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El aumento en los índices de obesidad en Chile plantea importantes interrogantes frente a las diversas políticas sanitarias que se han establecido, sobre todo dado el carácter crónico de esta afección y a su estrecho vínculo con otras patologías que incrementan el riesgo de morbimortalidad, tales como la diabetes, hipertensión arterial y dislipidemias.

"Muchos investigadores postulan que la alimentación, particularmente en el obeso, tiene un carácter adictivo, similar al producido por la cocaína, alcohol o tabaquismo. Precisamente estos factores promueven la liberación de dopamina, encargada de generar placer, y por tanto en sujetos con cierto grado de vulnerabilidad genética puede ocasionar adicción y conducir a la obesidad", comenta el doctor Valenzuela a SAVALnet.

Pero la obesidad no es solo el resultado de una sobrealimentación o sedentarismo extremo, sino que existen otro tipo de factores, más bien ambientales, que podrían contribuir a la alta prevalencia de obesidad en Chile y el mundo. Ellos son el abandono tabáquico, la falta de horas de sueño, la microbiótica intestinal, la polución ambiental, el bajo peso de nacimiento, el uso de aire acondicionado y el uso y abuso de fármacos.

En conversación con el presidente de la Sociedad Chilena de Obesidad, el profesional comparte su mirada sobre esta llamada pandemia nacional, además de entregar ciertas reflexiones sobre políticas públicas y nuevas propuestas.

- Doctor, ¿en qué estado se encuentra Chile frente a esta realidad?

Lamentablemente, y no solo a nivel país, la obesidad está alcanzando proporciones epidémicas. Según el último informe mundial de la OMS, existen más de 1.600 millones de personas adultas excedidas en peso, de las cuales 400 millones serían obesas. Respecto a Chile, y tal como fue señalado durante la Encuesta Nacional de Salud, publicada el 2004, un 22 por ciento de la población mayor de 17 años es obesa, vale decir, que tienen un índice de masa corporal mayor a 30, en el que existe predominio del sexo femenino. Ahora, en relación a la distribución socioeconómica, es en los niveles más bajos donde se presentan los mayores casos de obesidad y sobrepeso. 

- ¿Son los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo los únicos factores responsables?

Son los principales, más no los únicos; diría que es una combinación de factores. No podemos obviar elementos como el estrés, la falta de sueño o el consumo de fármacos. Quiero ser majadero en eso, no es solo un tema de sobrealimentación y falta de ejercicio, la obesidad es algo mucho más complejo.

- ¿Y de qué manera afecta, por ejemplo, la falta de horas de sueño?

Varias investigaciones señalan que el dormir menos de seis horas puede ser un factor contribuyente al desarrollo de obesidad. Incluso se han realizado estudios en niños durante los dos primeros años de vida, concluyendo que aquellos que duermen menos de 12 horas presentan un mayor riesgo para el sobrepeso y la adiposidad en edad preescolar. Se ha postulado que incrementos en las concentraciones plasmáticas de ghrelina, asociados con una menor elevación de leptina, están dentro de las posibles razones. 

- ¿Por otra parte, cuál es la relación que existe entre microbiota y obesidad?

Investigadores de la Universidad Washington han descubierto que los humanos y ratones obesos poseen, en comparación con sus congéneres delgados, una proporción diferente de firmicutes y bacteroidetes, que son dos bacterias intestinales encargadas de la digestión y el equilibrio energético. Este mismo grupo analizó en 12 sujetos obesos el impacto que tiene la reducción del peso sobre la microbiótica intestinal después de 1 año de tratamiento, etapa en la que notaron que la proporción de firmicutes y bacteroidetes tiende a normalizarse y asemejarse a los sujetos de peso normal.

- ¿Y respecto al rol que juegan los alimentos ultraprocesados?

Le llamamos así a todo lo que sea combinación de azúcar, grasa y sal. Y lo increíble de esto es que al consumirlos se activan las mismas vías de adicción que genera la cocaína, no hay ninguna diferencia, y la industria lo sabe perfectamente. Aun sabiéndolo se siguen fabricando. Mientras más adicción generen, mejor negocio.

- Por último doctor, ¿cómo cree ha aportado la nueva Ley de Etiquetados a esta realidad?

Considero que aún está muy lejos de ser una medida de educación completa. La mayor parte de la población todavía no tiene conciencia de lo que está consumiendo. Si dependiera de mí, impondría que todos los colegios incorporaran un ramo sobre educación nutricional y vida saludable, desde pequeños. Es fundamental que logremos hacer cambios, pues de lo contario perderemos la batalla contra la obesidad.

Por María Ignacia Meyerholz L.