Dr. Jorge Cabrera Contreras:
“La psicoeducación en trastorno bipolar es un componente indispensable”
La información clara y oportuna que pueda entregar un especialista mejora la adherencia al tratamiento, permite reconocer los síntomas y desencadenantes, y tomar medidas para evitar recaídas.
El estudio de prevalencia de patología psiquiátrica en Chile concluyo que el 1,9% de la población mayor de 15 años sufre de Trastorno Bipolar (TB). Sin embargo, si se incluyen a las personas con esta afección no han sido diagnosticadas y que padecen cuadros del “espectro bipolar”, la prevalencia se eleva a 4,5 % de la población.
Se trata de una patología que puede manifestarse de diferentes maneras, lo que también dificulta su diagnóstico. Es por ello que la psicoeducación es un pilar fundamental no solo para quien la padece, sino para su círculo cercano.
Así lo explica el doctor Jorge Cabrera, psicoanalista y profesor adjunto de psiquiatría de la Universidad de Chile, Past President de la Sociedad Chilena de Trastorno Bipolar (SOCHITAB) y cofundador del Grupo de Pacientes Círculo Polar, quien acaba de publicar el libro “Psicoeducación del Trastorno Bipolar para Pacientes y Familiares”.
"Algunas personas experimentan episodios maníacos o hipomaníacos, de depresión e, incluso, mixtos. Estos cambios del estado de ánimo causan dificultades para el paciente a nivel de relaciones personales, en el trabajo y en la vida cotidiana", detalla el psiquiatra con estudios de posgrado en la Universidad Libre de Berlín en Alemania y que ha oficiado como autor y coautor de más de 80 artículos científicos sobre trastornos del ánimo.
- ¿Qué importancia tiene la psicoeducación en esta enfermedad?
Es una parte importante del tratamiento donde se entrega información a los pacientes sobre los aspectos más relevantes de la patología. Esto permite mejorar la adherencia al tratamiento farmacológico, que los pacientes reconozcan los síntomas precoces de recaída, aprendan medidas generales sobre cómo manejar una crisis depresiva o maníaca de tal manera que disminuyan la cantidad de hospitalizaciones a lo largo de la vida.
- ¿Cómo se realiza?
Por medio de sesiones grupales e individuales, dirigidas a pacientes y/o familiares se enseñan habilidades para facilitar la búsqueda de ayuda cuando se presenta una descompensación.
Las sesiones pueden ser realizadas por diferentes profesionales, ya que los temas que se tratan son variados y abarcan distintos aspectos del manejo de la enfermedad. Es común que se integren psicólogos, psiquiatras, médicos generales y terapeutas ocupacionales en el diseño y dirección de las temáticas que, por lo general, se relacionan a preguntas sobre qué es el TB, cuáles son sus síntomas, cómo se aborda y cuán importante es la regularidad de hábitos.
También enfatizamos la importancia del respeto al ciclo sueño y vigilia, el rol del ejercicio físico, la evitación del abuso de alcohol y drogas, el manejo de las emociones, de la implementación de estrategias para resolver problemas y conflictos y cómo abordar el pre y posparto.
- ¿No basta con la terapia farmacológica?
El uso de drogas es fundamental. Sin embargo, y pese a su utilización, en nuestra experiencia con pacientes en la Clínica de Trastorno del Ánimo del Programa de Enfermedades Afectivas (PEA) del Instituto Psiquiátrico de Santiago vimos que las personas seguían presentando síntomas y recaídas por episodios de manía o depresión, las que muchas veces requerían un nuevo ingreso hospitalario.
Precisamente fue esta realidad la que impulsó a complementar nuestro esquema terapéutico con una alternativa de abordaje psicológico que mejorara el pronóstico de la enfermedad y el bienestar de las personas.
- ¿Por qué sintió la necesidad de escribir este libro?
Dentro de los abordajes psicológicos, la psicoeducación es la intervención mejor evaluada en todas las guías de tratamiento. Y para que esto sea así, significa que pasó por muchos filtros y fueron múltiples los estudios que demostraron su efectividad y eso se le considera una indicación de primera línea.
Esto, en comparación con otras alternativas psicológicas, cómo, por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual, la psicoanalítica, la terapia focalizada en la familia o la terapia de ritmos biológicos, que también se utilizan, son consideradas de segunda línea porque tienen un nivel de evidencia menor. Esa es una de las razones por la cual quise escribir sobre esto y que sirviera como material de educación en Chile.
Además, en Chile, existe un amplio número de psiquiatras que no usan esa modalidad de tratamiento porque no se enseña en los programas de formación de especialistas en psiquiatría y esta omisión lleva a que muchos tratamientos no funcionan y los pacientes vuelven al hospitalizarse.
- ¿Cómo lo describiría?
Hay textos que se escriben para ganar dinero, otros para contar historias, autobiografías o para hacer carrera académica, en fin, para distintos objetivos. Este fue escrito para las personas que sufren y sus familias. Desde luego que también es una herramienta para que utilicen los profesionales, pero mi principal objetivo eran los pacientes y, sobre todo, que estuviera escrito en un lenguaje accesible.
Por María Ignacia Meyerholz
Fuente: Psicoeducación del trastorno bipolar para pacientes y familiares, Cabrera Contreras, Jorge Fernando ISBN 978-956-414-574-7.
