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17 Diciembre 2012

Dr. Francisco Albornoz Alarcón:

“La telemedicina consiste en usar la tecnología para cambiar los procesos clínicos”

A partir de marzo de 2013 se pondrá en marcha una red virtual que abarcará inicialmente 19 establecimientos que estarán conectados al centro de teleproceso del Hospital Las Higueras de Talcahuano. Se trata de la segunda etapa de un ambicioso proyecto que busca consolidar la incorporación de las tecnologías de la información y comunicación al modelo de gestión en salud.

“En el programa cardiovascular del Hospital Las Higueras, desde sus inicios, hemos incorporado las tecnologías de la información y comunicación a su modelo de gestión clínica. Esto se materializó en un proyecto piloto que comenzó en marzo de 2009 y que finalizó en marzo de 2012, el cual nos permitió establecer datos preliminares respecto de la viabilidad y eficacia clínica de un modelo telemédico, enfocado en medicina cardiovascular. Logramos generar acceso, oportunidad, equidad y eficiencia en los mecanismos de referencia y contrareferencia entre los hospitales generales y un centro hospitalario con medicina cardiovascular compleja, acortar los tiempos de espera, priorizar los diagnósticos, optimizar la relación directa entre el médico general y el cardiólogo especialista, generar teleinformes con electrocardiografía, test de esfuerzo y ecocardiografía y, finalmente, sumar la educación médica continua entre el nivel primario y terciario”. La evaluación es del doctor Francisco Albornoz Alarcón, médico jefe de la Unidad de Medicina Cardiovascular Integrada del Hospital Las Higueras y director del programa Telemédico – Cardiovascular del mismo recinto asistencial.

Su análisis, por cierto, fue compartido por las máximas autoridades sanitarias del país, lo que le permitió obtener el respaldo necesario para transformar este proyecto piloto, llamado “Galileo” en un programa oficial de la Macro Red Regional, financiado íntegramente por el Ministerio de Salud. “Los recursos para el proyecto en su año uno llegaron en mayo de 2012. Se trata de un millón de dólares para levantar toda una unidad de teleproceso con recursos humanos dedicados, con tecnología de punta y un programa de entrenamiento continuo. Todo esto se encuentra en plena etapa de implementación y desarrollo y esperamos inicie su puesta en marcha en marzo de 2013”, agrega el facultativo, quien tuvo una destacada participación en el módulo “Hemodinamia I: La revolución del TAVI”, uno de los contenidos más llamativos del reciente Congreso Chileno de Cardiología y Cirugía Cardiovascular realizado en Concepción.

En esa oportunidad, el cardiólogo formado en las facultades de medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Universidad de Concepción y especializado en la Universidad de Vanderbilt (becas de cardiología general, cardiología intervencional y master en Ciencia e Investigación Clínica) fue parte del equipo médico que, en los pabellones del Hospital Las Higueras, implantó una prótesis valvular aórtica. El procedimiento fue transmitido vía teleconferencia a uno de los salones del centro de eventos Suractivo, sede del encuentro organizado por Sochicar.

En esta entrevista con SAVALnet, el doctor Albornoz profundizó en un tema que concita sus mayores esfuerzos profesionales: el desarrollo de la telemedicina. Las proyecciones en esta área son tan grandes como las expectativas que rodean la aplicación de esta tecnología, más aún cuando nos encontramos a las puertas de un segundo gran impulso, que se traducirá en la implementación de la infraestructura necesaria para ampliar la cobertura y las redes de contacto, todo en beneficio de los usuarios y pacientes con escaso o nulo acceso a atención especializada.

“Desde marzo de 2013 en adelante nosotros vamos a levantar 19 puntos conectados a nuestro centro de teleproceso en el Hospital Las Higueras. Si bien es cierto la definición del modelo es de multiespecialidad, evidentemente el motor de esto ha sido la medicina cardiovascular y siempre va a tener un rol preponderante, aun cuando no pretende detenerse sólo en la medicina cardiovascular”, explica.

Los centros aludidos se repartirán desde el sur de la Región del Maule hasta Angol, en la Región de la Araucanía. En cada uno de estos lugares se está trabajando en la implementación tecnológica y en la capacitación del personal. La definición técnica del programa es Teleprocesos en Red y actualmente están participando además psiquiatras, nefrólogos y neurólogos.

- ¿Cuáles son los beneficios concretos que traerá esta nueva etapa?
El modelo telemédico permite que los pacientes se vean favorecidos con atención especializada, derivaciones oportunas, con seguimientos posteriores y con relación continua con los equipos de salud en los niveles primario y secundario. También ya está en marcha la posibilidad de sostener una relación rutinaria e interactuar en tiempo real con un centro fuera del país, como es el caso de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos. De esta forma podemos contar con una tercera opinión y discutir los casos clínicos más complejos con especialistas extranjeros. En ese lugar tenemos uno de nuestros becados en formación, el doctor Julián Noche, quien se está entrenando como experto en imagenología no invasiva. Con ellos estamos desarrollando una estrategia de colaboración para fortalecer la formación de nuestros médicos a través de un programa de capacitación usando telepresencia y en el mismo sentido se están sumando nuevas iniciativas dentro de nuestra relación internacional.

- Sin dudas se han transformado en un centro de referencia en esta área
Claro que sí. El programa ha acaparado un interés muy serio de parte de otros centros públicos y privados del país, tanto en Santiago como en el sur. Hemos estado ayudando a la Región de Los Lagos a desarrollar un proyecto similar y ellos exitosamente han logrado apalancar recursos del Gobierno Regional para imitar nuestro modelo y poder trabajar en forma cooperativa. Estamos asistiendo a un cambio en el modelo de gestión clínica, apoyado con tecnologías de información y comunicación, lo cual evidentemente ha tenido un serio respaldo de parte de la autoridad sanitaria, y esperamos que en la siguiente década tenga un impacto mayor en la calidad y en la oportunidad de atención que estamos dando en la medicina pública de nuestro país.

- ¿Podemos decir entonces que el Hospital Las Higueras lidera este desarrollo en Chile?
La respuesta es sí. En medicina cardiovascular, que es lo que yo hago, sin duda que nuestro programa es el que hoy va a la vanguardia en el país. Es el área que está más desarrollada, en donde tenemos más experiencia y mayor volumen de pacientes, por lo mismo, las proyecciones de crecimiento son enormes.

- Doctor, todo este proceso se traduce en un fuerte cambio en los paradigmas de los pacientes, ¿cómo han asumido ellos este nuevo modelo de atención?
Durante cuatro años nosotros pudimos medir muchas cosas en el programa piloto. Dentro de los factores que más atención pusimos era la aceptación de parte del paciente de este modelo, porque giras de un modelo presencial-tradicional, que tiene seis mil años de historia, a un modelo telepresencial que es totalmente nuevo. Sin embargo, la evaluación de los pacientes es muy positiva. Han juzgado en nuestras encuestas el acto telepresencial con nivel selectivo de alta definición o muy alta definición, como igual o mejor que una consulta presencial normal. Ahora, es importante establecer que el acto telepresencial no reemplaza en forma total al acto presencial, sino que en la cadena de procesos asociados al ciclo diagnóstico terapéutico, el acto telepresencial es un eslabón más. En el camino también hay encuentros presenciales, esto no es “blanco o negro”, son ambas cosas integradas. Lo que se está haciendo es enriquecer el acto médico presencial con herramientas telemédicas, generando más eficiencia en el modelo, acceso oportuno y seguimientos apropiados. Yo creo que esa es la visión correcta, no es reemplazar lo uno por lo otro, porque la medicina sigue siendo un arte de relaciones humanas.

- También es importante destacar que la telemedicina no busca simplemente solucionar un problema o limitación “geográfica”
Exactamente. El problema de la distancia, operacionalmente, no es un tema de distancia física, es un tema de distancia de procesos. Si un paciente que vive al frente de un hospital grande demora dos años en tener una consulta, está tan distante como aquel paciente que vive a 500 kilómetros de ese mismo lugar. Aquí estamos hablando de acceso a un sistema de salud. Lo que nosotros hemos descubierto es que el teleproceso viene a eficientar todo el proceso de toma de decisiones clínicas. Por eso le cambiamos el nombre y no le pusimos telemedicina, ya que ese término alude explícitamente a una distancia física, sino que lo tradujimos en teleprocesos para la toma de decisiones clínicas, aludiendo al énfasis de eficientar los procesos, que es justamente la debilidad de nuestro sistema, o sea, procesos ineficientes e ineficaces. Insisto, nuestro énfasis es eficientar la cadena de decisiones en el ciclo de diagnóstico terapéutico, en eso está situada nuestra visión de desarrollo y creo que estamos en la posición correcta.

- Como en todo ámbito de cosas hay voces críticas y uno de los cuestionamientos al sistema es la, a juicio de algunos, excesiva destinación de recursos a áreas más bien apuntadas a la teleadministración, en desmedro de la telemedicina propiamente tal
Yo comparto gran parte de lo que usted menciona, pero hay que considerar varias cosas. Esta es un área nueva. La incorporación de este elemento a la salud es un fenómeno relativamente reciente en el mundo e incipiente en nuestro país, por lo tanto es normal que enfrentemos problemas complejos cuando hablamos de tecnología de la información y comunicación incorporada a la salud. No se trata sólo de lidiar con un tema tecnológico y su estandarización, sino que hablamos de la naturaleza del mismo, porque aquí hay un acto médico y el acto médico tiene implicancias administrativas, legales, financieras, éticas, que la sociedad juzga. Esto no una transacción bancaria, no es una transacción de impuestos internos, es mucho más complejo que eso. Es un proceso en desarrollo y por lo mismo yo tendría una visión más bien positiva. Al momento de innovar, algunas cosas fracasan, otras quedan en pie y otras se van a desarrollar aún más. Eso es normal en un proceso de innovación y desarrollo, el cual implica recursos y esfuerzos. Esto puede aparecer como un proceso costoso, pero requiere atención en distintos aspectos para que resulte perfecto, por lo tanto, tenemos que aprender a tener paciencia. Nuestra sociedad tiene que girar hacia la innovación y ésta no ocurre mágicamente de la noche a la mañana. La telemedicina involucra distintas aristas: los administradores, las aseguradoras, el Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, los políticos, los desarrolladores tecnológicos, las expectativas del paciente, los prestadores de servicios, los equipos médicos; todos ellos tienen una lógica distinta. En el modelo telemédico tienes que responderles a todos, por lo tanto no existe una fórmula única que pretenda dar respuesta inmediata a cada uno de los problemas. Esto es un proceso y creo que hay una gran definición política de querer hacerlo, por lo tanto uno tiene que ser serio en esto. Hay que asumir que la siguiente década va a ser una década de aprendizaje y de mucho desarrollo en el área. Ese es el mensaje correcto. Esto va a afectar los modelos de educación, las relaciones con los proveedores tecnológicos, la lógica de inversiones en los hospitales, los presupuestos anuales que se destinan a salud, etc.

- ¿Es el ahorro de recursos una de las ventajas de la telemedicina? Se evitan grandes desplazamientos y se optimizan los procesos
Es cierto, pero hay que tener muy en cuenta lo siguiente. Para un Estado la salud no es una cartera de servicios, es un fin. Eso te diferencia de la empresa privada. Chile destina entre el 3 y el 5% de su producto interno bruto a salud, la OPS recomienda un 12 por ciento. El país está en condiciones de destinar más recursos financieros a salud y la pregunta es en qué vas a focalizar ese gasto. Ahí tienes dos cosas centrales: lo haces focalizando el gasto en cosas físicas como construir hospitales, Cesfam, adquirir equipamientos y contratar recursos humanos, lo cual es evidentemente necesario, o te enfatizas en un proceso dual en donde además vas a dar énfasis a los procesos asociados a las tecnologías de información y comunicación. Cuando te propones no invertir tanto en espacios físicos y dedicarte más a eficientar los procesos, entonces te metes en otro camino, que básicamente está destinado a establecer al paciente como el objeto central del servicio. Un modelo de gestión de procesos centrado en el servicio al paciente cambia la lógica de las inversiones. Es un camino más lento, que parece poco tangible. Estamos todos los actores inmersos en una transición hacia entender que la salud, así como otros temas, no sólo involucra invertir en cosas físicas, sino que fundamentalmente se trata de cambiar los procesos. La telemedicina no consiste en adquirir tecnología, consiste en usar la tecnología para cambiar los procesos.

- Doctor, para finalizar, ¿cómo se imagina la telemedicina en 30 ó 40 años más?
Yo creo que en el futuro van a existir centros terciarios especializados en cierto tipo de procedimientos complejos y de vanguardia, con cada vez menos pacientes ambulatorios que concurren a dichos centros y una gran red de entidades públicas y privadas que controlan estos pacientes y que se comunican entre sí. Visualizo que el médico general, esté donde esté, va a tener acceso desde su teléfono a un especialista virtual las 24 horas del día, los siete días de la semana. Las interconsultas se van a poder hacer de manera inmediata, con sólo apretar un botón. Imagino que van a existir centrales coordinadoras en centros de teleprocesos que programen la atención de los pacientes por prioridad clínica y muchos exámenes que hoy están cautivos en los hospitales terciarios van a salir al hospital general e incluso a unidades de informes centralizados con dedicación 24/7. Muy probablemente muchos controles de crónicos se van a efectuar por televisión desde los propios hogares, así el paciente no va a tener que ir a una consulta. No es que la consulta presencial se acabará, pero siendo honesto, muchas de estas consultas podrían a ser reemplazadas por actos telepresenciales. La educación de salud en estrategias preventivas primarias, secundarias y de rehabilitación llegará a las casas. Lo mismo que las herramientas de autocuidado. La hospitalización domiciliaria va a ser posible. Creo que el acto de la comunicación unificada nos va a permitir traer más homogenización, en otras palabras, tendremos acceso a especialistas y tecnología de punta en todas las ciudades, mediante centros integrados, en activa comunicación. De igual forma, nosotros estaremos conectados con el mundo entero. Será un cambio radical.

Por Óscar Ferrari Gutiérrez

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