Ser bilingüe protegería el cerebro durante la vejez
Hablar más de un idioma permite al cerebro disminuir el progresivo deterioro en sus capacidades cognitivas relacionadas con el envejecimiento, según concluyó un grupo de científicos liderados por la doctora Ellen Bialystok, de la Universidad de York, en Toronto, Canadá.
El estudio, publicado en la edición de junio de 2004 de la revista “Psichology and Aging”, muestra que las personas bilingües pueden entrar a la vejez con mayores posibilidades de mantener sus capacidades cognitivas intactas.
Para realizar la investigación, los científicos trabajaron con 154 voluntarios, divididos en dos grupos. El primero de ellos compuesto por 104 individuos de entre 30 y 59 años y el segundo, formado por 50 personas de entre 60 y 88 años.
La mitad de los sujetos eran monolingües, mientras que el resto eran personas que desde los diez años, por lo menos hablaban otro idioma además de la lengua materna. Los investigadores consideraron también variables como la educación y el nivel de conocimiento y como herramienta de estudio utilizaron el “Simon Task”, un método que consiste en medir la velocidad de reacción ante una serie de pruebas cognitivas, con dificultad y elementos de distracción variables, demostrando los bilingües más capacidad de atención en las preguntas y una mayor rapidez para resolver los problemas.
Los resultados del estudio sugieren que entre las personas monolingües y quienes hablan más de un idioma existen diferencias en la forma en que el cerebro procesa los datos, así como en la capacidad de mantener y controlar la atención. Según los autores, un individuo bilingüe debe mantener su cerebro en constante dinamismo, lo que evitaría el progresivo deterioro a medida que avanzan los años.
Los científicos explican que mientras la “inteligencia cristalizada”, aquella relacionada con el conocimiento aprendido, se mantiene intacta en todos los sujetos, la “inteligencia fluida”, vinculada con la atención y una de las primeras funciones que disminuye con la edad, sufre una merma menos visible en las personas bilingües.
Aunque no han evaluado a individuos que hayan aprendido otra lengua durante la adultez, los autores aventuran que aprender nuevos idiomas siempre es bueno para el cerebro, puesto que lo ayuda a mantenerse joven.
Por F. B.
