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Reconocida como un ícono en la formación de profesionales de excelencia en el ámbito de la salud, la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción conmemoró sus 90 años de vida institucional, mediante una serie de actividades académicas, culturales y sociales que ofrecieron el marco propicio para recordar a los forjadores de la unidad académica, repasar sus principales logros y delinear los desafíos futuros. Desde su fundación, el 26 de abril de 1924, esta facultad ha sido un pilar fundamental en el desarrollo de la casa de estudios superiores, asumiendo siempre un rol protagónico en el quehacer científico del país.

Actualmente cuenta con más de tres mil alumnos en sus seis carreras, incluyendo los campus Chillán y Los Ángeles, y durante su historia ha tenido 16 decanos. Hoy, la Facultad de Medicina de la UdeC es liderada por el destacado oftalmólogo Raúl González Ramos, quien lleva dos periodos en el decanato y pronto se repostulará al cargo. Su gestión se ha caracterizado por fomentar la interrelación entre los distintos grupos que integran la escuela, todo en un contexto país que requiere con urgencia la formación de nuevos especialistas para paliar el déficit que existe en el sistema público de salud, particularmente en regiones.

“Me formé en la Universidad de Concepción, claro que en los años ‘60 no todos los alumnos podían hacer su práctica clínica en el Hospital Regional, por lo tanto la mitad del curso se iba a Santiago a algunos de los establecimientos de la Universidad de Chile, donde finalicé mis estudios”, recuerda el facultativo, quien se especializó como oftalmólogo y retinólogo en el Hospital J.J. Aguirre de la capital.

- Cuéntenos de su opción vocacional...

Creo que estudié medicina por un afán de servicio, que es lo que mueve a todas las personas que eligen esta profesión. Además la medicina tiene muchas variables en cuanto al desarrollo profesional, tanto en el área quirúrgica, de investigación e incluso inserción social. Ahora, me incliné por la oftalmología porque me pareció una especialidad muy bonita, que tiene distintos enfoques, como la neurología y la física óptica. Me especialicé en retina con el doctor Juan Verdaguer Terradella, quien acaba de recibir el premio nacional de Medicina. Él fue mi maestro, mi tutor y considero un honor haber sido su discípulo, ya que es una tremenda persona, tanto en lo humano como en lo científico.

- ¿Cuáles han sido sus principales objetivos en el ejercicio de la oftalmología?

Muchas veces se considera esta especialidad como elitista, por tanto, a través de distintos cargos directivos me he propuesto llevar la oftalmología a la comunidad. En 2007, en coincidencia con el Auge, diseñé siendo jefe de Servicio en el HGGB un modelo para fortalecer la oftalmología en la atención primaria, mediante prestaciones no complejas, y creamos las Uapo o Unidades de Atención Primaria Oftalmológica. Con esta estructura se bajaron las listas de espera y el Ministerio de Salud evaluó de forma muy positiva esta iniciativa, al punto que actualmente hay más de 50 Uapo en todo Chile, orientadas a dar solución a patologías simples. Además me interesa mucho el tema de la rehabilitación y reinserción social del discapacitado visual, tanto del paciente con limitaciones parciales como totales, siendo en su momento director ejecutivo de la Corporación de Ayuda al Limitado Visual.

- ¿Qué representa para usted ser decano de la Facultad de Medicina de la UdeC, particularmente ahora que celebra 90 años de vida institucional?

De partida, revisando la historia de otras universidades, la verdad es que es muy difícil encontrar un oftalmólogo que haya sido decano de una facultad de medicina. En el contexto actual de este importante aniversario, para mí es sin duda un honor y una gran satisfacción ocupar este cargo, desde donde hemos intentado colaborar y ser un aporte en la proyección y desarrollo de esta unidad académica, que cuenta con un merecido prestigio a nivel nacional e internacional. En el país, somos la tercera facultad de medicina más importante después de las universidades de Chile y Católica, y queremos seguir creciendo con fuerza para mantener esta posición de liderazgo. A nivel de regiones, somos sin duda alguna la facultad más importante, lo que nos llena de orgullo, pero también nos entrega una gran responsabilidad en el sentido de potenciar una labor que garantice el desarrollo de la medicina en regiones y participar activamente en la formación de nuevos especialistas, lo que es uno de los principales déficit en el sistema público de salud. A nivel internacional contamos con profesionales egresados de estas aulas trabajando en distintas partes del mundo, tanto en lo clínico como en la investigación. Tenemos un reconocimiento en el extranjero, que se ha visto ratificado y fortalecido con proyectos estratégicos y alianzas académicas que hemos materializado, por ejemplo, con las universidades de Harvard, Lovaina y Calgary.

- ¿En qué pie se encuentra la facultad?

Cumplir 90 años es algo que nos llena de orgullo. Ésta es una facultad compleja, pero en el sentido positivo, porque tenemos seis carreras del área de la salud y más de tres mil alumnos, lo de por sí demanda un trabajo académico muy complejo. Por otro lado tenemos también los programas formativos de especialidades médicas, vale decir, estamos con una actividad bastante amplia en todos los frentes, a lo que debemos sumar los problemas propios del entorno, como por ejemplo la disponibilidad de campos clínicos, lo que a veces lleva a las universidades a competir entre sí. Como facultad, nosotros tenemos convenios docentes asistenciales con el Hospital Las Higueras de Talcahuano y el Servicio de Salud Concepción para el uso de campos clínicos de gran relevancia, como los hospitales Regional y Traumatológico, además del consultorio “Dr. Víctor Manuel Fernández”.

- ¿Cuáles son los principales desafíos que se han propuesto?

Nuestro principal desafío es retomar en plenitud la unión natural que debe existir entre la nuestra facultad y el Hospital Regional de Concepción. Estamos, además, abocados a producir un recurso humano totipotencial, un sello diferenciador del médico egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción. Pese a los cambios del entorno, el paso del tiempo y los avances tecnológicos, nuestros médicos siguen siendo profesionales capaces de realizar un trabajo de excelencia desde el nivel comunitario hasta la alta cirugía. Otra de nuestras metas es potenciar el área de la investigación, para lo cual inauguramos hace muy poco modernos laboratorios de bioanálisis clínico, hematología y banco de sangre y de morfofisiopatología y citodiagnóstico. También pusimos en marcha el laboratorio de psiquiatría genética y molecular, todo porque queremos estar a la vanguardia en la investigación aplicada. Del mismo modo, buscamos fortalecer los valores del humanismo y la bioética, enfatizando estas temáticas tan importantes para el ejercicio profesional en la formación de pregrado y en nuestros programas de especialidades. Finalmente, hemos adquirido un compromiso con la salud pública chilena, en el sentido de incrementar la cantidad de médicos especialistas que puedan desempeñarse en regiones, donde existe un déficit que debe ser subsanado de manera prioritaria. Es un esfuerzo grande, que se traduce en la formación de 100 especialistas, los que se sumarán a los que ya formamos, que son alrededor de 70 por año.