Dra. Marcela Rodríguez Alister:
“Estamos en un periodo de revolución de las ciencias”
Desde la presidencia de la Sociedad Chilena de Psiconeuroinmunoendocrinología, fundada en Concepción durante 2013, la psiquiatra organiza el próximo congreso latinoamericano de la disciplina, que se realizará por primera vez en el país. El evento reunirá a médicos que buscan el bienestar del ser humano a través de una aplicación integral del conocimiento.
Trabajando en su computador para definir cuanto antes fecha, expositores y contenidos del IV Congreso de la Federación Latinoamericana de Psiconeuroinmunoendocrinología, encontramos a la doctora Marcela Rodríguez Alister, médico cirujano de la Universidad de Concepción y psiquiatra egresada de la Universidad de Chile. Su consulta, ubicada en el Centro de Diagnóstico y Tratamiento Psicoterapéutico, en la capital de la Región del Bío Bío, se ha transformado en el comando de operaciones de un movimiento de carácter transdisciplinario que se ha propuesto alcanzar el bienestar del ser humano mediante una visión integral y participativa de todas las ciencias.
La psiconeuroinmunoendocrinología dio sus primeros pasos en Chile precisamente en Concepción, en 2004, con la doctora Rodríguez liderando un grupo de destacados profesionales, quienes tienen hoy el desafío de ser anfitriones por primera vez del congreso latinoamericano, que se llevará a cabo en Santiago. Se trata de una gran oportunidad para seguir fortaleciendo vínculos y construyendo redes estratégicas con médicos, científicos y académicos extranjeros que comparten el mismo interés y convicción. “Las políticas públicas en salud deben reformularse, trabajar a largo plazo, buscar el bienestar integral y tener una mirada más transdisciplinaria del ser humano. Esta mirada es lo que define a la psiconeuroinmunoendocrinología. Estamos en un periodo de revolución de las ciencias y tenemos que aprovecharlo”, asegura.
Tras finalizar sus estudios en la UdeC, la doctora Rodríguez trabajó durante cuatro años como médico general de zona en Curanilahue, Provincia de Arauco, donde fue valorada por su cercanía con los pacientes. Esta experiencia fue clave para definir su vocación: psiquiatría y pediatría eran sus opciones. “Descubrí que podía ser un aporte más importante para los adultos y a través de ellos y su estado de plena salud emocional, lograr un adecuado crecimiento y desarrollo de los niños”.
Para ella, agrega, “es indispensable la relación entre los seres humanos y, por lo mismo, el vínculo entre el médico y paciente es un nexo transformador para ambas partes, porque se genera un puente bidireccional. El psicoterapeuta cura a través de la palabra, se pone en el lugar del otro y en la aplicación de su conocimiento también mejora como persona y profesional”. De su etapa de especialización en la Universidad de Chile recuerda de manera particular al doctor Rafael Parada, nombrado maestro de la psiquiatría chilena en 2003 por la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía, a quien define como “un filoso y psiquiatra extraordinario, que hacía muy atractivas articulaciones entre ambos conocimientos”. Su formación prosiguió con un postítulo en terapia de orientación analítica, luego se desempeñó en el área forense y ejerció la docencia en psicopatología en las universidades de Concepción y del Desarrollo.
Pero fue la interacción con los epistemólogos Humberto Maturana y Ximena Dávila y médicos de distintas disciplinas lo que generó su interés en perspectivas holísticas del conocimiento y la salud, acercándose de manera paulatina a la psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE), llegando a convertirse en la primera presidenta de la Sociedad Chilena de Psiconeuroinmunoendocrinología, fundada en Concepción en 2013, y presidenta de la Federación Latinoamericana Psiconeuroinmunoendocrinología (FLAPNIE).
¿Cuando nace la psiconeuroinmunoendocrinología?
Esta visión surge hace mucho tiempo. Hipócrates y Galeno definían al hombre como una unidad conformada por el cuerpo, el alma y la mente. Con el correr de los años, las ciencias fueron fragmentando al hombre, apareciendo por ejemplo las diferentes disciplinas médicas. Si bien fue un proceso entendible y tal vez necesario, lo que postulamos nosotros es retomar una visión integral del ser humano para tratar sus dolencias, enfermedades y conflictos crónicos de la salud con una perspectiva multidisciplinaria y transversal. Los sistemas nervioso central, inmunológico y endocrino funcionan de manera no lineal, vale decir, no hay un problema que surja en uno y que después derive al otro, sino que las dolencias ocurren al mismo tiempo, interaccionan en todos los sistemas, manifestándose de distinta forma.
¿Cómo define esta disciplina y cuál es su objetivo?
La psiconeuroinmunoendocrinología es una disciplina que reúne a diversas especialidades médicas buscando integrar los distintos aspectos de la medicina que inicialmente fueron fragmentados para conocer el constructo del ser humano, y que hoy en día, a la luz de los avances de la ciencia, permite entender las relaciones entre los diferentes sistemas que estructuran al ser humano desde una perspectiva biopsicosociocultural. Su objetivo es promover la generación y difusión de conocimientos del ser humano desde una visión evolutiva, integradora y transdisciplinaria, para propiciar intervenciones que fomenten la investigación, educación, prevención, reparación, desarrollo y bienestar del ser humano como una totalidad.
¿Cuál es la mirada de la medicina convencional sobre estos planteamientos?
Creo que existe algún grado de desconfianza e incredulidad hacia nuestra disciplina, lo que atribuyo fundamentalmente al desconocimiento o al temor a los cambios, sobre todo cuando son tan profundos. Hay que avanzar paso a paso, con tranquilidad y dando señales de que estamos desarrollando un trabajo en equipo y serio. En Concepción integran esta disciplina 25 reconocidos profesionales de distintas áreas. Es importante subrayar que las diferentes especialidades de la medicina no van a desaparecer, sólo proponemos una visión más integral. Estamos aprendiendo constantemente y el conocimiento está en expansión.
¿Sienten que la conformación de una sociedad científica les entrega respaldo y validación?
Definitivamente nos sentimos más fortalecidos y nos enriquece trabajar unidos. Esta vereda del conocimiento nace en Chile precisamente en Concepción. Empezamos a juntarnos en 2004 de manera casual y casi 10 años después hemos avanzado bastante. Ha sido un proceso de crecimiento muy complejo, pero que valoramos mucho porque hay bastante interés de los profesionales jóvenes por conocernos.
Actualmente se encuentran preparando el IV Congreso de la Federación Latinoamericana de Psiconeuroinmunoendocrinología, encuentro que por primera vez se desarrollará en Chile, ¿qué nos puede comentar al respecto?
Los años 2006 y 2008 realizamos dos simposios en Concepción que generaron mucho interés, así que esperamos una concurrencia que supere las 350 personas. Ahora, debido a los cambios que se están generando en los distintos países latinoamericanos desde el punto de vista económico, social y cultural este año se hace un poco más difícil organizar el congreso, pero haremos nuestro mejor esfuerzo para que resulte exitoso. Las puertas están abiertas para todo tipo de profesionales, desde médicos hasta científicos y matemáticos. A más tardar en marzo definiremos la fecha y los invitados, pero sí puedo adelantar que la sede será Santiago y ya han confirmado su participación Humberto Maturana y el doctor colombiano, radicado en España, Jorge Carvajal.
Por último, ¿cómo espera que la psiconeuroinmunoendocrinología influya en Chile y de qué forma avizora su posicionamiento en un par de décadas?
Espero que sus conocimientos estén plenamente integrados a las políticas públicas de este país, con la participación de asesores científicos más que políticos. Aunque nuestro modelo de salud nos ha servido, éste no ha podido disminuir las tasas de enfermedad y continuamos con el avance de diferentes patologías. Son muchos los factores que influyen en la salud, por lo que es necesario una visión integral y transdisciplinaria, de lo contrario no vamos a poder vivir en bienestar. Tenemos grandes posibilidades de generar un cambio, pero debemos dar pasos concretos en esa dirección.
