Dr. Rubén Bravo Castillo:
"La salud no es un tema político, es un tema de estado"
Al conversar con el doctor Rubén Bravo Castillo pareciera que el reloj avanzara más rápido. Su pasión por la medicina es innegable y sus pasatiempos como la caza, pesca y volar como piloto privado hacen que tenga un sinnúmero de anécdotas que contar. El facultativo, director del Hospital de Linares, habla claro, dice las cosas como son y sin rodeos. Es su estilo y no piensa cambiarlo, menos si se trata de defender la salud de la Región del Maule y particularmente del recinto asistencial que dirige.
Sin embargo, junto con esa fuerte personalidad, asoma de inmediato una visión integradora y estratégica que pretende, a través de distintos proyectos e instancias colaborativas, dar solución a uno de los problemas que evidencia un porcentaje no menor de los establecimientos de salud de provincias: la falta de especialistas.
Para realizar esta entrevista, el equipo de SAVALnet concertó una cita con el doctor Bravo en el Centro Español de Linares, un amplio y cómodo complejo ubicado en el ingreso de la ciudad, hasta dónde el médico, de dilatada trayectoria, llegó para sostener un interesante y distendido diálogo, que se extendió por más de una hora. Pese a arribar al encuentro con premura “debido a la gran cantidad de pacientes que tengo en el hospital”, explicó, se le veía tranquilo, alegre y optimista. “Me demoré sólo cinco minutos en llegar”, agregó de inmediato. Y es que, pese a las dificultades propias de un trabajo alejado de los grandes centros urbanos, el facultativo valora, por sobre todas las cosas, su calidad de vida. “Aquí tienes cosas a las cuales es muy difícil acceder en las grandes ciudades, como una vida tranquila, con poca delincuencia, puedes ver constantemente a tu familia, sabes quiénes son los amigos de tus hijos, sabes dónde están, las distancias son más cortas y se come muy bien. Lo que más me gusta es que conozco a todo el mundo y todos me conocen a mí y eso, en un pueblo chico, no debería causarte problemas, siempre y cuando tengas una buena conducta”, sostuvo sonriente.
Ya instalados y antes de alcanzar a formular la primera pregunta, el doctor Bravo tomó la palabra y fue al grano. “Aquí tengo un problema serio debido a la escasez de especialistas. Las autoridades me ofrecen solucionar el tema de aquí al 2014, cosa que yo estimo imposible. Además, hay situaciones muy complejas como la elaboración de los turnos de trabajo, especialmente en la noche”.
“En Chile hay una carencia importante en esta materia. El ministerio calcula este déficit en dos mil, mientras que para el Colegio Médico es de tres mil. Todo esto se agrava en provincias y fundamentalmente en las más pobres como lo es Linares, que es la cuarta provincia más pobre del país y la es la segunda con mayor ruralidad, lo que implica complejidades adicionales, ya que la pobreza es mala para todos. Los pobres se enferman más, viven menos, requieren mayor atención médica, carecen de recursos para trasladarse en busca de atención, sus hijos se enferman más y su calidad de vida es peor; es un círculo vicioso. Todo esto hace que la atención de salud en las zonas pobres tenga mayor demanda que en los lugares donde el ingreso familiar es mayor”.
-¿Cuál es la realidad que usted aprecia?
Esto es un tema de expectativas de los médicos especialistas, de desarrollo profesional, personal y familiar y, a fin de cuentas, es un tema de plata. Yo creo que hay muchas cosas que un gobierno puede ofrecer. Primero, pienso que debieran tener un plan que le permita pagar sueldos diferenciados acorde a las condiciones del lugar donde se trabaja. La Región del Maule no tiene asignación de sueldo, pero además de pagar una asignación de zona hay que cancelar una asignación por las condiciones de vida y de trabajo a las cuales va estar sometido el profesional. Me explico: en un hospital como éste, que es el hospital de referencia de 200 mil ciudadanos, los turnos de emergencia son cubiertos por un médico que oficia de pediatra porque no tiene la especialización, un internista que oficia de internista o un cirujano que oficia de cirujano.
En general, la carga de trabajo en 24 horas de los pediatras y de los internistas es cercana a los 180 pacientes. Si esto lo comparas con hospitales de la Región Metropolitana te encuentras con que la carga de trabajo por médico en turno es no más allá de 60 pacientes en 24 horas. Entonces, tenemos dos hechos que impactan fuerte y negativamente en la posibilidad de que nosotros podamos contratar gente en los turnos. Por un lado, una gran cantidad de trabajo, bajos sueldos y además sometidos en los servicios de urgencia a la presión de la población consultante, de los beneficiarios, por mejores prestaciones. Esto aumenta la exposición a la judicialización del acto médico, que es un tema súper complejo.
-El diagnóstico es preocupante
Claro que sí. Nosotros pagamos sueldos similares en un turno de 24 horas, con un contrato de 28 horas semanales, al sueldo que pagan las municipalidades por un turno de 17 a 24 horas en un SAPU, en el cual la responsabilidad de los médicos es infinitamente menor que la responsabilidad de los médicos que trabajan en los servicios de urgencia. Entonces, tenemos además la competencia por cargos médicos de las municipalidades, las que tienen algunas flexibilidades que les permiten pagar más. La atención primaria tiene una competencia por médicos muy importante entre distintos departamentos municipales, lo cual hace que nuestra atención primaria en general no sea buena.
Para venir a trabajar a regiones los médicos especialistas esperan mejores sueldos, mejores expectativas de desarrollo profesional, esto significa más y mejores hospitales con equipamiento del siglo XXI y no del siglo XX o del siglo XIX como nos ocurre en algunas especialidades. Esperan mejores expectativas de colegios para sus hijos y ciudades más atractivas que las que podemos ofrecer. Encima de todo, carecemos de las flexibilidades para compensarles de alguna manera esta realidad.
-¿Cómo se puede solucionar el problema?
Creo que todo esto se puede arreglar de una manera muy simple. Las redes en regiones no funcionan, y por qué no funcionan, porque las redes las establecen los planificadores a nivel central y las provincias y las regiones tenemos poco peso frente al nivel central. Por otro lado, la problemática y las soluciones en salud se dan globalmente para todo el país pensando en Santiago y los problemas que tiene Santiago en salud, muy serios también, son distintos a los problemas de salud en las provincias. Pienso que aquí ha habido durante muchos años una falta de planificación y una estrategia de largo plazo para dar cuenta de las brechas sanitarias. Esto no es un tema que hoy pueda abordar un solo gobierno, porque este es un tema que trasciende al gobierno de turno. Gobiernos de cuatro años difícilmente van a dar solución a problemas que se arrastran desde hace 30 ó 40 años. La salud no es un tema político, no es un tema de gobierno tampoco, teniendo el gobierno la principal responsabilidad de la mejora de la salud, es un tema de estado.
-Todo esto debe generar algo de frustración
Lo que pasa es que yo he trabajado toda mi vida acá, he sido de todo en el hospital, he ocupado todos los cargos administrativos y hoy estoy en la dirección. He sido dirigente gremial, fui miembro del consejo general del Colegio Médico, fui presidente regional del Colegio Médico, presidente del capítulo, y encuentro muy lamentable que en salud no se haya tenido la capacidad de lograr un acuerdo en temas que son técnicos, no políticos. No hemos logrado consensuar una reforma, ni hemos logrado concretar respuestas o políticas que den cuenta de los problemas de la salud del país y la región.
En Chile se da un paradoja muy especial, somos un país pobre, a pesar de lo que dicen los economistas que estamos en vías de desarrollo. Somos un país pobre con enfermedades de ricos y además somos un país con usuarios muy demandantes, que hoy nos exigen estándares de países desarrollados. Yo entiendo que esto no es fácil, pero tampoco veo un compromiso de todos los sectores para elaborar una estrategia que en los próximos 10 ó 15 años de cuenta de los problemas de arrastre que hay en la actualidad.
He planteado la posibilidad de traer médicos extranjeros. La verdad es que en la región lo hemos conversado con el Colegio Médico, el cual está de acuerdo, sin embargo las autoridades ministeriales no se han hecho eco de esta petición. Por ejemplo, hoy en este hospital faltan tres anestesistas, o sea no existe un turno de anestesista completo, lo que provoca que dejemos de realizar muchas operaciones, no por falta de cirujanos sino por falta de anestesista.
-¿Cuáles son sus planes de contingencia?
Lo primero es completar la dotación de cargos que hay vacantes. Tenemos en estos momentos en el hospital 14 cargos vacantes, la mitad de los médicos que hay no son especialistas, pero las ofician de especialistas porque no tengo a nadie más que haga el trabajo. Hoy, antes de venir a esta entrevista, tenía 90 pacientes esperando recetas de nefrología… tengo un nefrólogo y sólo medio día. Nos ocurre algo paradojal en el sistema de salud, tenemos el cargo y el dinero, pero no a quien contratar. Es más, si está disponible el cargo y la plata, también existe la presión de los usuarios que requieren de un especialista; entonces, por qué cerrarnos a la opción de traer especialistas extranjeros.
Se ha criticado que los especialistas extranjeros no son buenos, pero eso no es cierto, hay buenos y hay malos, como en todo orden de cosas. Hay que saber encontrarlos. Y aprovechar las contingencias, como la crisis económica de algunos países europeos. Ahí podríamos encontrar a varios especialistas dispuestos a venir a trabajar a Chile. Y ojo, que aquí estamos hablando de traer no a un número interminable de profesionales, estamos hablando de lo básico para funcionar en mejores condiciones y así, por ejemplo, completar los turnos. Otra alternativa, que está en pleno funcionamiento, es la respuesta médica de especialistas a través del programa de telemedicina. Actualmente, para disminuir la lista de espera en algunas especialidades, estamos aprovechando las tecnologías de la información y trabajando en línea con el Hospital Las Higueras de Talcahuano.
Pese a este análisis, el doctor Rubén Bravo no pierde el optimismo y sabe que, enfocando esfuerzos y redoblando el trabajo, junto con el apoyo ministerial adecuado, las cosas pueden cambiar. El profesional, titulado en la Universidad de Concepción y autoformado como gastroenterólogo, siente que el futuro próximo traerá noticias positivas, siendo la construcción del nuevo Hospital de Linares un pilar fundamental en esta apuesta, ya que la nueva infraestructura, avizora, se traducirá en una serie de beneficios concretos para la población y dejará atrás un edificio que suma casi 60 años de funcionamiento.
“Estamos trabajando en un proyecto de hospital nuevo. El actual, aunque quedó en pie después del terremoto de 2010, es un recinto que no cumple con las funcionalidades del siglo XXI. La construcción debería comenzar durante el primer trimestre de 2013 y se caracterizará por ser concesionado, con 400 camas y equipamiento de última generación. La ubicación ya está definida y contaremos con más de cinco hectáreas, emplazadas en un lugar estratégico, en las afueras de la ciudad, lo que permitirá buena conectividad y vías de acceso para usuarios de distintos puntos de la zona en caso de emergencia”.
Mientras recibe mensajes en sus dos celulares, “uno es personal y el otro es del trabajo, así que no los puedo soltar”, aclara, el doctor Bravo prosigue con entusiasmo su relato: “este nuevo hospital atraerá a los especialistas y eso nos tiene muy ilusionados. Pero nosotros no queremos cometer el mismo error de Santiago o incluso de Talca, me refiero a la centralización. Para eso, estamos trabajando con los hospitales de Parral, Cauquenes, San Javier, Chanco y Constitución para crear una micro red regional. Ya hemos sostenido algunas reuniones de coordinación para definir polos de desarrollo estratégico, según especialidades, que le den atractivo a cada establecimiento”.
“En términos de salud, la Región del Maule es muy grande y cuenta con 13 hospitales, que están muy dispersos. He sido un gran entusiasta con la posibilidad de dividir el servicio, sin embargo en esto hay que ser muy responsable y entiendo que no es el mejor momento para hacerlo, por ahora. Lo inmediato es mejorar la infraestructura, no solamente en Linares, y así ganar autosuficiencia”.
-Usted lleva un año en la dirección del hospital, ¿qué evaluación puede hacer?
Durante mi gestión hemos logrado actualizar el equipamiento clínico, el mobiliario, es un hospital que tiene camas eléctricas en todos los servicios. Estamos desarrollando algunas áreas, como el área de la urología. Tenemos un par de especialistas muy comprometidos, que están haciendo cirugía mínimamente invasiva de riñón, por lo que pretendemos transformarnos en un referente regional y a futuro nacional en urología. Queremos desarrollar algunas otras áreas como cirugía mínimamente invasiva en vías biliares y además esperamos dar pasos concretos en el desarrollo de la neurología y gastroenterología.
-Con todos los problemas que describe, ¿qué lo mantiene motivado para trabajar en el servicio público?
El convencimiento que los problemas tienen solución. Asimismo, la responsabilidad que me inculcaron mis profesores y el compromiso que yo tengo con la profesión que desarrollo. Tuve la suerte de estudiar en Concepción, con muy buenos maestros y en una época en que a nosotros no sólo se nos inculcó que la medicina cumple una importantísima función social, sino que también tuvimos ejemplos muy valiosos en ese sentido, como el doctor Fructuoso Biel, profesor de medicina y gastroenterología, a quien yo siempre recuerdo con gran afecto. Todavía nos vemos eventualmente por ahí en algunas reuniones de gastroenterología. He estado un tanto en deuda con él, sin embargo creo que el ejemplo que nos dio y otros más, hace que los médicos que somos más viejos, a pesar de que estar en la dirección de un hospital chico, pobre y con problemas, estemos convencidos que trabajamos por una obligación ética y moral. Todo eso me hace sentir que puedo aportar a la solución de los problemas de salud de nuestra sociedad.
-¿Cómo ve el desarrollo de la gastroenterología en la región?
Nosotros vivimos en una región con una alta incidencia de cáncer gástrico. Yo creo que el impulso más importante al desarrollo de la gastroenterología en regiones se la ha dado el que ésta sea una patología GES. Hoy en todas las provincias tenemos médicos entrenados para hacer diagnóstico precoz de cáncer gástrico. Es un primer paso. En Chile, otra de las patologías muy importantes y en creciente aumento es el cáncer de las vías biliares, que es la segunda causa de muerte de las mujeres en el país. Esta enfermedad también está cubierta por el GES, mediante la colecistectomía. Nos quedan desafíos pendientes, como todo el problema del colon, donde encontramos la fuerte influencia de los hábitos alimentarios de la población. Hemos visto durante los últimos años un surgimiento muy importante y preocupante del cáncer de colon y recto, como también de la enfermedad inflamatoria intestinal, los que aún no están incorporados al GES.
-¿Por qué el aumento de estos cuadros?
Básicamente por el cambio de los hábitos alimentarios. En general comemos más comida chatarra y cada vez incluimos menos en nuestra dieta las frutas y verduras. Particularmente acá tenemos mucho Helicobacter pylori, causante de la gastritis y el cáncer gástrico. Hace algunos años desarrollamos un estudio muy interesante con especialistas de la Universidad Católica que nos ayudó a determinar que el 80% de los niños de la provincia de Linares, a los 10 años, estaban colonizados por esta bacteria. Comparados con menores de la Clínica UC de Apoquindo, esta colonización se presentaba a edad mucho más temprana; por lo tanto, al estar más tiempo expuestos al H. pylori, aumentaba la influencia de éste sobre el PH y genética de la célula parietal, derivando en mayor riesgo de manifestar cáncer gástrico. Nosotros no sabemos cuál es el reservorio del Helicobacter pylori, pero sí sabemos que está fuertemente relacionado a la condición socioeconómica y aparentemente la ruralidad.
