Dra. María Elsa Calderón y Klga. Ledda Pérez:
“Lo que más nos motiva es que las pacientes con lipedema vuelvan a quererse”
A través de una técnica pionera en Latinoamérica que combina el tratamiento conservador y quirúrgico, la Clínica Lipedema WAL Chile busca una atención integral de sus pacientes.
Una paciente con lipedema puede consultar a varios especialistas antes de obtener un diagnóstico preciso. Tras años de observarse en el espejo sin entender por qué las dietas y el ejercicio no producen cambios, se puede experimentar un impacto significativo en la salud física y mental.
Es en esta etapa que la cirujana plástica María Elsa Calderón (M.E.C.) y la kinesióloga-fisioterapeuta Ledda Pérez (L.P.) suelen recibir a sus pacientes. El encuentro entre dos disciplinas con un objetivo común: que ellas se vuelvan a querer. A través de un trabajo en conjunto desde la primera consulta, ambas han dedicado su carrera al tratamiento de esta patología.
Es así como inauguraron la Clínica Lipedema WAL Chile, ofreciendo terapias conservadoras y quirúrgicas a miles de mujeres. En su mayoría, tienen "una historia clínica que se basa en un crecimiento desproporcionado de grasa en las extremidades, que se asocia a dolor y moretones. Es una afección genética que se gatilla con los cambios hormonales y que se traduce en esta inflamación de la grasa", explica la doctora Calderón.
- ¿Cuáles son los criterios diagnósticos y por qué se puede confundir con otras condiciones médicas?
M.E.C.: Hay procedimientos diferenciales que algunas veces dificultan el diagnóstico, cuando se suma a obesidad o fibromialgia. A las pacientes les cuesta diferenciar y describir los síntomas. Con la fibromialgia, el dolor es constante y les duele todo el cuerpo, mientras que el lipedema, es una grasa inflamatoria que duele. Además, solamente está en las piernas y los brazos, pero mantiene sanos los pies y las manos.
- ¿Cómo abordan el manejo integral del lipedema en su práctica?
M.E.C: Siempre le transmitimos a las pacientes los cinco pilares del tratamiento. Primero, la alimentación antiinflamatoria: cambiar el estilo de alimentación, que no es sinónimo de dieta porque aquí no queremos restringir la cantidad de comida, sino el tipo. Segundo, el ejercicio de bajo impacto para disminuir el traumatismo de los tejidos y evitar que la grasa se inflame. Tercero, la compresión: las calzas compresivas son mejores que las medias porque estas son muy delgadas y a veces se incrustan en los pliegues. Estas son para sostener la grasa, evitan que se esté traumatizando y ayuda con el dolor. El cuarto es la terapia kinesiológica específica con todo nuestro equipo de vanguardia, de origen europeo. Por último, la cirugía. Pero antes de esta hay que incorporar los pilares anteriores al estilo de vida, así llegan al día de su operación de manera óptima. Si bien usamos la técnica Water Assisted Liposuction (WAL), que es un procedimiento con agua menos invasiva con los tejidos, en esencia es una liposucción.
En WAL se usan cánulas similares a la de una liposucción normal, pero estas lanzan un chorro de agua a distintas presiones. Lo que se consigue es que se disgreguen los cúmulos de grasa y la célula que recibe agua a presión se desmorone, por lo tanto, al aspirar de forma simultánea se lleva una célula grasa ya suelta. No hay que estar traumatizándola con el movimiento constante para sacarla.
El líquido utilizado para la liposucción WAL es una solución vasoconstrictora, un suero fisiológico, más adrenalina. Entonces, al irrigar los tejidos grasos protejo los capilares, los linfáticos y las terminaciones nerviosas porque esos tejidos se vasocontraen. Por esto, hay menos sangrado en la cirugía.
- ¿Cuáles son las terapias de compresión más efectivas?
L.P.: Depende de la etapa en que esté la paciente y en dónde tenga su inflamación principal, hay que acostumbrarla a usar algo que apriete. Y así, vamos haciendo una progresión hasta que use lo más apropiado. Eso es lo ideal, pero muchas veces vamos directo a lo más efectivo: los sistemas de compresión de tejido plano. Estos se mandan a hacer a medida y tienen una tela muy poco extensible. También existen los compresores circulares, que tienen distintas presiones y pueden ser progresivos.
- ¿Cómo es el trabajo entre cirujanos plásticos y kinesiólogos en esta área?
L.P.: En equipo y de manera coordinada cuando la paciente entra por primera vez a la consulta. Desde la kinesiología, antes de la cirugía se prepara al paciente a través de los tratamientos conservador antiinflamatorio y conservador prequirúrgico.
M.E.C.: Mientras haya una mayor preparación, es posible llevarse la mayor cantidad de grasa lipedema y generar un menor daño. Al final, el resultado de esta mezcla es una paciente rehabilitada.
- ¿Qué importancia tiene la autoestima en el proceso terapéutico?
L.P. y M.E.C.: La gran mayoría de nuestras pacientes están en tratamiento psicológico y psiquiátrico. Al ser una patología crónica, les cuesta entender el concepto de que no están gordas y que no tienen la culpa. Después, está el proceso de aceptación y reconocerse. Sobre todo, lo que la mayoría de las pacientes, es volver a quererse, y creo que eso es lo que más nos mueve. Les damos las herramientas, pero es un cambio que hacen ellas.
Por Dominique Vieillescazes Morán
Dra. María Elsa Calderón
Klga. Ledda Pérez