Esfuerzo global por el aumento de la lactancia materna
Una práctica que no solo trae beneficios para el recién nacido, sino que también para la madre. En 2012, se estableció la meta para incrementarla en al menos un 50% en el año 2025.
La lactancia materna es la mejor forma de alimentación para un recién nacido, ofreciendo los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo cerebral, además de entregar una protección contra enfermedades.
Entre ellas, ayuda a prevenir la obesidad, diabetes tipo 2, leucemia y el sÃndrome de muerte súbita infantil. Además, promueve el apego entre una madre y su hijo. Se ha demostrado que periodos prolongados de lactancia se asocian a respuestas más sensibles por parte de las madres y una sensación de seguridad.
Sumado a la protección para el bebé y en comparación con aquellas que no lo hacen, las mujeres que amamantan tienen una reducción del riesgo de padecer diabetes tipo 2, cáncer de mama y de ovarios.
En 2012, la Asamblea Mundial de la Salud estableció la meta de aumentar en al menos un 50% la tasa de lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida para 2025.
Menos de la mitad de estos menores fueron amamantados exclusivamente en América Latina y el Caribe entre 2015 y 2021. De los 35 paÃses de la región, solo 19 cuentan con las medidas para aplicar el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna de manera completa o parcial.
Una herramienta que busca legalizar y monitorear la venta de sucedáneos de leche materna como fórmulas infantiles, biberones, entre otros.
