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De acuerdo con cifras entregadas por el Global Cancer Observatory (GLOBOCAN), en 2020 se produjeron 3.150 muertes por cáncer colorrectal en Chile y se detectaron 6.219 nuevos casos. Pese a estos números, los especialistas advierten que es una patología que sí se puede revertir, siendo clave el diagnóstico precoz. 

Así también lo explica el doctor Gunther Bocic, presidente de la Asociación Latinoamericana de Coloproctología y profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, quien en septiembre oficiará como director del “XXVIII Congreso Latinoamericano de Coloproctología”, a realizarse entre los días 12 y 15 de setiembre en el Hotel W de Santiago.

“Prevenir y actuar con tiempo es primordial. Me gustaría que las personas conocieran más acerca de la coloproctología como especialidad. Es una tarea que tenemos”.

- Según la OMS, para 2030 los casos diagnosticados aumentarán a 2.2 millones al año…

Lamentablemente, hablamos de una patología considerada como una de las principales causas de muerte por cáncer en el mundo cuya prevalencia va en alza. Y Chile no está ajeno a ello. La incidencia ha ido en aumento de manera progresiva. Pasó del quinto al segundo lugar, superando al cáncer gástrico. Me parece muy importante educar a la población, porque lo más significativo y relevante en cáncer es pesquisar a tiempo.

- ¿Qué tan relevantes son la dieta, edad e historial clínico?

El envejecimiento de la población es el factor de riesgo más importante. Sobre todo, en las personas mayores de 50 años. En estos casos, cuando además existe mala alimentación y sedentarismo, las posibilidades aumentan. La antítesis de esto se da en la población africana, donde la incidencia es baja, debido a que el consumo de carnes rojas es mínimo y la cantidad de fibra, es alta.

El hecho de tener antecedentes familiares hace aún más importante la toma de conciencia respecto al chequeo preventivo. Hemos visto a pacientes de 14 años con cáncer de colon. Si bien es inusual, puede afectar a gente joven.

- El tránsito intestinal y número de evacuaciones son determinantes...

El colon es un órgano que, básicamente, funciona como un reservorio que luego evacúa su contenido. Puede haber elementos que funcionan como toxinas locales que gatillarían el desarrollo de esta enfermedad. 

Por lo tanto, mientras más sanas sean las deposiciones -esto dependerá del tipo de alimentación- y mayor sea el tránsito intestinal y motilidad colónica, ya hay protección y menor posibilidad de desarrollar este tipo de cáncer.

- ¿Existen síntomas que alerten?

En general son bastante inespecíficos. Sin embargo, frente a alteraciones intestinales como diarreas intermitentes, sangrado rectal o pacientes que tienen constipación, sí hay que poner atención y consultar. Siempre será una alerta tener antecedentes familiares.

- ¿De qué manera la tecnología ha contribuido a la especialidad?

Ha servido de mucho para avanzar en materia de diagnóstico y prevención. Por ejemplo, la colonoscopía virtual, que es un examen que se hace con escáner y que nos permite obtener imágenes y construcciones tridimensionales. Esto facilita seguir todo el trayecto colónico y, de esta manera, detectar lesiones. 

Por otro lado, la inteligencia artificial ha aportado muchísimo a la medicina y, en nuestro caso, nos ha permitido detectar poblaciones de riesgo y apoyar en todo lo que respecta a diagnóstico precoz.

Hay estudios de material genético que nos ayudan a evaluar ciertas mutaciones que podrían incidir en una mayor probabilidad de tener esta enfermedad. Además, analizar qué alteración va a responder o no a los tratamientos como la radio y quimioterapia.

Creo que la medicina tiene que unir todas las herramientas: la clínica, historial, métodos radiológicos e inteligencia artificial. Todo esto, en conjunto, favorecerá el desarrollo de nuestros estudios y seguimiento de los pacientes más vulnerables.

Por María Ignacia Meyerholz L