Dra. Elisabeth Wettig Steinmeyer:
“Es importante destacar el rol social que cumplen los médicos”
Cardióloga infantil fundó la Corporación Niños de Puerto Varas, institución que cumple un papel clave en la protección de menores de edad en vulnerabilidad social. Fue reconocida como una de las 100 mujeres líderes del país.
En 1981 dejó Santiago para incorporarse al entonces llamado Hospital San José, actualmente Clínica Puerto Varas, en la Región de Los Lagos. Desde su arribo a la ciudad, Elisabeth Wettig Steinmeyer destacó no solo por su desempeño como cardióloga infantil, sino que también por su vocación social.
Formada en la Pontificia Universidad Católica de Chile y en el Hospital Luis Calvo Mackenna, ha trabajado por casi cuatro décadas en el sector público y privado. En el Hospital Dr. Eduardo Schütz Schroeder de Puerto Montt lo hizo en el Servicio de Neonatología, donde creó y dirigió el Comité de Lactancia. Durante seis años, además, representó en la zona a la Sociedad Chilena de Pediatría, agrupación científica que todavía integra.
Poco antes del término de 2019, la doctora Wettig recibió una noticia que la llena de orgullo: fue reconocida como una de las 100 mujeres líderes del país, distinción que otorga diario El Mercurio y la organización Mujeres Empresarias a profesionales que hayan contribuido en distintos ámbitos, convirtiéndose en referentes para sus pares.
El objetivo del premio es destacar y visibilizar el liderazgo femenino en áreas que aportan al desarrollo de Chile. Su labor como fundadora y presidenta del directorio de la Corporación Niños de Puerto Varas la hizo acreedora del reconocimiento, ya que logró convocar y organizar a un grupo de personas para proteger a menores de edad en vulnerabilidad social.
“Gracias a un cuerpo de voluntarios y socios comprometidos hemos logrado consolidar una cadena de trabajo que permite acompañar el crecimiento de los niños de una forma oportuna y pertinente a sus necesidades, de manera que el tránsito de ellos por el hogar sea una experiencia reparadora”, comenta. En siete años, la corporación se ha convertido en un espacio de afecto, cuidado integral y recreación, acogiendo en el Hogar San Arnoldo a niñas y niños desde el nacimiento hasta los seis años. “Fue una forma de retribuirle a la ciudad toda la hospitalidad, oportunidades y calidad de vida que me brindó”.
- ¿Cómo se gestó la idea de fundar la Corporación Niños de Puerto Varas?
En el Servicio de Neonatología del Hospital de Puerto Montt recibimos un niño prematuro, en condición de vulnerabilidad social, que requirió muchos cuidados. Cuando lo dimos de alta, el Juzgado de Familia lo envió al Hogar San Arnaldo de Puerto Varas. Junto con otros médicos visitamos el lugar y decidimos comenzar un trabajo conjunto con esta institución, ofreciéndoles una atención integral y de calidad, que contribuyera a un desarrollo saludable. Eso marca el inicio de la corporación. Nosotros brindamos apoyo al hogar, que es dependiente del Servicio Nacional de Menores y la Fundación Verbo Divino. La idea es involucrar y sensibilizar a la comunidad, motivando a los habitantes de Puerto Varas ser parte de este proyecto, que lo único que busca es brindar cuidado y bienestar en la niñez, ya que solo de esta forma podemos construir una sociedad más justa y feliz.
- ¿Qué necesidades tienen estos niños?
Más allá de la atención en salud que requiere cualquier menor de edad, lo que más necesitan es cariño y contención, porque en su gran mayoría son niños abandonados por sus padres o bien entregados en adopción antes de nacer. Tienen muchas carencias, provienen en general de familias vulnerables económicamente o con problemas de drogadicción y alcoholismo. Por lo mismo, requieren una atención integral y multidisciplinaria, que reconozca sus falencias y potencialidades, respetando la individualidad de cada uno de ellos.
- ¿Cuál es el principal pilar de este proyecto?
La corporación está constituida de tres pilares fundamentales: el voluntariado permanente, un ambiente protector con equipo de profesionales a cargo de los niños y sus cuidadoras y, finalmente, el liderazgo comunitario.
- La nutrición es fundamental para los menores de edad y, en este contexto, la lactancia es clave…
Sin duda. Yo me entusiasmé con la lactancia materna hace ya varios años, a partir de un taller que ofreció en Puerto Varas la doctora Verónica Valdés, pediatra, médico familiar y especializada en el tema en el Wellstart International de San Diego, Estados Unidos. En ese momento se me abrió un mundo entero y descubrí todos los beneficios que tiene, y desde entonces he impulsado esta práctica como alimento clave para el óptimo desarrollo físico y psicológico, además de su papel en la creación de vínculos afectivos y apego. La lactancia es muy importante para todos los niños, principalmente para aquellos en situación de vulnerabilidad social.
- Por último, ¿qué significado tiene para usted la distinción que recibió?
Cuando me avisaron quedé impactada, porque realmente no lo esperaba. Aquí solo tratamos de aportar y no trabajamos pensando en recibir un premio. Me siento orgullosa, feliz, sobre todo porque esto ayuda a visibilizar la labor que hacemos. Es necesario que como sociedad nos hagamos cargo de los problemas que enfrentan estos menores. Jamás podría haber hecho esto sola y, por lo mismo, es importante destacar el rol social que cumplen los médicos.
Como seres humanos debemos asumir un rol, mirar hacia al lado y tratar de ayudar al prójimo. Lo que más me gusta de este reconocimiento es que se abre la posibilidad de contar esta experiencia y motivar a otros médicos para que se sumen a este proyecto. Debo mencionar a los doctores Antonio Salvadó, Ivian Blanco, María Isabel Ramos, Daniel Kinzel, Patricio Guerra y María Teresa Yáñez, todos ellos estructuran parte de nuestra red, pero las puertas están abiertas para todos.
Por Óscar Ferrari Gutiérrez
