Tasa de suicidio adolescente en Chile se ha duplicado en los últimos 20 años
Un estudio realizado por investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Chile, recopiló cifras y antecedentes de los últimos 20 años en nuestro país en los que dice relación con el suicidio adolescente, demostrando que la prevalencia de este hecho se duplicó.
Los resultados del trabajo “Epidemiología del Suicidio en la Adolescencia y Juventud” fueron presentados en el último congreso de la Sociedad Chilena de Pediatría por la doctora María Inés Romero, pediatra e investigadora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina UC.
En el estudio participaron además la doctora Pilar Rubio y el doctor Francisco Díaz, junto a los alumnos de medicina Ximena Maul y Claudio Pérez. “Nos interesa porque es un problema importante, ya que está creciendo y porque se trata de un hecho que es prevenible. Por ello, el suicidio juvenil, desde el punto de vista de la salud pública, es un problema dramático, porque está creciendo y porque es prevenible”, indica la doctora Romero.
Aunque en Chile la tasa de suicidios más alta corresponde a personas de más de 60 años, la especialista de la Universidad Católica dice que son graves y preocupantes las tasas en el segmento de los jóvenes entre 20 y 24 años, “porque además de ser las más altas, son las que más aumentan. Incluso creemos que los indicadores pueden ser cinco veces más altos, ya que muchas muertes juveniles, no se sabe si fueron por causa intencional o accidental”.
En general, según destaca la doctora María Inés Romero, el suicidio da aviso y casi siempre se puede hacer algo para evitarlo. “Es muy importante que los padres y profesores pongan atención a las señales que suelen dar los jóvenes y así, no dejar pasar la situación. Los jóvenes en riesgo deben tratarse con medicamentos y terapias psiquiátricas adecuadas a lo menos durante un año, porque lo normal es que un hijo que da aviso, va a concretar el suicidio. Además, la familia debe promover rutinas protectoras, como comer juntos una vez por día o compartir actividades comunes que promuevan la comunicación entre padres e hijos”.
