Dr. Luis López Cabrera:
“El trabajo en equipo, en base a la confianza, es la clave para crecer”
Para el director del Servicio de Salud Iquique esta premisa fue una de las claves para sacar adelante la emergencia sanitaria de la región, luego del terremoto y posterior tsunami.
A las 20:48 horas del día 1 de abril pasado un terremoto de 8,3º Richter se registró en el extremo norte del país frente a la costa de las regiones de Tarapacá, Arica y Parinacota, evento que no sólo generó pánico y caos, sino que también un tsunami que disparó las alarmas en toda la costa de Chile y en Latinoamérica, con ondas de 1,8 metros de altura, según las primeras estimaciones.
Menos de 24 horas antes, el doctor Luis López Cabrera, mientras realizaba su ronda pediátrica por el Hospital de Iquique, recibía una llamada. “Era la ministra de salud que me estaba solicitando que fuera el director del Servicio de Salud, mi vocación y compromiso social me llevaron a aceptar”.
Este médico nacido en Arica, estudió medicina en la Universidad de Concepción donde su formación humanista y su sentido de vocación social comenzaron a brotar. Se especializó como pediatra en la Universidad de Chile, porque lo marcó su trabajo como médico general en las comunas rurales de Huara, Colchane y Mamiña. “Hacíamos muchas rondas. Viajábamos por horas para hacer controles con un énfasis especial en la salud del niño, ese esfuerzo y la carencia de la zona marcaron un punto de quiebre en mí”, confesó el profesional.
Su paso por el Hospital San Juan de Dios de Santiago fue muy gratificante. “Todavía conservo amistades de esa época. Mi generación venía con otro norte. Muchos ya trabajaban y tenían familia, por eso aportaban con todo un bagaje cultural y de vivencias como médicos, a diferencia de otras generaciones en la que egresaban de médicos y al año siguiente hacían la beca. Por ese “aporte” nuestros profesores nos tenían aprecio”, comenta.
Estaba justamente camino a la Intendencia para sostener sus primeras reuniones como director del SSI cuando comenzó el terremoto. El movimiento telúrico lo puso a prueba inmediatamente. Debió transformarse, de la noche a la mañana, en un líder natural que manejó de forma oportuna y eficiente la emergencia.
Sobre los desafíos del nuevo cargo y su trayectoria en la región, el doctor Luis López Cabrera sostuvo una cálida y familiar conversación con SAVALnet.
- Doctor, ¿cuándo asumió el desafío de la dirección del Servicio de Salud Iquique?
Asumí hace tres meses y fue de consenso a nivel central. Mi nombre fue propuesto y, al parecer, otras personas sabían más que yo acerca de mi destino. De hecho, esta designación me recordó al fallecido doctor Ricardo Reyes. Él me saludaba todas las mañanas en el casino del Hospital de Iquique con un “cómo está señor director”, siempre bromeaba con eso y mire dónde estoy. Mi nominación fue bien especial. Yo acaba de dejar la jefatura en el Servicio de Pediatría, así es que sólo estaba dedicado a la parte clínica. El 31 de marzo estaba haciendo mi ronda en pediatría, cuando me llama la ministra de salud y me dice: “has sido nombrado director del Servicio de Salud de Iquique, ¿aceptas?”. Quedé muy sorprendido, me senté a pensar y a los cinco minutos me llamaron a la Intendencia para una reunión. Una vez allí me presentaron, hicieron una breve introducción, los periodistas me sacaron unas fotos y ya estaba trabajando en el SSI. Todo fue muy rápido. En ese momento sólo agradecí la confianza depositada por las autoridades y pensé en dar lo mejor de mí para que las políticas en salud que se quisieran implementar se llevaran a cabo.
- Cuéntenos un poco sobre ¿cuáles eran sus labores antes de llegar a este cargo público?
Yo llegué de la beca de pediatría en 1994. Dos años después, me nombraron director subrogante del Servicio de Pediatría del Hospital Regional de Iquique, nadie quería asumir esa responsabilidad. Estuve a la cabeza del Servicio de manera interina hasta 2007. Ese año decidí quedarme definitivamente en la región, así es que cuando se abrieron las postulaciones al cargo, llené la solicitud y pasé a ser titular hasta 2013. También fui presidente de la Sociedad Chilena de Pediatría, Filial Iquique en dos oportunidades, pero al asumir como director del SSI tuve que renunciar, igual que a mi cargo gremial, por un tema de incompatibilidad y compromiso ético.
- Usted se convirtió en director del SII un día antes de que se produjera el terremoto que sacudió a Iquique el 1 de abril pasado. ¿Cómo fue esa experiencia?
Así es. Mi primer día fue bastante movido. Al asumir, por esas cosas de la vida, quise conocer todo sobre emergencias y desastres. Quien estaba a cargo, me hizo una presentación. Creía necesario saber cómo actuar ante cualquier emergencia. Todo esto a horas del terremoto, aún creo que fue una especie de bendición. Ese 1 de abril, a eso de las 18:00 horas, me llaman a reunión a la Intendencia. Salgo pasada las 20:30 horas, me fui caminando hacia el estacionamiento de Plaza Prat cuando comienza a moverse todo. No me detuve, seguí avanzando hasta donde pude. Aún temblaba, así es que me fui a la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi). En el camino fui viendo como los grifos reventaban, había cortocircuitos, comenzaron algunos incendios, la gente corría en dirección al cerro en estado de shock, había una gran desesperación.
- ¿Cómo tuvieron que actuar en un primer momento?
Cuando llegué a la Onemi, me quedé tres días y tres noches. Tuvimos que tomar muchas decisiones frente a la contingencia, de manera rápida. Desde encabezar un grupo humano desmoralizado, hasta traer tres hospitales de campaña, uno de ellos un Buque Hospital que tenía pabellones, lo que permitió a los colegas operar incluso el fin de semana. También tuvimos que ir y levantar Pozo Almonte y visitar los consultorios, para constatar en terreno cuáles eran los temas que más urgían solucionar. Por ejemplo, el Centro de Salud Familiar Cirujano Videla se inundó con la salida del mar, por lo que tuvimos que trasladarlo al ex Liceo Arturo Prat. Armamos un campamento en el Estadio Tierra de Campeones, donde trabajamos coordinadamente con otras autoridades involucradas en este desastre.
- ¿Cuáles fueron los objetivos que se propuso llevar a cabo al llegar a esta dirección pública?
Dadas las circunstancias, lo primero fue armar toda la red asistencial post terremoto. Teníamos que constituirnos en cada lugar para elaborar rápidamente planes de contingencia y así poder sobreponernos a la demanda asistencial que estaba sucediendo y no limitarnos por situaciones de infraestructura. Eso, hasta ahora, se ha ido cumpliendo. Nuestro hospital está en vías de normalización y esperamos estar listos durante este mes. Todavía quedan pendientes algunos aspectos de atención primaria, donde se está interviniendo para reponer lo perdido. Lo mismo en el caso de Alto Hospicio y Pozo Almonte, donde además de infraestructura, se desordenó la estratégica de atención, por lo que elaboramos planes de contingencia con hospitales modulares, todo en ejecución y en constante supervisión en terreno.
- Con este terremoto, seguramente los lineamientos sanitarios cambiaron…
Por supuesto, pero existe un compromiso ministerial que no se modifica. En lo que respecta a infraestructura, el Hospital de Alto Hospicio tiene prioridad. Va a ser de mediana complejidad y contará con nuevos elementos de crecimiento que vamos a potenciar, porque la comuna cuenta con más de 100 mil habitantes y en 15 años más, probablemente, esa cifra suba al doble. Por lo que va a ser potenciado con dos Centros de Salud Familiar (Cesfam) y un Centro Comunitario de Salud Familiar (Cecof). También se están reacondicionando las postas rurales de Colchane, Camiña y Quelque. En Iquique construiremos otro Cesfam y un Centro Comunitario de Salud Mental Familiar (Cosam) en los terrenos que fueron utilizados por los albergados. Otro desafío es la escasez de especialistas en la región, un tema nacional que debe permitirnos terminar con la centralización en salud. Nos asignaron cuatro cupos más y dos consultorías. Nosotros presentamos una propuesta local como macro zona Arica, Iquique y Antofagasta. En total sumamos más de un millón de habitantes y tenemos hospitales con campos clínicos vírgenes, por lo que queremos incentivar a que las universidades envíen a sus internos a la zona. Queremos mejorar la red de SAMU, para que sea más potente y abarque toda la región, por nombrar algunos temas.
- ¿Cuál será el enfoque que buscará imprimirle a su cargo?
Soy un convencido de que debemos recuperar la salud pública. El 70 por ciento de los servicios en salud se están externalizando. Esto no puede pasar, porque los potenciales de los hospitales están dados para crear su propio ingreso. Lo que hay que hacer es trabajar en ello y las políticas que se están elaborando van en esa dirección. La salud pública es una de las herramientas con las cuales se va a poder romper con las inequidades en el acceso y en la oportunidad que tienen las personas para atenderse. Me gustaría ser un agente activo en articular las redes, eso significa, tener contacto con los diferentes alcaldes y sus coordinadores en salud para hablar un idioma común y llegar a concesos. El trabajo en equipo, en base a la confianza, es la clave para crecer.
- Le tocó enfrentar una situación compleja. ¿Cómo se trabaja la emergencia sanitaria en ese momento?
Ante una emergencia lo que debemos hacer es preocuparnos por mantener el acceso de los usuarios a sus atenciones, de manera oportuna y eficiente, es decir, sin tener dificultades para ello. Esta emergencia trajo consigo una serie de pérdidas que nosotros debemos solucionar para trabajar en llevar atención a las personas y en terminar con las listas de espera de la región. La infraestructura que se perdió, debemos recuperarla rápidamente con inversiones para el hospital que se mezclan con todas las obras de mitigación por el terremoto. Hemos trabajo arduamente y, a veces, lo que hacemos no se sabe, por eso hemos utilizado mucho las redes sociales para que la comunidad sepa lo que estamos haciendo para mejorar las condiciones en salud.
- ¿Cuáles son los temas pendientes que urgen solucionar?
Además de cumplir con los desafíos ministeriales que se impusieron a nivel central, hay tres puntos claves que debemos mejorar y que están ligados a la cobertura de especialistas en la región, a la infraestructura de las comunas rurales y a la de los Centros de Salud Familiar de la zona urbana.
- ¿Qué cambios o proyectos se tienen pensados para la región?
El proyecto más importante es la construcción del nuevo Hospital para Alto Hospicio con toda una red de otros establecimientos para potenciar esa comuna con las zonas rurales y así trabajar en red, lo que puede –eventualmente- descongestionar el Hospital de Iquique. Además, se tiene contemplada implementación de un Servicio de Atención Primaria de Urgencia de Alta Resolución (SAR), un nuevo modelo de atención que incorpora la tecnología apropiada y la dotación del personal clínico necesario para realizar derivaciones sólo a quienes requieran atención secundaria. Aquí el médico va a tener la oportunidad de hacer un examen imagenológico y un diagnostico virtual a través de telemedicina, un lindo desafío que me gustaría implementar en toda la región, porque es una forma de mitigar la falta de especialistas y la necesidad de movilizar personas con el consecuente ahorro que eso implica. Dentro de mi misión, está el aportar con ideas para mejorar la salud en la región. Soy médico, conozco las necesidades, sé lo difícil que es desempeñarse en una zona extrema, por eso me he propuesto trabajar en conjunto con otras ciudades para ejecutar proyectos conjuntos como una gran macro zona del Norte Grande.
