Dr. Óscar Isla Alonso:
“El riesgo de vivir con obesidad mórbida es mayor al riesgo quirúrgico”
El especialista en cirugía bariátrica acaba de inaugurar un Centro de Tratamiento Integral de la Obesidad, el primero en su tipo en la Región de Valparaíso.
Es indiscutible que la obesidad tiene efectos adversos en salud y longevidad. Es una patología que tiene diversas presentaciones, dependiendo del país o región. Aunque tradicionalmente era considerada una condición propia de países desarrollados, hoy es claro que su prevalencia es también alta en países en desarrollo, ya que en muchos de ellos se puede observar coexistencia de obesidad y desnutrición.
Según datos del ministerio de Salud (Minsal), el 67 por ciento de los adultos chilenos presenta exceso de peso, es decir, están fuera de sus rangos normales según su peso ideal. En el caso de los menores de seis años, el registro indicó que el 10 por ciento padece obesidad, índice que se eleva al 25 por ciento cuando los niños llegan a primer año básico.
Para el doctor Óscar Isla Alonso, destacado cirujano bariátrico de la Región de Valparaíso, este ha sido siempre un tema de gran preocupación. “Siempre me llamó la atención, desde que estaba en la beca. Además, se dio un contexto familiar importante, porque yo perdí a mi hermano por esta enfermedad”, confiesa el profesional.
Estudió medicina en la Universidad de Concepción; desarrolló su beca de cirugía general, a través de la Universidad de Valparaíso, en el Hospital Dipreca; y su subespecialización en bariátrica en la misma institución de salud.
Gracias a su preparación, en 2004 tuvo el honor de realizar la primera cirugía de bypass laparoscópico en la Región de Valparaíso. Lo que para el especialista es motivo de orgullo, porque “fue una intervención que marcó un hito en la zona”.
El doctor Isla invitó a un grupo de importantes especialistas regionales a participar de un proyecto bastante ambicioso: CIOMED, el primer Centro de Tratamiento Integral de la Obesidad de la región.
“Este centro nació de la idea de que en la región teníamos que tener algo que fuera tan bueno o mejor que los centros de referencia nacionales e internacionales. Yo empecé en esto de la cirugía bariátrica en 2002 y me ha tocado visitar bastantes centros. Lo que concentramos acá es lo que sacamos en limpio de lo mejor que hemos visto”, destacó el doctor Isla.
Actualmente, divide su tiempo entre Clínica Miraflores, Clínica Reñaca, su tarea como médico interconsultor del Hospital del Cobre de Calama, su consulta privadas y su nueva labor en CIOMED, lugar donde recibió al equipo de SAVALnet para conversar sobre esta patología, que se ha transformado en un verdadero problema de salud pública en Chile.
- Doctor Isla, ¿cuál es la prevalencia de la obesidad en nuestro país?
En Chile, alrededor de un 3,5 por ciento de la población es obesa mórbida. Y en términos de sobrepeso ya estamos con valores muy altos: más del 40 por ciento de los chilenos tiene sobrepeso. Eso convierte a Chile en el quinto país con más obesidad en el mundo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), después de Estados Unidos y México, que lideran el ranking.
- ¿Cuáles son las proyecciones de este problema de salud pública?
Desgraciadamente, este problema tenderá a crecer, porque estamos copiando, cada vez más, el modelo norteamericano en lo que respecta al tema de la alimentación y de las actividades deportivas. La obesidad en el país del norte es una epidemia tremenda. En Chile y en todo el mundo Occidental también lo está siendo. Ahora, lo increíble es que en Oriente cada vez está aumentando esta problemática. De hecho, en Japón la obesidad ha aumentado en más de 1000 por ciento.
- ¿Y eso a qué se debe?
Principalmente, a la alimentación y a la actividad física. Cuando nosotros éramos pequeños realizábamos muchas actividades: salíamos, jugábamos a la pelota, para cambiar el televisor teníamos que pararnos de la cama. Ahora todo eso ha cambiado. Lo manual ha evolucionado hacia lo automático, tenemos control remoto, usamos escalera mecánica, los cambios del automóvil son automáticos, los juegos en la calle se suprimieron y ahora los niños experimentan en el computador y en solitario. Por lo tanto, eso nos indica que nos estamos moviendo menos y nos estamos alimentando peor.
- En qué momento en nuestro país se comenzó a considerar a las cirugías bariátricas como una verdadera opción para el paciente con obesidad
El Estado reconoció, hace aproximadamente ocho a 10 años, a la obesidad mórbida como una enfermedad en Chile. Esta enfermedad tiene cobertura de las aseguradoras, tanto en Fonasa como en las Isapres. Por lo tanto, en la práctica, todo paciente que tiene más de un año y medio en la aseguradora y que cumple con los requisitos de IMC y enfermedades asociadas tiene derecho a operarse.
- ¿Por algún motivo en especial el Estado tomó cartas en el asunto?
Sí, porque es muy claro que esta enfermedad crónica se relaciona con muchas otras enfermedades como la diabetes, hipertensión, artrosis, problemas de colesterol, triglicéridos, entre otras. Esto hace que aumente el riesgo cardiovascular y la posibilidad de morir o quedar secuelado por un infarto o un accidente cerebrovascular encefálico.
- ¿Cómo se clasifican estas intervenciones?
Hay varios tipos de cirugía y eso es muy importante como concepto. No existe la mejor cirugía, existe la mejor indicación. Tenemos cirugías endoscópicas como es el balón gástrico y endobarrier; y cirugías laparoscópicas, donde se encuentran la banda gástrica, la gastrectomía vertical, el bypass gástrico y el duodenal switch. De todos esos procedimientos, en Chile lo que más se está realizando en este momento es el bypass, pero cada vez la gastrectomía vertical está llegando a los números del bypass.
- ¿Hay alguna técnica nueva que se esté comenzando a utilizar?
Lo más nuevo es endobarrier, que es la técnica endoscópica en donde se coloca una manga de polietileno desde el duodeno hasta 60 centímetros en el intestino delgado. Es prácticamente ambulatoria, muy segura. Se baja alrededor de un 20 a 25 por ciento del exceso de peso, pero es muy buena en el control de las enfermedades metabólicas como la hipertensión o la diabetes. Desgraciadamente, este dispositivo sólo se puede mantener por un año, luego hay que retirarlo. Es una opción para los pacientes que no quieren algo tan invasivo.
- ¿Cuáles son los pros y contras de este tipo de intervenciones?
Primero, son una excelente alternativa para los pacientes con obesidad mórbida. Aquellos que se operan, estadísticamente hablando, viven cinco años más que los que no lo hacen. Mejoran su calidad de vida, se sienten mejor, tienen menos enfermedades concomitantes y hay un tema de estas enfermedades que no siempre se habla: el aspecto social, que con cirugía estos pacientes logran dejar atrás.
- ¿A que se refiere con el aspecto social de la obesidad?
A los temas de discriminación que existen. A que, por ejemplo, un profesional que recién sale de su carrera, va en busca de un trabajo y se encuentra en una entrevista al lado de un flaco. A quién van a elegir: al flaco. Cosas tan simples como ir a comprar ropa, buscar una pareja o trabajo, movilizarse en algún medio de transporte son parte de la enfermedad social de esta patología crónica. Por lo tanto, la mejoría en ese aspecto es muy importante para nosotros.
- ¿Cuándo se introdujeron estas técnicas en Chile y cómo han evolucionado desde entonces?
La primera operación de bypass laparoscópico en el mundo se realizó en 1954 y en Chile el doctor Julio González Pardo, recientemente nombrado maestro de la cirugía chilena, la practicó en Valparaíso en 1984. Con él comenzó la cirugía bariátrica en el país con diferentes técnicas, algunas de ellas ya está en desuso. Años más tarde, apareció la cirugía laparoscópica y en 2004 tuve el honor de realizar la primera cirugía de bypass por esta vía en la Región de Valparaíso. De ahí comenzó todo el boom de cirugías laparoscópicas en el país.
- ¿Estos tratamientos tienen algún riesgo significativo para el paciente?
Sin duda. Esta cirugía tiene mortalidad, que se calcula en 1/1000 pacientes. Y también tiene complicaciones –desde leves a severas- que, en buenas manos, debieran bordear un seis por ciento. Por lo tanto, sí tiene riesgos. Pero yo siempre le planteo a mis pacientes: el riesgo de vivir con obesidad mórbida es mayor al riesgo quirúrgico.
- Si el paciente no cambia sus hábitos, puede volver a recuperar los kilos perdidos. ¿Cuántos de ellos logran mantener su peso?
Es muy relativo. El porcentaje de recidiva va a depender del tipo de cirugía realizada, quién la hizo y el IMC inicial del paciente. Pero se calcula con manga una recidiva de un 20 a 30 por ciento, dependiendo del IMC inicial; y con bypass de un 12 a un 15 por ciento. Entonces, los pacientes que reganan peso deben empezar por cambiar sus hábitos y volver a lo inicial, que fue cuando obtuvieron resultados óptimos.
- ¿Se pueden volver a operar?
Sí se pueden volver a operar, pero esa cirugía es más riesgosa que la primera.
- Por último doctor, tras años de práctica y mejoramiento en las tecnologías, ¿cómo se vislumbra el futuro de estas cirugías?
Yo creo que el desarrollo va a ser cada vez mejor. Cuando partieron estas cirugías, existía mortandad, no mortalidad. Los pacientes morían mucho. Cada vez, nuestro porcentaje de éxito es mejor. Hay menos complicaciones, estadías hospitalarias más cortas y mejoría de calidad de vida a corto plazo.
