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05 Diciembre 2011

Dra. Carmen Contreras Soto:

“El sobrepeso y la obesidad son los principales agentes externos que llevan a la diabetes”

La especialista, jefe de la Unidad de Diabetes del Hospital del Salvador, califica a esta patología como silenciosa, traicionera y compleja. En Chile, más de un millón 200 mil personas la sufren, cifra que crece aceleradamente debido a los altos índices de obesidad infantil.

El pasado lunes 14 de noviembre se celebró el Día Mundial de la Diabetes y en nuestro país distintas organizaciones públicas y privadas organizaron diversas actividades que tuvieron por objetivo, fundamentalmente, concientizar a la población, incentivándola a mantener una conducta preventiva frente a una patología creciente que se constituye en una de las principales amenazas para la salud.

Exámenes gratuitos de glicemia, presión arterial, colesterol, charlas educativas y entrega de información marcaron una jornada, instituida por iniciativa de la Federación Internacional de la Diabetes y la Organización Mundial de la Salud, OMS, para conmemorar el aniversario del nacimiento del doctor Frederick Banting, quien tuvo un papel determinante en el descubrimiento en 1922 de la insulina, hormona que permite tratar adecuadamente a los diabéticos, mejorando su calidad y perspectivas de vida.

La OMS estima que en el mundo hay 346 millones de personas que padecen diabetes, cifra que, según las proyecciones actuales, se habrá duplicado para el año 2030. En tanto, la Asociación de Diabéticos de Chile, Adich, precisa que la diabetes mellitus tipo 2 afecta al 9,4% de la población nacional, gatillándose por múltiples factores como el sedentarismo, sobrepeso y una dieta poco saludable.

Son más de un millón 200 mil chilenos los que integran una lista incrementada durante los últimos años por una gran cantidad de niños, debido a malos hábitos alimentarios de la población que terminan con un alto índice de obesidad infantil.

En esta entrevista con SAVALnet, la doctora Carmen Contreras Soto, jefe de la Unidad de Diabetes del Hospital del Salvador y especialista de la Clínica Indisa y Megasalud, profundiza sobre las causas, síntomas y tratamiento de esta enfermedad “silenciosa y traicionera”, como la califica.

La diabetes es una patología crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa en la sangre (glicemia) que se asocia al desarrollo de complicaciones como la retinopatía, neuropatía y nefropatía diabética que en el grado mayor de su desarrollo pueden llegar a originar ceguera, amputaciones o diálisis, respectivamente. La hiperglicemia crónica también se asocia a infartos cerebrales y cardíacos. La enfermedad, que puede ser tipo 1, 2 y gestacional, se origina básicamente por la falta de secreción de insulina, fallas en su acción o ambas.

“La diabetes es una enfermedad por varias razones compleja. Antes que todo es una patología que en sus inicios da muy pocos síntomas o ninguno, apareciendo las primeras manifestaciones cuando ya lleva bastante tiempo produciendo daño. Además, afecta a todos los órganos del cuerpo, generando una serie de complicaciones, fundamentalmente cardiovasculares, de los ojos, riñón, hígado, entre otras. Cuando uno enfrenta a un paciente diabético hay que hacerlo de manera integral, porque se abarcan muchos campos. Además hay un periodo previo en que los pacientes son pre-diabéticos y ya pueden tener algunos problemas de salud”, explica la doctora Contreras, nacida en Chillán y egresada de medicina de la Universidad de Chile, previo paso por la Universidad de Concepción, institución que dejó debido al convulsionado clima político que se vivía en esa casa de estudios superiores en la década del setenta.

- ¿Dónde realizó su especialización?
En realidad la especialidad que me gustaba era endocrinología, pero al terminar mi beca eso no era posible, porque en el hospital J.J. Aguirre, donde yo quería quedarme, no tenían cargos y tampoco recursos para incorporarme. Por eso, postulé a un concurso nacional que me permitió llegar al Hospital del Salvador, pero el jefe del servicio de endocrinología me explicó que no había posibilidades en esa área. Mi segunda alternativa era cardiología, donde estuve cerca de dos semanas hasta que me llamaron de diabetes para que probara por un tiempo, y me llamó mucho la atención. Yo hasta ese momento encontraba que la diabetología era como rara, porque en el fondo era una especialidad dedicada solamente a una enfermedad. Sin embargo, había mucho que hacer, habían muchos pacientes y resultó bastante interesante, además se parecía un poco a la endocrinología y ahí me quedé, hasta el día de hoy.

- ¿A qué se debía su interés por la endocrinología?
Es que me fascinaba toda el área de las hormonas; incluso, a mí me gustó por un momento la ginecoendocrinología. Pensé en dedicarme a todo lo relacionado con el estudio hormonal relacionado con la fertilidad. Me parecía un mundo precioso.

- De alguna manera la endocrinología la llevó a la diabetes…
Es cierto. Nunca pensé en ser diabetóloga. De hecho yo venía del J.J. Aguirre, donde todos eran endocrinólogos. Hasta ese momento yo no conocía ninguna especialidad con esas características.

- Respecto a la prediabetes, ¿éste es un término médico plenamente reconocido?
Sí, pero ha pasado a través de los años por algunas etapas. Antiguamente, 20 años atrás, existía la palabra prediabetes, pero fue desechada porque la gente quedaba con el concepto de que al ser pre-diabético, necesariamente iban a ser diabéticos, perdiendo el incentivo por tomar precauciones y prevenir la enfermedad. Por lo mismo, durante varios años no se habló más de pre-diabéticos, sin embargo, se retomó luego que nuevos estudios demostraran que existían tratamientos para prevenir la diabetes durante un periodo de evolución anterior. Es muy importante hacer un diagnóstico previo de esta patología, porque así podemos postergar el comienzo de la diabetes y tener un paciente en buenas condiciones con un tratamiento adecuado.

- ¿Es fácil diagnosticar la prediabetes? ¿Existen parámetros para identificarla?
Sólo es necesario que el paciente se haga los exámenes específicos. Hay parámetros bien claros para distinguir la prediabetes de la diabetes. Lo difícil es que los pacientes sigan las indicaciones, porque al ser asintomáticos no son constantes. En este sentido, es importante cambiar los estilos de vida, seguir una dieta y hacer ejercicios.

- En los últimos años han aumentado los casos de diabetes en jóvenes y adultos en más de un 40 por ciento, llegando a conformar actualmente el 7% de la población nacional, ¿a qué se debe este dramático incremento?
Yo creo que en el caso de Chile, como se describe en la literatura, esto se debe fundamentalmente por la vida sedentaria y el aumento de la tasa de la obesidad, lo que se constituye en una verdadera epidemia. Antes un joven que tenía diabetes era generalmente un tipo 1, pero por lo anteriormente descrito hace que ahora se diagnostique mucho la diabetes tipo 2. El sobrepeso y la obesidad son los principales agentes externos que llevan a la diabetes en gente con predisposición genética.

- ¿De qué manera, en términos generales, puede prevenirse la diabetes?
A través de un cambio en el estilo de vida, que se traduzca en ejercicios bien realizados y una dieta adecuada, todo con el fin de llevar principalmente a la persona a su peso normal o normopeso. Esto ayuda muchísimo a prevenir o retrasar la aparición de la diabetes.

- ¿Cómo trabajan en el departamento de diabetes del Hospital del Salvador en el tema de la prevención?
Los pacientes que atendemos acá son diabéticos y diabéticos de alta complejidad, así que lo que podemos hacer es entregarles información, educarlos y fundamentalmente pesquisar a sus familiares a través de los factores de riesgo. Así sensibilizamos a la población y los invitamos a realizarse exámenes.

- En el caso de la diabetes tipo dos, ¿hay una predisposición genética determinada, independientemente de los hábitos?
Si uno empieza a interrogar a los pacientes, casi todos tienen un familiar diabético, padre o madre o abuelos. Hay una disposición genética.

- ¿Y nuestra predisposición genética es mayor o menor en comparación a otras poblaciones?
Los latinos, en general, tenemos ya un factor de riesgo. Cuando los norteamericanos hablan de factores de riesgo, los latinos aparecen de inmediato. Por eso nosotros tenemos una serie de indicaciones para hacer prevención a pacientes con sobrepeso.

- Cuando la dieta y el ejercicio no bastan, es necesario recurrir a una buena medicación. Respecto a esto, ¿qué avances ha habido durante los últimos años?
Lo que nosotros utilizamos es la metformina, medicamento de primera línea con muy buenos resultados en el tratamiento de los pacientes y en la prevención. En estudios se han evaluado varios otros fármacos, pero que en este momento están siendo cuestionados.

- A nivel nacional, ¿de qué manera el ministerio o los organismos estatales se han involucrado con el tema?
El cambio más importante ha sido incluir a la diabetes como una patología GES, porque eso garantiza a las personas que padecen diabetes disponer de un tratamiento adecuado y medicamentos a bajo costo, lo que es importante porque en general la diabetes es una enfermedad que está asociada a muchos gastos. Ahora, yo creo que se debe fortalecer la promoción de la prevención.

- A nivel nacional, ¿cómo están preparados sus colegas a nivel profesional para tener un buen manejo de la patología?
Siempre se están haciendo intentos por difundir conocimientos y experiencias clínicas relacionadas con la diabetes, ya sea en cursos de postgrado, congresos y otras instancias. Pero en cuanto a la formación de especialistas, yo diría que no hay un cambio importante. En el hospital clínico J.J. Aguirre existe desde hace unos pocos años un programa de formación. Hay otros centros que lo que ofrecen es un “Magister de Nutrición”, de dos años, en que se hace una corta pasada por Diabetes (en realidad son médicos generales). De modo que los Diabetólogos verdaderos (previamente internistas) somos pocos. Formar un Diabetólogo es largo, implica un periodo de formación de por lo menos 5 años, donde creo es fundamental tener una formación previa en medicina interna. La diabetes es una enfermedad compleja, no sólo nutricional, y debe ser abordada en forma integral, de otro modo podría tener grandes consecuencias para el paciente.

- ¿Y ustedes en el servicio tienen intercambio con otras universidades?
Lo que nosotros tenemos en nuestra Unidad son los becados de medicina interna de nuestro Hospital (becados de la U. de Chile), que pasan por el área de diabetes, con nuestro equipo médico. También tenemos un convenio con la Universidad de Valparaíso, mediante el cual los médicos que están en formación de medicina interna del Hospital FACH, hacen su rotación de diabetes con nosotros. De este último grupo, recibimos dos o tres becados al año. El grupo nuestro es mucho más numeroso.

- ¿Qué actividades desarrollaron en el marco del Día Mundial de la Diabetes?
Este año lamentablemente no alcanzamos a organizar algo, mientras que el año pasado estábamos con mucha carga asistencial. Sin embargo, la preocupación e intención siempre están. La última vez que realizamos una actividad fue en 2009, la cual básicamente consistió en toma de glicemia y entrega de material educativo.

- ¿Cree usted que algún día se logre terminar con la diabetes o minimizar la enfermedad?
Yo lo veo muy difícil. En el caso de la diabetes tipo 1, tal vez manejando adecuadamente la parte inmunológica, mejorando las vacunas, pero realmente es muy complicado. Lo mismo que la diabetes tipo 2, porque predomina un factor importante que es la resistencia a la insulina. Creo que el único camino es fortalecer la prevención y trabajar más en la parte nutricional, entregando información precisa y estimulando a comer de manera saludable. En este sentido ahora existen muchas más opciones que antes y los supermercados tienen secciones muy identificadas con productos dietéticos y las personas también están más informadas.

- Uno de las estrategias para hacer una buena labor preventiva es la difusión y entrega de información práctica y útil. En este sentido, el año 1993, usted publicó el libro “Diabetes Mellitus”, trabajo que en 2004 contó con una segunda edición, ¿cómo se gestó esta idea?
A los pocos años que yo llegué acá, la persona que estaba a cargo del programa de diabetes renunció y yo asumí esa responsabilidad. Entonces se me ocurrió que una forma de ayudar a la atención primaria era haciendo reuniones con los médicos para abordar distintos temas, visitar los consultorios y ver casos clínicos con ellos. Un día se me ocurrió escribir todas esas experiencias en un libro que estuviera a disposición de los médicos del hospital, como material de consulta o manual de bolsillo. En ese tiempo un amigo tenía contacto con el gerente de Editorial Mediterráneo, le contó de mi iniciativa y me llamaron. Al final terminó siendo una publicación más grande y que estuvo a disposición en todas las librerías de la editorial. Después publicamos una segunda edición, que contó con el apoyo de un equipo multidisciplinario y de gran calidad humana.

- ¿Vendrá una tercera edición?
Quizás cuando esté jubilada, porque ahora no podría escribir, no en este momento. Fundamentalmente por un tema de tiempo. Cuando jubile puede ser, porque ése es el mejor momento para escribir.

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