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03 Marzo 2008

Dr. Mario Hernández Campos:

Un pionero de la oftalmología en la Región de Magallanes

El doctor Mario Hernández Campos es uno de los oftalmólogos más reconocidos de Punta Arenas. Si bien nació en la ciudad de Concepción, es considerado como un “puntarenense” más dentro de la sociedad magallánica.

Estudió medicina en la Universidad de Concepción y luego hizo su beca de oftalmología en el Hospital San Juan de Dios, especialidad que eligió “porque era médico-quirúrgica, muy dinámica en términos de los resultados que uno logra obtener. Además, con la tecnología con la que se cuenta en este minuto, es una especialidad que entrega soluciones rápidas y muy efectivas, eso sí, cuando son aplicadas bien”.

El doctor Hernández dirige la Unidad de Cirugía Refractiva de Clínica Magallanes acompañado por sus colegas Raúl Terán y Mario Díaz y un staff de tecnólogos médicos y técnicos paramédicos altamente especializados, para facilitar la realización de exámenes y cirugías mediante esta moderna tecnología.

Para realizar esta entrevista y con la idea de enseñarnos el trabajo que se está haciendo en la región, el doctor Hernández invitó a SAVALnet a participar en una cirugía de cataratas junto a su equipo de trabajo en la Clínica Magallanes, experiencia que resultó muy educativa.

También aprovechó la oportunidad para contarnos sobre el importante acuerdo firmado para el desarrollo de la cirugía refractiva en la región, gracias al esfuerzo realizado por El Centro Oftalmológico “Lasik Magallanes”, formado por la Clínica Oftalmológica Pasteur y destacados oftalmólogos de Punta Arenas, y Clínica Magallanes para ofrecer a aquellos pacientes que sufren de algún grado de deficiencia en su visión el tratamiento más revolucionario y seguro.

Desde su llegada a Punta Arenas en 1986, para cumplir con su ciclo de destinación, se ha transformado en un verdadero pionero de la oftalmología. “Para hacer un edificio siempre se necesita que alguien ponga una primera piedra, a lo mejor yo he puesto hartas, pero cuando yo llegué ya habían hartas piedras puestas y ahora como somos ocho oftalmólogos en la región la tarea se hace mucho más fácil”, asegura el profesional.

“Yo partí en una consulta que me prestó el doctor Raúl Álvarez. Estando en el Servicio Público, pedí un préstamo para adquirir mi primer equipo oftalmológico que todavía sigue funcionando sin problema y ahora estamos embarcados en este proyecto. Esto es algo muy gratificante, porque ha sido un gran esfuerzo familiar en beneficio de nuestros pacientes”.

- Doctor, usted es considerado el oftalmólogo, quizás, más antiguo de Punta Arenas. ¿Cómo podría resumir esta experiencia?
- Yo no soy el más antiguo (ríe). Cuando llegué a la ciudad ya estaba el doctor Puelma y el doctor Cabello. Lo que pasa es que mi generación fue la que introdujo, de a poco, los cambios tecnológicos a la clínica en la región, aprovechando los beneficios tributarios de la zona. Hace dos años recién empezamos a equipararnos a los centros de referencia nacionales. Antes nos encontrábamos a una distancia muy grande el área privada del área pública. Hoy el sistema público se está poniendo al día, se está invirtiendo mucho más, ya que el número de especialistas también ha aumentado. Ya se creó conciencia que el oftalmólogo sin tecnología es poco lo que puede hacer, pues no tiene capacidad de resolución.

- Cuéntenos cómo fueron sus primeros años como oftalmólogo en una ciudad de pocos especialistas
- En esa época éramos sólo tres especialistas y había mucho trabajo por hacer. No había equipamiento en el área pública, así que todo lo que hacía era con instrumental propio. El Hospital Regional hace sólo tres años comenzó a incorporar tecnología. Así que en la medida que iba atendiendo a pacientes diabéticos, a niños con cataratas, a personas con desprendimientos de retina tenía que trasladarlos a Santiago, porque aquí no podíamos tratarlos por no contar con la tecnología necesaria. Hasta que llegó el momento en el que nos dimos cuenta que no podíamos seguir quedándonos atrás y fue ahí cuando decidimos empezar con nuestro proyecto.

- Doctor Hernández, Usted es uno de los especialistas más destacados en el área oftalmológica de la ciudad de Punta Arenas, campo que ha tenido grandes avances en las últimas décadas. A su juicio, ¿Cuáles han sido los principales hitos alcanzados en la región?
- Creo que lo más importante que se ha hecho acá es tratar de hacer una oftalmología de primer nivel en una zona extrema. Lo que fue un doble desafío, porque uno tiene que tratar de resolver patologías muy complejas con muy pocos recursos y, al mismo tiempo, transformarse en médico-emprendedor, porque muchas de las inversiones en equipamiento no se hacen pensando en términos económicos, sino que en términos de resultados clínicos. Entonces creo que eso lo reconoce la gente: el esfuerzo de más de 20 años de trabajo ininterrumpido que demostró que pudimos llegar a un nivel de resolución formando un equipo de excelentes oftalmólogos.

- Podríamos decir entonces que en Punta Arenas hoy es posible dar solución a todas las patologías oculares, o faltan algunas todavía por tratar
- Podemos responder patologías prácticamente a nivel de cualquier ciudad grande del país. Ahora, con las últimas inversiones que va a hacer el Servicio de Salud respecto al vitréctomo, que es lo que nos faltaba, ya quedaríamos independientes, desde el punto de vista de la resolución de patologías por lo menos en el área oftalmológica y eso en 20 años es harto trabajo. Y en esto no hay secreto. La tecnología es cara aquí y en todas partes y para eso tiene que haber alguien que esté dispuesto a invertir y no sólo a invertir en tecnología, sino que también a desarrollarse en la tecnología que estás adquiriendo. Por ejemplo, ahora tenemos el láser refractivo. Son dos años de trabajo que finalizan con las primeras operaciones de cirugía refractiva y ese trabajo el común de las personas no lo ve, sólo ven los resultados, pero para obtener un resultado óptimo en medicina no puedes improvisar. Partimos de cero, sin pabellón ni formación, por lo que también tuvimos que estudiar y nivelarnos.

- Y ese trabajo de “nivelación” de médicos, arsenaleras y pabelloneros se hizo en Santiago
- Claro, el esfuerzo era tan grande que nosotros sabíamos que solos no podíamos hacerlo. Tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista clínico. Era una tarea muy grande, por lo que nos asociamos con la Clínica Pasteur, que es uno de los centros de mayor resolutividad de Santiago. Ellos tenían como común denominador con nosotros el haber sido formada por médicos. Es una Clínica cuyos dueños son oftalmólogos de mi generación, por lo que no sólo son colegas, sino que también amigos. Ellos han visto, cuando han estado en operativos en la región o cuando nos hemos encontramos en cursos de especialización, que uno trata de estar a un nivel similar de lo que resuelven ellos allá. Nos han apoyado muchísimo, tenemos a todos nuestros médicos, tecnólogos y arsenaleras formados y acreditados en Santiago en cirugía refractiva. Tenemos el equipo y logramos llegar a término cirugías experimentales simuladas clínicamente a la perfección, de tal manera que clínicamente la partida sea lo menos traumática posible. A partir de los primeros pacientes en cirugía refractiva estaremos marcando de nuevo la pauta oftalmológica en la región. Ya lo hicimos con la cirugía de catarata, con el implante de lentes intraoculares, con cirugías de desprendimientos de retina, con trasplante de córnea, con la cirugía refractiva, es decir, en 20 años hemos puesto al día a la oftalmología en la región, con el esfuerzo privado y público, que se ha dado cuenta que la necesidad es grande y que los resultados obtenidos son buenos, porque hemos hecho las cosas bien.

- ¿Cuál es el perfil epidemiológico de las patologías oftálmicas en la XII Región?
- No creo que difieran mucho de lo que uno ve en el resto del país. En general, la población de Magallanes tiende a ser longeva y por la composición que tiene, de muchos inmigrantes, tiende a lograr hartos años de sobrevida. No es raro ver pacientes de 85 a 90 años. Los inmigrantes son gente longeva y sana que sólo en algunos casos presentan cataratas. Como acá tenemos altos índices de diabetes y síndrome metabólico, la retinopatía diabética también es un problema importante. Pero no hay que olvidarse que siempre la primera patología, y la más prevalente en toda la oftalmología, son las ametropías, es decir, los vicios de refracción y aquí la región se caracteriza por altas ametropías. De ahí que la cirugía refractiva que estamos implementando sea un desafío tan importante para los equipos que estamos incorporando. Todos son nuevos, de muy buena calidad, de última generación, por lo que si tenemos los mejores equipos, la mejor formación y las ganas de seguir haciendo bien las cosas, deberíamos tener y lograr muy buenos resultados.

- Pasando a otro tema, hace un tiempo atrás Usted impulsó la creación de la primera Clínica Oftalmológica de la región. ¿Cómo y cuándo se materializó este proyecto y quiénes participaron en él?
- La idea que siempre hemos tenido es privilegiar el buen servicio y beneficiar a nuestros pacientes, después vino el resto: adquirir las tecnologías, implementar bien la clínica y obtener resultados. El esfuerzo es familiar. Yo trabajo con mi señora, que es enfermera especializada en el área oftalmológica, y este esfuerzo es apasionante, porque al saber que partimos de cero y que estamos llegamos al peek máximo de nuestro rendimiento, nos tiene muy contentos, porque esto va a seguir avanzando… luego vendrá otra generación que hará su trabajo acá.

- ¿Y este proyecto siempre lo tuvo en mente?
- Sí, era un sueño. En general, yo creo que todos los oftalmólogos soñamos con tener un centro propio, a pesar de todo el esfuerzo invertido vale la pena, no sé si lo haría de nuevo, pero de todas maneras vale la pena.

- ¿Cuáles son las principales características de la Clínica Oftalmológica de Magallanes?
- La principal característica es la preocupación por el paciente, que todo lo que se hace en la clínica converja finalmente en él. Desde que el paciente llama por teléfono a nuestro centro hasta que termina el tratamiento. El énfasis está puesto en el servicio. La tecnología también es importante, no nos podemos quedar mirando que es lo nuevo que se está usando en la resolución de patologías cada vez más complejas.

- Por último doctor, ¿Cuáles son los desafíos que se ha propuesto para este año?
- Lograr la mejor atención posible con los medios que tenemos. Siempre los medios son limitados y las necesidades son infinitas, pero si uno pone el acento en el servicio podemos hacer rendir muy bien esos recursos. También incorporar la cirugía refractiva, que ya es una realidad y en el futuro mediato la vitrectomía para ser independientes definitivamente en el área oftálmica.

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