Pablo Richter Duk:
"Hemos llevado adelante importantes proyectos de desarrollo académico"
En la conmemoración de sus 80 años, la Facultad de QuÃmica y Farmacia de la Universidad de Chile repasa, de la mano de su decano, los principales hitos y desafÃos y cuáles se visualizan a futuro.Â
Inaugurada el 1 de julio de 1945 la Facultad de Ciencias QuÃmicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, conmemoró ocho décadas de trayectoria. En la ceremonia, que tuvo una gran concurrencia, se realzó la historia. También se resaltaron hitos célebres y se proyectó una sinopsis del próximo lanzamiento del libro "Esencia y vocación: 80 años de formación profesional y creación de conocimiento para Chile" que busca, a través de fotografÃas y texto reconocer y visibilizar diversos hechos y acontecimientos claves y el desarrollo de las ciencias quÃmicas, farmacéuticas, bioquÃmicas y alimentarias. Para financiar la realización de este libro se contó con el apoyo de Laboratorios SAVAL.
En este contexto, conversamos con el decano, el profesor Pablo Richter Duk, quien valoró los avances que ha tenido la Facultad y sus hechos más recientes, sosteniendo que "la calidad, la excelencia, la equidad y la inclusión en la formación superior constituyen hoy factores clave de distinción".Â
- ¿Cuáles son los logros que podrÃa destacar de los últimos años?
Desde la integración de la Facultad en el Campus Norte de la Universidad de Chile, en 2013, hemos experimentado un proceso sostenido de consolidación en tres ejes fundamentales: docencia, investigación y extensión.
En el ámbito de la docencia superior, llevamos adelante importantes proyectos de desarrollo académico. Uno de los hitos ha sido la implementación de un modelo de innovación curricular basado en competencias, acompañado por la creación de capacidades para el desarrollo de la docencia hÃbrida. Esto no solo ha implicado mejoras en infraestructura tecnológica, sino también un cambio paradigmático en las metodologÃas didácticas, lo que ha requerido una significativa capacitación del cuerpo académico.
Otro avance destacado ha sido la implementación del bachiller general de la Universidad de Chile, con mención en Ciencias en nuestra Facultad. Esta iniciativa ha permitido crear una etapa básica más flexible para los estudiantes, facilitando un tránsito más fluido durante los primeros cuatro semestres de formación. Junto con ello, desarrollamos diversos instrumentos de apoyo orientados a disminuir las brechas de conocimiento que se evidencian en estudiantes provenientes del sistema escolar, enfrentando asà parte de la actual crisis educativa.
En cuanto a investigación, se consolidaron distintas lÃneas a nivel departamental, las cuales acreditamos internamente. Desde 2020 a la fecha, hemos adjudicado 75 proyectos Fondecyt regulares, de los cuales 31 se encuentran en ejecución. Las publicaciones cientÃficas indexadas en ISI-WoS también han mostrado un crecimiento sostenido: más de 770 desde 2020, con un 82,13 % de ellas ubicadas en los dos primeros cuartiles de su disciplina. Asimismo, renovamos anualmente el instrumental cientÃfico mediano a través del programa Fondequip, manteniendo una tasa constante de adjudicación desde su creación.
Nuestra actividad investigativa se ha vinculado estrechamente con la innovación. Desde 2025, hemos solicitado 115 patentes, de las cuales 48 han sido concedidas: 19 privilegios nacionales y 29 internacionales. Un hito particularmente relevante ha sido la licencia de una tecnologÃa basada en un electro fármaco que regula la actividad nerviosa aumentada, implicada en el desarrollo del sÃndrome de ovario poliquÃstico.
En términos de centros de excelencia, en 2013 se creó el Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), en el marco de un programa nacional que busca potenciar la investigación en áreas prioritarias. Este se ha consolidado como un referente internacional en enfermedades tan relevantes como las cardiovasculares y el cáncer.
En el área de extensión, hemos puesto especial énfasis en compartir con la sociedad nuestro conocimiento experto, manteniendo siempre una estrecha conexión con el entorno y sus diversas realidades. A través de medios institucionales tradicionales, redes sociales y espacios como el activo Museo de QuÃmica y Farmacia, buscamos realzar el valor de las ciencias. Además, contamos con organizaciones estudiantiles que, con fuerte sentido territorial, colaboran con comunidades en situación de vulnerabilidad.
En 2019, nuestra Facultad se adjudicó el Proyecto Asociativo Regional Explora de la Región Metropolitana Norte, destinado a la promoción y difusión de las ciencias a nivel escolar. Ha sido clave como puente entre el mundo cientÃfico y la sociedad.
También se ha impulsado Hélice, un proyecto de integración y diálogo entre el Estado, la industria, la sociedad civil y la academia. Esta busca posicionar temas de alta relevancia nacional en polÃticas públicas, desde la perspectiva de las disciplinas que cultivamos como Facultad, reafirmando asà nuestro rol público como institución de educación superior.
Todo este trabajo se enmarca en una hoja de ruta estratégica definida para el perÃodo 2022 - 2031, que establece los lineamientos y prioridades que guÃan nuestro quehacer, siempre alineados con la misión institucional de la Universidad.
- ¿Cómo evalúa el impacto de sus egresados en el sector farmacéutico?
La profesión de quÃmico-farmacéutico, asà como el desarrollo disciplinar asociado, está profundamente ligada tanto a la historia institucional del paÃs como a la de la Universidad de Chile. Los primeros estudios superiores impartidos en el Instituto Nacional, en su sección universitaria, derivaron en el otorgamiento del tÃtulo de Farmacéutico desde la Facultad de Medicina. Posteriormente, en 1911, se crea la Escuela de Farmacia, y en 1930, dicho tÃtulo profesional evoluciona al actual de quÃmico-farmacéutico. Finalmente, en 1945, la Universidad reconoce la importancia de esta área del conocimiento y da origen a nuestra actual Facultad.
Hoy en dÃa, nuestros egresados continúan siendo un referente en sus respectivas áreas. Gozan de un alto prestigio, ocupan cargos de relevancia y llevan consigo la impronta de ser formados en la "escuela madre" de la profesión en Chile.
- ¿Cómo ha evolucionado el perfil académico?
A lo largo de los años, las exigencias al cuerpo académico han cambiado profundamente a nivel global. En un comienzo, la labor universitaria se concentraba principalmente en la docencia y en la dictación de cátedras. Sin embargo, con el tiempo, esta realidad ha experimentado una transformación sustancial. Hoy, la investigación de frontera se ha vuelto un imperativo y constituye una de las funciones esenciales para quienes forman parte de la carrera académica que denominamos ordinaria.
Actualmente, se les demanda, además de impartir docencia superior, participar activamente en la extensión del conocimiento, estableciendo vÃnculos directos con la sociedad. A esto se suma la creciente exigencia de involucrarse en procesos de innovación y transferencia tecnológica.
Este perfil, que además debe asumir tareas de gestión universitaria, es el que predomina. Se trata de profesionales altamente comprometidos con la misión institucional y con el desarrollo de todas las funciones universitarias, siempre buscando alcanzar el más alto nivel en cada una de ellas. Cabe destacar que, en nuestra Facultad, casi la totalidad de los académicos desarrolla su labor en régimen de dedicación exclusiva, lo que refleja un compromiso profundo con el quehacer universitario y con el fortalecimiento de la educación pública.
- ¿Cuáles son los principales desafÃos que enfrenta la educación en quÃmica y farmacia?
Los vinculados a la salud pública siguen siendo una de nuestras principales preocupaciones, debido al profundo impacto social que conllevan. En este contexto, es fundamental reconocer y fortalecer el rol del quÃmico-farmacéutico como parte integral del sistema, destacando su experticia en diversas áreas clave para el paÃs.
Uno de los grandes retos que enfrentamos desde la educación superior es precisamente visibilizar y consolidar ese rol profesional. Para ello, resulta esencial reforzar transversalmente la formación en valores y la ética profesional, como ejes centrales del proceso formativo.
Otro aspecto crucial son los vertiginosos avances tecnológicos. Por ello, promovemos una formación orientada a la adaptación al cambio y a la capacidad de asumir nuevos desafÃos, como lo representa, por ejemplo, la irrupción de la inteligencia artificial. Nuestro objetivo es que los egresados puedan evaluar crÃticamente estas nuevas herramientas y las incorporen en su quehacer profesional de manera eficiente y ética.
- ¿Cómo están adaptándose a las nuevas tendencias tecnológicas y cientÃficas?
Con un enfoque integral que combina flexibilidad, reflexión crÃtica y un compromiso firme con la evolución constante. Entendemos que no solo transforman los entornos laborales y sociales, sino que también cuestionan paradigmas tradicionales, generando incertidumbre e incluso niveles de estrés que requieren ser abordados con una visión estratégica.
La flexibilidad, en este sentido, es fundamental para aceptar que el cambio es permanente. Esta disposición nos permite repensar nuestras prácticas, explorar nuevas formas de enseñanza y aprendizaje, y crear espacios de formación continua tanto para académicos como para estudiantes. Somos conscientes de que innovar también implica desaprender para volver a aprender.
Desde la reflexión crÃtica, analizamos el impacto de estas transformaciones en los ámbitos educativo y profesional. Jamás incorporamos tecnologÃa por moda, sino que evaluamos su pertinencia pedagógica, cientÃfica y ética, buscando formar personas capaces de enfrentar desafÃos globales con criterio, creatividad y responsabilidad.
- ¿Cuál es su visión para la Facultad en los próximos 10 años?
Es importante reconocer que en las disciplinas cientÃficas que abordamos (QuÃmica, BioquÃmica, Ciencia de los Alimentos y Farmacia) el futuro a diez años se ha vuelto muy difÃcil de predecir. La velocidad con que emergen nuevos conocimientos, tecnologÃas y desafÃos en estos campos supera con creces los ciclos tradicionales de planificación. Avances disruptivos en inteligencia artificial, bioinformática, quÃmica computacional, quÃmica farmacológica y seguridad alimentaria están reformulando continuamente las preguntas cientÃficas y las soluciones posibles. Lo que hoy consideramos como frontera del conocimiento, mañana podrÃa ser superado o reemplazado. Esta incertidumbre no es una limitación, sino una oportunidad: nos exige formar profesionales y desarrollar ciencia con una mirada flexible, crÃtica, interdisciplinaria/transdisciplinaria y preparada para aprender de forma continua frente a un mundo cambiante.
Sin embargo, en este escenario visualizo igualmente una Facultad que mire su pasado con profundo orgullo, reconociendo en su historia un aporte sustancial a Chile y su gente. Una unidad académica que, sin dejar de mirar sus raÃces, haya incorporado esta visión en el abordaje de las disciplinas que cultiva, y que fortalezca el diálogo con la sociedad.
Aspiro a una Facultad que influya activamente desde la ciencia en los tomadores de decisiones, promoviendo que las polÃticas públicas estén basadas, ante todo, en evidencia cientÃfica. Una comunidad académica cohesionada, reconocida por sus pares y que se proyecte hacia su centenario habiendo cumplido sus sueños institucionales, siempre con la misión de entregar lo mejor al paÃs.
Por Carolina JulioÂ
