Dr. Ibrahim González Escobar:
“El mayor desafío ha sido manejar el temor de los pacientes”
La desatención es una de las tareas más importantes de la oftalmología y su abordaje evitaría la discapacidad visual de millones de personas. La pandemia ha acentuado el problema, mientras especialistas plantean soluciones.
Más de 1.800 millones de personas estarán en riesgo de sufrir ceguera en 2050 debido a la desatención y falta de adherencia terapéutica, de acuerdo con un estudio publicado en The Lancet Global Health [1]. El trabajo, liderado por 73 especialistas de veinte países, plantea una serie de desafíos a los sistemas sanitarios, exigidos al límite por la propagación del SARS-CoV-2.
Implementar mecanismos que reviertan esta contingencia debe ser una prioridad, advierte la Organización Mundial de la Salud. En el mismo reporte se asegura que 1.100 millones de personas con pérdida de visión no reciben atención oftalmológica, un dato que preocupa si se considera que 90% de sus causas podría prevenirse o tratarse.
“Es una realidad que se vive en gran parte del mundo y se evidencia aún más por la desigualdad económica y social. Afortunadamente, muchas de estas discapacidades tienen buen pronóstico si se abordan de forma oportuna”, comenta el doctor Ibrahim González Escobar, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Regional de Talca.
Uno de los factores que ha acentuado la falta de cobertura es la crisis por COVID-19. “Se cerraron consultorios y la afluencia de pacientes a hospitales y unidades de atención primaria disminuyó”, agrega el profesional formado en la Universidad de Los Andes de Mérida y la Escuela de Medicina Dr. José María Vargas de la Universidad Central de Venezuela. Además, es fellowship en córnea y cirugía refractiva en el Centro Médico Docente La Trinidad.
“En Latinoamérica tenemos muchos pacientes en zonas rurales y el cuidado visual suele darse mediante operativos liderados por fundaciones o instituciones privadas que prestan colaboración, mientras que a nivel mundial existe un déficit de oftalmólogos, tecnólogos, optómetras, enfermeras y personal de apoyo que en conjunto pueda brindar atención integral”.
- ¿Qué estrategias se deberían implementar?
Es un problema complejo, ya que 90% de la población en algún momento necesitará atención oftalmológica. Debemos abordar estos desafíos con voluntad y contar con una planificación adecuada que establezca metas de cobertura a los principales grupos de riesgo de discapacidad visual, empezando desde las escuelas, evaluando sistemáticamente a la población, realizar tamizaje de patologías como glaucoma y catarata y, finalmente, garantizar mayor acceso a cirugías correctivas.
Por otro lado, es fundamental informar a la población acerca de los beneficios de una alimentación saludable, ejercicio y prevención de enfermedades como diabetes e hipertensión, ya que para controlar los trastornos visuales no basta con el tratamiento médico quirúrgico.
- En el estudio se resalta un aspecto clave: potenciar ambientes inclusivos…
Es muy importante proveer a pacientes que han perdido la visión las herramientas para reinsertarse en la sociedad, de manera que puedan ser un aporte a sus familiares y entorno. Estas personas no deben sentirse una carga, requieren entendimiento y apoyo para lograr valerse por sí mismas.
- Catarata, glaucoma y degeneración macular son las principales causas de ceguera crónica, ¿qué avances en diagnóstico y tratamiento se han concretado?
En el Hospital Regional de Talca realizamos aproximadamente 1.600 cirugías de catarata al año y 98% se llevan a cabo mediante facoemulsificación. En relación al glaucoma, desarrollamos exámenes de detección y seguimiento mediante estudios de tomografía de coherencia óptica, campo visual y control de presión intraocular.
Al tratarse de una enfermedad crónica, el manejo de la degeneración macular relacionada con la edad es más complejo y los avances han tenido poco impacto. La indicación de antiangiogénicos se realiza en casos puntuales, así como el uso de antioxidantes. La educación en cuanto a la alimentación y factores de riesgo son parte de las medidas adoptadas.
El diagnóstico y tratamiento tardío de estas patologías puede ocasionar ceguera. Otras enfermedades que causan discapacidad visual son retinopatía diabética y trastornos degenerativos y autoinmunes, los cuales han aumentado exponencialmente.
- Queratocono es la afección más prevalente de la córnea y también la de mayor riesgo si no es detectada oportunamente…
Efectivamente es una patología de alto riesgo para la salud visual y una de las principales causas de trasplante en Chile. No existe estadística clara de su prevalencia, pero según los últimos estudios varía según la población, pudiendo ser baja en países como Rusia (0.2-0.4 x 100.000 hbt) o alta como en Arabia Saudita (4.790 x 100.000 hbt).
Su detección en etapa temprana depende principalmente de la sospecha, siendo indispensable escuchar al paciente, estar atentos al frotamiento ocular y cambios refractivos que nos pueden llevar a hacer estudios más profundos. Se puede disminuir la progresión del queratocono, pero al presentar síntomas y signos característicos, probablemente se encuentre en un estadio tardío que pudiese requerir cirugías como anillos intracorneales o trasplante.
- ¿Qué enseñanzas deja la pandemia y cómo aprovecharlas para intentar revertir las proyecciones publicadas en The Lancet Global Health?
El mayor desafío ha sido manejar el temor de los pacientes, brindando confianza y seguridad para que no abandonen sus terapias o posterguen innecesariamente sus cirugías. Esto debería tener un impacto positivo y generar conciencia en la población sobre los riesgos de no tratar las enfermedades oculares. Fuimos capaces de adaptarnos e innovar en las formas de atención mediante herramientas que se han consolidado como la telemedicina.
Referencia
[1] Burton MJ, Ramke J, Marques AP, et al. The Lancet Global Health Commission on Global Eye Health: vision beyond 2020. Lancet Glob Health. 2021 Feb 16:S2214-109X(20)30488-5.
Por Óscar Ferrari Gutiérrez
