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Empatía, respeto, compasión y entendimiento en la atención entregada por los profesionales de salud y otorgar un espacio que permita una despedida y un proceso de duelo delicado es la consigna de la Ley Dominga, promulgada el 21 de septiembre 2021, que establece un estándar en el manejo clínico y acompañamiento de padres que han sufrido una muerte gestacional o perinatal.

Entre sus lineamientos destaca el deber de los profesionales de explicar adecuadamente sobre el fallecimiento del hijo o hija y los procedimientos a realizar. Contar con asistencia inmediata y seguimiento multidisciplinario. Velar para que las mujeres que viven este proceso no sean hospitalizadas en las áreas de maternidad y que, independiente de las semanas de gestación u horas de vida, se reconozcan, identificando datos del nonato o neonato.

"Cuando un duelo no es trabajado, elaborado y acompañado tiene repercusiones psicológicas", así lo explica María Paz Aguilera, psicóloga clínica perinatal y de primera infancia, que realizó sus estudios en la Universidad Diego Portales y cuenta con experiencia clínica desde 2007. 

Tiene un magíster en salud mental infantil por la Universidad del Desarrollo y, actualmente, se desempeña como directora de vinculación con el medio, academia e investigación en Fundación Ley Dominga.

- ¿Por qué es importante la concientización en los establecimientos de salud? 

Por el cambio de paradigma. Si bien se trata de una situación que siempre ha ocurrido, permite a los padres vivir el duelo y que sus hijos sean reconocidos, independiente del tiempo de gestación. 

Dicho eso, y respecto al rol de los profesionales de la salud, al momento de trabajar en esta ley, nos dimos cuenta que no había el conocimiento necesario respecto a qué hacer en estos casos, comprender en profundidad lo que significa el duelo, porque el trauma de este tipo de fallecimientos es importante. Se necesita que el personal contenga desde lo emocional y tenga las herramientas para hacerlo.

Un ejemplo: si acabas de perder a un hijo, no es correcto que te trasladen a la sala de maternidad. En estos casos, debe existir un trato especial y la Ley Dominga viene a regular en ese sentido.

En la experiencia universitaria, los estudiantes mencionan que no les enseñan cómo abordar estas situaciones, que no saben realmente qué decir o cómo comunicarse con los padres. Por esto, sería ideal corroborar que se cumplan los protocolos en todas las instituciones de salud del país. 

- ¿Cómo lograr que el personal de salud internalice los lineamientos de esta ley? 

Explicando de qué se trata la norma y con herramientas concretas para poder implementarla en el lugar de trabajo. La clave es entender lo que implica y no ver este suceso como un trámite administrativo. Eso es parte importante de lo que queremos profundizar a través de nuestros cursos.

- ¿Qué aspectos abordan en estas capacitaciones?

Son cursos de formación e implementación en los que presentamos la historia de la Ley Dominga, el flujograma de cómo ingresa y se da de alta a una mujer, la manera en que nos comunicamos, qué podemos preguntar y qué no, cómo apoyar y reconocer las señales para que el personal identifique rápidamente que una madre transita por un duelo. 

También damos espacio para explicar de qué manera hacer recuerdos fotográficos. Existe una línea de trabajo sobre esto en España. 

- ¿Cuáles han sido los aportes que ha traído esta promulgación?

Lo más importante es que ha logrado dar humanidad y ética a una situación tan dolorosa. Hemos visto a muchas mujeres que han vivido la experiencia con Ley Dominga y otras sin, y es algo completamente distinto. Entonces, al ver los testimonios, uno piensa ¡vaya que era necesaria! Es una ley que cubre el aspecto laboral (cuenta con permiso con goce de sueldo) y, en salud.

También hemos visto un cambio en las nuevas generaciones gracias a que se están incluyendo estas temáticas en la formación de pregrado.

Por María Ignacia Meyerholz