Dr. Fernando Saldías:
“En neumonía es muy importante la evaluación de gravedad”
El doctor Fernando Saldías Peñafiel estudio Medicina en la sede Oriente de la Universidad de Chile, desarrollando buena parte de su proceso formativo en el Hospital del Salvador. Allí estableció una estrecha relación con los profesionales del Hospital del Tórax.
Luego de titularse el año 1984 se fue a Puerto Octay, en la X Región, donde trabajó como médico general de zona. Recuerda ese período como una época donde tuvo la oportunidad de llevar a cabo un trabajo en atención primaria que resultó muy gratificante desde el punto de vista profesional y humano. Cuando regreso a Santiago, decidió hacer su beca de retorno en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde primero se especializó en Medicina Interna y, más tarde, en Enfermedades Respiratorias. “En ese momento ya tenía muy claro mi interés por la docencia y la investigación, por lo que mantener un vínculo con la universidad era muy importante”, recuerda el médico.
Como becado, uno de sus primeros temas de estudio estuvo relacionado con los factores predictores de enfermedades de altura aguda, interés que lo llevó a viajar a yacimientos mineros del norte del país en las cercanías de Iquique y Arica. “Las empresas estaban interesadas en saber cuáles de sus trabajadores tenían riesgo de presentar edema pulmonar de altura, por lo que solicitaron la ayuda a los equipos de cardiología y enfermedades respiratorias UC. Nos centramos entonces en los mecanismos de adaptación, porque es muy distinta la realidad de alguien que nace en estas zonas y cuyo cuerpo está acostumbrado a la altura, que alguien que ha vivido siempre al nivel del mar y debe trasladarse a alguno de estos lugares exponiéndose a un ambiente pobre en oxígeno. Aunque nuestras pesquisas entregaron datos muy interesantes, no logramos encontrar predictores claros de la patología y tampoco lo han conseguido otros grupos de investigación en el mundo”, señala.
Al terminar su beca comenzó a trabajar en el Departamento de Enfermedades Respiratorias UC y, a fines de los ’90, viajó a Estados Unidos para realizar investigación básica en la Universidad de Illinois junto al doctor Iasha Sznajder, quien lidera un gran centro de estudios en donde se analizan temáticas como el edema pulmonar agudo. “Gracias a esta experiencia, cuando regresé a Chile en 1998 comencé a desarrollar un proyecto Fondecyt sobre mecanismos de resolución del edema pulmonar agudo, lo que derivó en la publicación de más de 10 trabajos en importantes revistas científicas”, explica.
Tras esta experiencia, el doctor Saldías, abocó su quehacer a las infecciones respiratorias del adulto, en específico, profundizando sus conocimientos relacionados con el manejo de la neumonía adquirida en la comunidad, tema sobre el cuál dictó una interesante charla el 21 de julio de 2007 en la Sociedad Médica de Santiago, actividad que se enmarcó en la cuarta versión del Curso de Medicina Interna Avanzada para Internistas. Cabe señalar que en la actualidad el especialista es jefe de la Comisión de Infecciones de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias.
¿Qué aspectos de la neumonía adquirida en la comunidad y de las infecciones respiratorias usted ha estudiado en el último tiempo?
- Principalmente epidemiología; diagnóstico clínico; diagnóstico microbiológico, es decir de la etiología de las neumonías; factores pronósticos, y líneas de tratamiento, en especial cuando la patología se enfrenta en medios ambulatorios. De hecho, de los pacientes que consultan por esta patología, más del 70 por ciento se maneja de forma ambulatoria, no en el hospital…
Siguiendo la tendencia que busca promover la atención ambulatoria en aquellas enfermedades no crónicas…
- Claro, porque estos pacientes si son bien evaluados desde el punto de vista de su gravedad, las posibilidades de que se compliquen en el medio ambulatorio y/o mueran, son muy bajas. En efecto, el riesgo de complicaciones es menos del 5 por ciento, y el riesgo de muerte es menos del 1 por ciento.
Entonces la clave está, principalmente, en la evaluación inicial…
- Exacto. Lo importante es que esa evaluación de gravedad sea adecuada. Esto muchas veces se puede hacer con criterios clínicos sin la necesidad de exámenes de laboratorio. Estos criterios son recientes. Las primeras guías de manejo clínico de la neumonía aparecieron recién en los años ’90. La Sociedad América de Tórax publicó este primer texto en 1993.
¿Qué es lo que se planteaba en ese material de consulta?
- Buscaba decir: esta es una enfermedad frecuente y tiene un alto riesgo de muerte si no se maneja de forma sistemática y organizada. Hasta la década del ’90 el manejo de la neumonía era un caos. Se usaban miles de esquemas diferentes, los esquemas para hospitalizar o tratar de forma ambulatoria a un paciente eran totalmente disímiles de un centro de salud a otro. Este fue el primer ordenamiento del tema que decía “el diagnóstico se hace de esta forma, el estudio de esta otra forma, la evaluación de la gravedad de esta forma y se sugieren estos tratamientos”. Esta primera guía fue un material preparado por expertos. Antes se habían publicado trabajos sobre esta materia, pero ninguna información era muy acabada.
¿Cómo fue que estas pautas de manejo comenzaron a ser aplicadas en nuestro país?
- En la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias elaboramos en 1998 el primer Consenso Chileno de Manejo de la Neumonía Adquirida en la Comunidad de Adultos, así como también se hizo la guía pediátrica. Este material se basó mucho en el documento norteamericano. Otro hito importante se produjo en 2005, cuando nos reunimos con la Sociedad Chilena de Infectología para determinar algunos consensos sobre esta patología. A diferencia del primero, este nuevo documento se centró en la información que sobre la enfermedad había en Chile hasta ese momento, que ya era bastante, así que se trata de una publicación que refleja de mejor forma nuestra epidemiología local. Tratamos los mismos temas de la anterior guía –epidemiología, diagnóstico clínico, diagnóstico microbiológico, etiología, evaluación de la gravedad, tratamiento y prevención- pero en una forma más madura.
¿Qué es lo que a usted le atrae de la labor investigativa?
- A diferencia de quienes realizan investigación básica, a mí me gusta más la investigación clínica, pues me gusta estar relacionado con las pacientes y porque muchas veces los resultados no son teorías que se comprueban en el largo plazo, sino que se pueden observar en la práctica al atender a los enfermos. Creo que hemos realizado un buen trabajo en este respecto, porque hemos logrado sistematizar el manejo de ciertas enfermedades infecciosas en nuestra región y esto se ha visto reflejado en algunos cambios epidemiológicos concretos. Por ejemplo, la posibilidad de morir producto de una neumonía disminuyó en más de un 50 por ciento desde la década de los ’90 hasta nuestros días. Entonces las cifras nos mostraban una letalidad de 48 por cada 100.000 habitantes y, ahora, estamos en 22 por cada mil habitantes.
