Alimentación estival y su impacto en la salud digestiva
Las altas temperaturas, los cambios en los hábitos alimentarios y el consumo excesivo caracterÃstico de las fiestas de fin de año pueden afectar nuestro bienestar si no se toman medidas básicas de cuidado y prevención.
Con la llegada de las celebración de año nuevo, se intensifican las reuniones familiares y sociales en torno a la comida, un escenario que, junto al calor propio del verano, suele aumentar las consultas médicas por molestias digestivas. Especialistas advierten que durante este periodo se observa un alza en cuadros de acidez, gastritis, diarreas e intoxicaciones alimentarias, muchas de ellas asociadas a una manipulación inadecuada de los alimentos y a excesos prolongados.
Durante diciembre, los centros de salud registran un patrón recurrente de consultas relacionadas con desórdenes gastrointestinales. Preparaciones que permanecen largo tiempo fuera de refrigeración, quiebres en la cadena de frÃo y combinaciones de alimentos irritantes forman parte de los factores más frecuentes. El doctor Francisco Pinto, de Cordillera InterclÃnica, explica que "alimentos como carnes marinadas por horas, pescados mal conservados o preparaciones con huevo y crema expuestas al calor representan un riesgo importante, especialmente en jornadas extensas de celebración".
Las altas temperaturas juegan un rol clave en este escenario. En condiciones de calor, las bacterias pueden multiplicarse con rapidez en alimentos sensibles, aumentando el riesgo de intoxicación, particularmente en niños, adultos mayores y personas con sistemas inmunes más vulnerables. A esto se suman las celebraciones al aire libre, donde la contaminación cruzada por el uso compartido de utensilios o superficies mal higienizadas es más probable.
Desde la mirada clÃnica, la prevención sigue siendo el eje central. "La mayorÃa de estos cuadros son evitables. El problema no está en celebrar, sino en descuidar la manipulación segura de los alimentos y excederse en cantidades, alcohol y comidas muy irritantes", advierte el doctor Pinto, quien añade que el consumo prolongado de alcohol y el picoteo constante también contribuyen a la sobrecarga del sistema digestivo.
A estos factores se suma uno menos visible, pero igualmente relevante: el estrés. El gastroenterólogo Gonzalo Vizueta, de San José InterclÃnica, señala que "el estrés propio de fin de año altera el funcionamiento digestivo, puede acelerar o enlentecer el tránsito intestinal y vuelve al organismo más sensible frente a los excesos alimentarios". En personas con antecedentes de gastritis, reflujo o sÃndrome de intestino irritable, este contexto puede traducirse en varios dÃas de malestar.
Para reducir riesgos, los especialistas recomiendan mantener una correcta refrigeración de carnes, pescados y preparaciones con huevo; evitar descongelar alimentos a temperatura ambiente; consumir las comidas recién preparadas; separar utensilios para alimentos crudos y cocidos; y refrigerar las sobras lo antes posible. "En dÃas de calor, incluso lapsos breves fuera del refrigerador pueden marcar la diferencia", enfatiza el doctor Vizueta.
Finalmente, los expertos coinciden en que pequeños ajustes permiten disfrutar de las celebraciones sin comprometer la salud digestiva. Moderar el alcohol, alternar platos más pesados con opciones frescas, mantener una buena hidratación y respetar los tiempos de comida son medidas simples que contribuyen a un equilibrio necesario. "No se trata de restringir, sino de equilibrar. La idea es celebrar y compartir, sin que el cuerpo lo resienta después", concluye el especialista.