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Los fumadores tienden a tener un peso corporal inferior respecto a los que no fuman, pero también más grasa abdominal. Aún no está claro si la relación entre el tabaquismo y la obesidad abdominal es causal. Estudios previos han investigado este nexo basándose en una única variante genética para el consumo excesivo de tabaco. Este enfoque puede producir estimaciones causales imprecisas.

El objetivo de este trabajo dirigido por el investigador Germán D. Carrasquilla de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, fue estimar la causalidad entre el tabaquismo y la obesidad abdominal utilizando múltiples instrumentos genéticos.

La investigación basada en aleatorización mendeliana utilizó datos de estudios de asociación del genoma completo (GWAS) de participantes de ascendencia europea (n= 1.232.091), como el Consorcio de Secuenciación del uso de Alcohol y Nicotina (GSCAN), el Consorcio de Investigación Genética de Rasgos Antropométricos (GIANT) y el Biobanco del Reino Unido. Evaluaron el inicio del tabaquismo, el consumo a lo largo de la vida, intensidad del hábito, índice cintura-cadera (ICC), circunferencias de cintura y cadera, con y sin ajuste por índice de masa corporal (IMC).

Los análisis genéticos mostraron un efecto causal positivo del inicio del tabaquismo y el consumo a lo largo de la vida sobre el índice cintura-cadera con y sin ajuste por el IMC (IC 95%). En las exploraciones de seguimiento, el tabaquismo aumentó especialmente la grasa visceral. No hubo evidencia de un rol mediador del cortisol o de las hormonas sexuales.

En conclusión, el hábito de fumar a lo largo de la vida puede conducir a una mayor grasa abdominal. Esto se debe a un aumento de la adiposidad visceral. Los esfuerzos por prevenir y dejar de fumar pueden tener el beneficio añadido de reducir la grasa abdominal.