Dr. José Miguel Bernucci Piedra:
"Los MGZ trabajamos sobre una población muy vulnerable sanitariamente"
Egresado en 2005 de medicina de la Universidad San Sebastián de Concepción, el doctor José Miguel Bernucci Piedra se trasladó a la Región de Antofagasta como médico general de zona en etapa de formación. Sus características personales lo llevaron a asumir, a su corta edad, roles de importancia dentro del organismo. Junto a un grupo de colegas, formó el capítulo médico de los MGZ en la región. En 2007 lo invitaron a participar en la directiva nacional y dos años más tarde asumió la presidencia de la agrupación, cargo que deja a fin de año.
“Debo decir que ha sido un trabajo arduo, principalmente, porque es una labor que va en paralelo a la práctica diaria de nuestra profesión y de la familia. Nosotros representamos todos los intereses gremiales y somos la voz de todos aquellos médicos generales de zona que están distribuidos entre Visviri, por el norte, hasta Puerto Williams por el sur”, comentó el doctor Bernucci.
A pesar del esfuerzo le gustó el desafío y está constantemente buscando salidas a todos aquellos problemas con los que se topan a diario los MGZ del país. “Nos hemos dado cuenta que el trabajo más difícil tiene que ver con la ruralidad y la pobreza. Por definición, los médicos generales de zona trabajamos en las zonas más apartadas y pobres de las regiones y, por lo tanto, el trabajo diario cuenta con recursos muy limitados sobre una población que es altamente vulnerable sanitariamente. Por eso nuestra tarea la realizamos dentro de un contexto en el que existe una población muy dañada. El recurso de especialistas y el recurso de insumos es –lejos- lo más dificultoso”.
Es por eso que instancias como el reciente congreso de la Agrupación Nacional de MGZ-EDF son la puerta de entrada para asumir qué es lo que se ha hecho bien y en qué aspectos se deben poner todos los esfuerzos para mejorar. “A todos los que elegimos este hermoso arte que es la medicina, como modo de vida, nos enseñaron que hay una máxima: lo que sea bueno para el paciente, repítalo y lo que le produzca daño, deje de hacerlo. Eso mismo debemos aplicarlo al actual sistema de salud”, señaló el médico.
Desde su consulta, el doctor José Miguel Bernucci se refirió a éste y otros temas que atañen a un grupo muy importante de profesionales, que realiza alrededor de cinco millones de atenciones médicas anuales y cobertura de urgencia a más de dos millones de personas en los 100 hospitales 3 y 4 del país dentro de un programa creado por un grupo de médicos visionarios en la década del 50’.
- Como presidente de la Agrupación Nacional de MGZ-EDF, a la hora de programar el encuentro de este año en Los Ángeles, ¿cuáles fueron los objetivos que se plantearon alcanzar?
- En realidad, queríamos analizar el tema de la aplicación del modelo de salud familiar en la atención primaria en Chile, desde el punto de vista crítico y desde la perspectiva de los aportes. Nosotros realizamos labores de atención primaria y nos hemos dado cuenta que, a pesar de ser un tema que lleva más de10 años en el país, la realidad cotidiana es absolutamente dispar. Mientras que hay algunos centros que tienen bastante desarrollado el concepto, hay otros en que no lo está. Quisimos revisar este aspecto desde una mirada de formación, de recurso humano y de aplicación, por eso invitamos a profesionales destacados en estos ámbitos.
- El tema central de las jornadas fue “Medicina familiar y comunitaria en el Chile del Bicentenario”, ¿qué nos podría comentar sobre las conclusiones alcanzadas al respecto?
- Las conclusiones son variadas. Esperamos hacer un documento, el llamado “Acuerdo de Los Ángeles”, a modo de consenso sobre lo acordado en este encuentro. Por ejemplo, se requiere un impulso importante en el tema de recursos humanos. La formación de médicos de familia en Chile es un tema que está un poco atrasado y no se le han dado los estímulos necesarios para que los médicos opten por especializarse en esa área. Creemos que la aplicación de este modelo va a impactar directamente en la resolutividad de la atención primaria, por eso se necesita invertir en ello. Por otro lado, sentimos que parte de la formación del programa de pregrado en Chile debe desarrollarse más en este ámbito, ya que la malla curricular se ha ido quedando un poquito atrás.
- Sobre este último punto, ¿cuál es la situación actual de la salud familiar en las escuelas de medicina, las unidades de postgrado y los servicios de salud?
- En los servicios de salud la realidad es totalmente diferente. Hay centros que tienen un gran desarrollo, como la red que depende del Servicio de Salud Metropolitano y Ñuble. Los centros de salud comunales, que dependen de las municipalidades, ya están totalmente desarrollados en el tema e incluso ahora los hospitales rurales, los de tipo 3 y 4, se están transformando en centros comunitarios. En las escuelas de formación pasa lo mismo. La universidad, en general, tiene su malla atrasada respecto al tema. Sin embargo, hay experiencias de su incorporación en lo que es el internado, pero falta mucho todavía. Y a nivel ministerial, esto pasa por etapas, por lo que esperamos seguir superándolas para desarrollar aún más el tema en el país.
- A su juicio, cuáles son las perspectivas futuras de la medicina familiar y comunitaria en nuestro país. ¿Cree usted que es posible lograr su implementación definitiva en el actual sistema de salud?
- Yo creo que el futuro pasa por varios ámbitos. El primero, es la formación de pregrado. Esperamos que los próximos médicos que se reciban en Chile tengan algunas armas básicas de medicina familiar, para poder desenvolverse en todas las áreas de atención primaria. Probablemente, se le va a tener que dar un gran impulso a la formación y contratación de médicos de familia y eso significa que tienen que haber incentivos adecuados para que los médicos se encanten, para que esta implementación se pueda concretar al 100 por ciento dentro del actual sistema de salud. Hoy se da la paradoja que los pocos médicos de familia que se forman, cuando llegan a trabajar en el sistema público, lo hacen en labores de gestión, por lo tanto todo su conocimiento clínico valioso se pierde.
- Me imagino que se incluyeron temas gremiales de importancia para todos los MGZ del país. ¿Qué nos podría contar al respecto?
- Principalmente, abordamos aspectos que dicen relación con la capacitación en salud familiar, cosa que hemos pedido al ministerio para los médicos en ésta y otras áreas. También hablamos sobre la oferta anual que se hace del concurso de becas de retorno y de cómo nosotros, siendo becados ministeriales, podemos aportar al grave déficit de especialistas que se encuentran ejerciendo la salud pública en las diferentes regiones de nuestro país.
- La historia de los MGZ se inició por la década del 50’ ¿Qué nos podría comentar sobre los progresos que ha experimentado la salud chilena durante estos años y cómo vislumbra usted el futuro de la medicina en nuestro país?
En la década del 50’ se produjo un gran quiebre en el sistema de salud chileno, principalmente, por la creación del Sistema Nacional de Salud que, a su vez, llevó a una serie de adelantos, por decirlo de alguna manera. Uno de ellos, fueron los médicos generales de zona, que permitieron brindar atención médica en las zonas más aisladas y extremas del país aumentando así la cobertura de salud en nuestro país. Yo creo que el futuro de la medicina en Chile va por el aumentar la calidad de prestaciones, servicios, recurso humano más especializado y comunicaciones, porque hay zonas extremas de Chile que tienen todavía problemas de conectividad.
- Por último doctor, ¿cuál es el balance final que usted hace del encuentro?
- Creemos que fue encuentro muy importante y provechoso para las autoridades ministeriales y universitarias, los representantes de sociedades científicas, los representantes de los servicios de salud y los colegas de atención primaria participantes. Se sacaron muchas conclusiones en limpio. El ministro Mañalich dejó la invitación extendida para que podamos sacar conclusiones explícitas a través de un documento que debemos hacer llegar al ministerio, porque él nos dejó claro que el camino a seguir va por ahí: por la atención primaria, que ha demostrado ser una de las armas más eficientes respecto a aumentar la calidad de las prestaciones y a disminuir el déficit en salud.
