Dr. Sergio Mezzano:
“Para motivar a los futuros médicos, lo mejor es predicar con el ejemplo”
En el marco de la trigésimo novena reunión del capítulo chileno del American College of Physicians (ACP), el martes 8 de mayo se hizo entrega de los Laureate Awards, premio que honra a integrantes de la agrupación que hayan demostrado un compromiso permanente con la actividad clínica, docente y de investigación, así como con la entidad convocante.
En la oportunidad, el doctor Sergio Mezzano, jefe de la Unidad de Nefrología y académico del Instituto de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile (UACh), recibió este premio con gran emoción.
Cabe recordar que el doctor Mezzano, luego de estudiar el pregrado en la Universidad Católica de Chile, a mediados de los ’70, obtuvo una beca primaria de Medicina Interna en la Universidad Austral de Chile en Valdivia, donde también trabajó en el Hospital J.F. Kennedy. Más tarde, fue nombrado profesor asistente de la casa de estudios, labor que complementó con una beca de investigación en nefrología clínica que desarrolló en la Universidad de Cincinnati, Estados Unidos.
En 1983 fue nombrado jefe del Departamento de Medicina de la Escuela de Medicina de la UACh, donde se le concedió el cargo de profesor titular en 1990 y asumió como director de la Oficina de Investigación de la Universidad hasta el año 2000.
Desde 2001 a la fecha, dirige la Unidad de Nefrología de la UACH que es uno de los centros más importantes de Chile dedicado a la asistencia clínica, la formación de pre y postgrado y la investigación de punta en el ámbito de las patologías renales, desde donde a través de la docencia, incentiva a sus alumnos en investigación y asistencia, por lo que son reconocidos a nivel nacional e internacional, “lo que es suficiente como para sentirse satisfecho”, confiesa el profesional.
- Doctor Mezzano, ¿qué lo llevó a especializarse en el área de la nefrología?
- Yo egresé de la Universidad Católica, alrededor de 1972. En esos años no había becas primarias de medicina interna en Santiago. El gobierno de la época decidió que las becas de Medicina Interna había que hacerlas en regiones y, por esas cosas del destino, yo terminé haciendo la mía en la Universidad Austral de Valdivia. Durante ese período de formación, conocí al doctor Sergio Tambo, un médico internista que hacía nefrología y que gracias a él di mis primeros pasos en la especialidad. El doctor Italo Caorsi (Q.E.P.D), fue un patólogo que influyó mucho en mi formación. Él era un médico de gran iniciativa y empuje, uno de los fundadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile. Ambos fueron personas muy estimulantes. Yo creo que eso, sumado a que no había nefrología en Valdivia, hizo que me fuera dedicando a ella. Hice una pasantía en la Universidad de Chile y, más tarde, me fui a hacer nefrología a Estados Unidos.
- Usted está cumpliendo 30 años desde que se interesó por esta disciplina. A su juicio, ¿cuáles han sido los hitos más importantes de la especialidad?
- Son muchos, pero yo te diría que el primero fue la beca de nefrología que hice en Cincinnati con el profesor Victor Pollak. Volver a Chile y realizar el primer trasplante renal en Valdivia en 1982, cuando prácticamente sólo se hacían trasplantes en Santiago o en Valparaíso. Otro hito importante fue partir con un laboratorio de histocompatibilidad, en Valdivia tenemos el segundo laboratorio que tipifica tejidos para trasplante renal en Chile, además, somos el centro de referencia de todos los pacientes del sur del país, desde Temuco a Punta Arenas. Ese fue un hito muy importante dentro del desarrollo nefrológico. Y los otros han tenido que ver fundamentalmente con el desarrollo mismo de la especialidad.
- Sobre lo que acaba de mencionar, ¿qué avances fundamentales cree Usted que ha experimentado la nefrología en los últimos años?
- Cuando yo empecé en nefrología, la diálisis era absolutamente excepcional. Con esfuerzos, yo diría pioneros y titánicos, uno lograba mantener a algunos pacientes con terapia sustitutiva que eran costosas y con tecnología básica. La incorporación de la diálisis al tratamiento de la insuficiencia renal crónica ha sido un cambio muy sustantivo en la práctica de la especialidad. Hoy, y gracias a diversas políticas sanitarias, todos los pacientes tienen acceso a terapia dialítica. Otro hito muy importante fue el trasplante renal que en el país se empezó a realizar por los años ’60 en forma pionera. Posteriormente se hizo con un mejor conocimiento de la tipificación HLA y con la legislación para hacer procura de órganos, empezó a ampliarse el trasplante diabético y con eso, evidentemente, los programas de trasplante se fueron desarrollando. Desde el punto de vista académico, desde que yo volví de Estados Unidos, con el apoyo del Fondecyt y el Conicyt he logrado mantener una línea de investigación financiada por el Estado para desarrollar estudios importantes sobre patología renal durante más de 20 años. Eso ha tenido grandes resultados que se han traducido en publicaciones. Ha sido una línea muy productiva que nos ha permitido, además de desarrollar un laboratorio, transformarnos en uno de los cuatro centros de formación de especialistas en nefrología del país, donde también estamos recibiendo a alumnos que vienen de otros países de Latinoamérica, lo que habla muy bien del desarrollo de la nefrología en nuestra región.
- Siguiendo con el tema de la investigación, ¿cuál es la importancia que para Usted tiene potenciar o fomentar la realización de nuevas investigaciones científicas en su área? y ¿cómo se puede motivar a las nuevas generaciones sobre la importancia de ellas?
- Yo creo que la motivación uno la logra con el ejemplo. No basta con decirle a una persona puntual que tiene que hacer investigación, sino que también requiere que la persona tenga algún grado de vocación cosa que tú al “mostrarle el bichito, pique”, por eso lo mejor es el ejemplo. Nosotros hemos logrado formar una escuela nefrológica en la cual hacemos investigación. En Valdivia, que es una ciudad relativamente chica, somos siete los nefrólogos que trabajamos allá. Hay cuatro estudiantes de postgrado, hay un patólogo formándose, tenemos programas de postgrado, estamos patrocinando tesis de postgrado. Todo eso porque se ha creado un núcleo de formación que cuenta con laboratorio y hace investigación y eso yo creo que es motivante para la gente joven y es un impulso adicional muy importante.
- En comparación con otros países de la región y a nivel mundial, ¿cómo se encuentra posicionado nuestro país en esta área?
- Yo diría que Chile, al menos en Latinoamérica, debe estar desde el punto de vista asistencial a la cabeza en el área nefrológica. Yo conozco bastante bien la realidad latinoamericana, porque fui presidente de la Sociedad Latinoamericana, por lo que viví de cerca esa realidad. El desarrollo socioeconómico del país ha permitido que muchas terapias renales se puedan realizar sin muchas limitaciones, cosa que no es lo que ocurre en otros países, de tal manera que desde el punto de vista asistencial como de desarrollo tecnológico la nefrología en Chile es del más alto nivel en Latinoamérica. Ahora, desde el punto de vista de la investigación, considerando que Chile es un país relativamente pequeño, figura en el cuatro lugar después de Brasil, México y Venezuela, pero por sobre Argentina y los otros países del área andina que tienen una producción muy pobre.
- Doctor, ¿cuál es el perfil epidemiológico de las enfermedades renales de nuestro país?
- El perfil epidemiológico de las enfermedades renales ha cambiado brutalmente durante estos últimos 30 años. Cuando yo me empecé a dedicar a la nefrología a nosotros nos preocupaba, fundamentalmente, la insuficiencia renal aguda post aborto séptico. Hoy, la gran causa de insuficiencia renal aguda son los pacientes postoperados de patología vascular. Por otro lado, en esos tiempos la gran patología nefrológica era la patología postinfecciosa, por ejemplo, las nefritis postinfecciosas, las infecciones urinarias, la tuberculosis renal. Posteriormente, ese perfil epidemiológico fue cambiando radicalmente, por ejemplo, las nefritis postinfecciosas hoy están prácticamente desaparecidas. Yo partí estudiando nefritis postestreptocócica y teníamos la línea de investigación, llegamos a colaborar con doctores americanos y venezolanos respecto a la naturaleza del antígeno estreptocócico. Hoy incluso se está postulando una vacuna para la estreptococia, sin embargo en nuestro país ya no existe. Hoy el perfil ha cambiado a tal punto que la causa más frecuente de consulta nefrológica y enfermedad renal lo constituye la diabetes, la hipertensión y las glomerulopatías, que son enfermedades inmunes al riñón.
- Cómo médico formador, ¿cuáles cree Usted que son los desafíos a futuro?
- Los desafíos a futuro son que haya más alumnos de postítulo que se motiven por la nefrología; que exista financiamiento para programas de beca cosa que no existe, porque mayoritariamente todos estos programas son autofinanciados. Nosotros ya tenemos cuatro becados de nefrología, de los cuales uno posee una beca de la Sociedad Internacional de Nefrología y los otros son becados autofinanciados, esa es una gran limitante. El Servicio de Salud reconoce la especialidad de nefrología, pero no otorga becas de financiamiento en subespecialidades como nefrología. Las universidades tampoco tienen capacidad económica para estas becas, esa es una de las grandes limitaciones de los postulantes. Existen cinco centros formadores en Chile y tengo entendido que hay cupos para formar nefrólogos, pero no hay postulantes. No porque no haya interés, sino que por el tema del financiamiento.
- Para Usted, ¿qué desafíos impone hacer medicina desde una ciudad como Valdivia?
- La gente de Santiago lo mira como una desventaja, yo quizás lo veo como una ventaja, porque he tenido muchas facilidades para poder dedicarme a hacer nefrología. He estado siempre apoyado por un centro universitario que le ha interesado que se desarrolle la especialidad. Uno no tiene las restricciones de tiempo y espacio que existen en Santiago, de modo que eso –a la larga- se constituye en toda una ventaja. Quizás la desventaja es no estar cerca de otros pares, para poder intercambiar ideas. Valdivia ha tenido siempre un buen Laboratorio de Histopatología que está muy cerca de mi información nefrológica y, además, tiene un muy buen Departamento de Fisiopatología, por lo que para mí desarrollar lo que me gusta desde esta región es un verdadera ventaja.
- Por último doctor, más allá de los aspectos teóricos cuando a usted le toca guiar a sus estudiantes qué es lo que les trata de trasmitir
- Yo creo que lo que uno trata de trasmitir es ser veraz y creíble, donde la mejor técnica es predicar con el ejemplo. Nosotros hemos logrado crear un grupo que es motivante, porque hacemos muchas cosas en una región alejada de Santiago, pero en la cual hacemos docencia, investigación y buena asistencia; tenemos un programa de postgrado y postítulo; mantenemos dos o tres líneas de investigación; tenemos un número importante de publicaciones; somos reconocidos a nivel nacional e internacional por lo que publicamos… yo diría que eso es suficiente como para sentirse satisfecho.
