Cuidados infantiles
La delgada línea entre negligencia y abuso de privación
La mayoría piensa que abuso y negligencia van juntos, pues en nuestro idioma y en muchas legislaciones ambos conceptos aparecen siempre relacionados. Sin embargo, académicos del departamento de pediatría del City General Hospital, del Reino Unido, publican recientemente un interesante artículo en el que rechazan esta visión y plantean diferenciar entre uno y otro término.
Según los expertos, la negligencia es la principal causa de maltrato infantil en la sociedad y debe ser claramente diferenciada del abuso. El primer término se refiere a una actitud que tiene sus raíces en la ignorancia de las necesidades de los niños y de sus prioridades y, normalmente, es pasiva y sostenida en el tiempo.
El descuido no tiene motivación y, por lo general, el individuo es inconsciente del daño que causa. La desnutrición es un claro ejemplo de negligencia, sin embargo, no se puede aplicar el estigma del abuso a madres que aman a sus hijos, pero que por falta de esfuerzo y/o educación no logran desarrollarlos adecuadamente.
De acuerdo a los autores, la negligencia constituye una entidad separada del abuso, con sus propios antecedentes, características y efectos. Y por lo tanto, con su propio manejo. Según señalan, la importancia de diferenciar ambos términos, radica en que la relación padre e hijo es absolutamente diferente en el abuso que en la negligencia, pues el niño abusado es siempre distinto al niño víctima de descuido.
Al unir todas las formas de falta de acción bajo el título de negligente, así sean voluntarias, por olvido, o por ignorancia, se crea una confusión entre el abuso y la negligencia que puede ir en detrimento de los propios niños. Por ello, los académicos aconsejan hablar de falta negligente de satisfacer las necesidades del niño, diferenciando aquella falta deliberada en que incurre el responsable de un niño.
La falta deliberada o maliciosa, la denominan abuso de privación y sugieren que este distingo sea incorporado en el lenguaje, textos e instrumentos legales.
El abuso de privación puede abarcar desde el aislamiento, la inanición forzada y la falta de afecto, usados deliberadamente como forma de castigo. Obviamente, tales conductas no se pueden clasificar como una negligencia, pues implican una intención.
En base a lo señalado, los autores indican que inevitablemente surge la polémica cuando se analizan ambos conceptos desde la perspectiva de culturas diferentes, o de distintas formas de gobierno y grado de desarrollo de las sociedades. No obstante, la diferenciación parece necesaria al momento de abordar el problema, en el que siempre se llega a una conclusión común: la educación de los padres y de la sociedad en general es el factor más importante en el tratamiento de ambos problemas.
