces, orina y saliva de roedores portadores. Otras posibles vías son por contacto de las mucosas (conjuntival, nasal o bucal), mediante las manos contaminadas con el virus. Excepcionalmente, por la ingestión de alimentos o agua contaminada con secreciones infectadas o por la mordedura del roedor. Esta última ha sido descrita en Chile en un caso de SCPH en la IX Región.
También es posible por el contacto íntimo o estrecho con un paciente principalmente durante la fase prodrómica. Los recientes estudios realizados en Chile, sobre contactos de casos de Hantavirus, como parte del Proyecto Hantavirus Ecología Enfermedad , muestran que el riesgo de ocurrencia de casos secundarios es bajo (3,4%) para los contactos de un caso. Sin embargo, es mayor si corresponde a su pareja (17%), en comparación con los que no lo son ( 1,2%)
El período de incubación es difícil de precisar, aunque frecuentemente fluctúa entre 1 a 3 semanas con un rango de 3 a 45 días. En estudios nacionales en personas en las cuales ha sido posible establecer el momento del contagio, el potencial período de incubación máximo fue de 11 a 39 días y el mínimo, de 7 a 32 días. En aquellos en que la exposición fue puntual, se pudo determinar con mayor exactitud una mediana de 18 días y un rango de 8-34 días .
Esta enfermedad ha sido priorizada por el Programa de Enfermedades Emergentes de la Subsecretaria de Salud Pública, del Ministerio de Salud, a través de la asignación de recursos para apoyar la vigilancia e investigación de los casos de Hantavirus. Además, cobra importancia en el ambito ocupacional ya que esta patología puede ser considerada una enfermedad profesional si es transmitida al hombre por razón de su trabajo, de acuerdo a la legislación actual.
De acuerdo a las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el sistema de vigilancia de Hantavirus como una enfermedad emergente, debe ser enfocado desde una perspectiva integral, que considere los aspectos clínicos, de laboratorio y ambientales.
La vigilancia de esta enfermedad en Chile es de tipo universal, a través de la notificación inmediata de los casos sospechosos, realizada desde el establecimiento de salud a Epidemiología de Autoridad Sanitaria Regional. De acuerdo a la normativa vigente, se realiza la investigación epidemiológica y ambiental para identificar el lugar probable de infección, actividad de riesgo, personas expuestas, contactos y para aplicar las medidas de control y prevención. El diagnóstico se confirma mediante la detección de Anticuerpos anti Hantavirus IgG e IgM, realizados en el Instituto de Salud Pública de Chile en Santiago y Laboratorio de Microbiología de la Universidad Austral en Valdivia.
Se realiza evaluación periódica a través de la investigación epidemiológica que combina los factores epidemiológicos y ambientales, notificación oportuna y oportunidad de la hospitalización. Los 2 primeros son indicadores de la calidad de la vigilancia establecidos en la normativa vigente (10). La hospitalización oportuna es un parámetro utilizado para lel monitoreo de las metas ministeriales del presupuesto ministerial.
