Bases de datos biomédicas
Cuando menos es más
Un médico clínico busca información fundamentalmente por dos razones: para estar al día en cuanto a nuevos desarrollos en medicina, o para encontrar respuestas a preguntas específicas relacionadas con sus pacientes. En ambos casos, el objetivo final es informarse de manera rápida para tomar decisiones clínicas, con información que sea válida, relevante, sintetizada y respaldada por fuentes confiables.
Junto con el desarrollo de la MBE, se han creado diversas herramientas - principalmente de manejo de fuentes de información - orientadas a identificar, valorar, filtrar y sintetizar trabajos clínicos controlados y randomizados, reviews y meta-análisis de relevancia, publicados en diversos formatos o medios (journals, bases de datos como Medline, páginas web, etc).
Esto se ha traducido en un nuevo paradigma que cada vez cobra mayor importancia: menos es más. Calidad por sobre cantidad; información y no datos.
Así lo constata un artículo publicado el Journal of Medical Library Association, por un grupo de investigadores de la Universidad de Virginia.
Los autores señalan que al utilizar estas nuevas herramientas, se obtiene un reducido número de resultados, e incluso podría no encontrarse información. Sin embargo, los pocos documentos obtenidos por esta vía son siempre estudios relevantes, útiles para responder nuestras consultas, excluyendo trabajos clínicos poco significativos.
Un novedoso enfoque, que se basa en la evaluación de publicaciones de acuerdo a la efectividad de sus resultados aplicables en clínica, es el llamado Patient-Oriented Evidence that Matters, más conocido como POEM’s (evidencia importante orientada al paciente).
Los POEM’s son listados con citas bibliográficas que incluyen una pregunta clínica a ser respondida, el título de un trabajo seleccionado, el autor del trabajo, el journal, un abstract y el nivel de evidencia de cada estudio. Es decir, información que le dice directamente al médico qué hacer para diagnosticar o tratar.
Otro concepto, que se sustenta en la MBE, es el desarrollado por The Cochrane Library, y en poco tiempo se ha convertido en un modelo de fuente de información para la toma de decisiones clínicas. Al ingresar a su base de datos, el usuario tiene acceso de manera rápida a la mejor evidencia disponible en un área determinada.
The Cochrane Database of Systematics Reviews es la base de datos estrella de los editores de The Cochrane Library, y en ella cada revisión es el resultado de rigurosos métodos que seleccionan sólo trabajos clínicamente randomizados, puestos al día periódicamente en base a la nueva evidencia disponible.
Los científicos de la Universidad de Virginia han señalado que también existen otras herramientas de información médica “refinada”, como por ejemplo el DARE (Database of Abstract of Reviews of Effectiveness), listado bibliográfico de reviews, principalmente meta-análisis, en áreas y temas no cubiertos actualmente por Cochrane.
Señalan además la existencia de Guías Clínicas disponibles en internet (respaldadas por asociaciones médicas), los Clinical Evidence de la BMJ y la publicación ACP Journal Club del American College of Physicians, todas ellas con enfoques específicos, destinados a entregar una visión complementaria a este nuevo paradigma de la recuperación de información.
Sin duda el desafío para los clínicos es y será siempre, mantenerse actualizados. Pero cada día, la figura de expertos en manejo de información confiable y de calidad, se hace más necesaria en la práctica médica.
