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Desde sus inicios, la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (Sochicar) ha tenido como misión estudiar y debatir los problemas de la especialidad junto con realizar y participar de actividades que apunten a fomentar su progreso en Chile, ya sea desde el punto de vista de la docencia como de la extensión e investigación.

Bajo estos ideales, el doctor Alejandro Martínez Sepúlveda tomó la presidencia de la Sochicar durante 2015, período que en entrevista con SAVALnet califica como "de arduo esfuerzo, mucho trabajo, cientos de proyectos, pero muy satisfactorio".

Dentro de sus múltiples tareas y proyectos, el cardiólogo destaca su lucha por reforzar las campañas de prevención en salud pública, la educación continua de especialistas y profesionales de la salud y la imperiosa necesidad de acercarse más al paciente.

"Como sociedad tenemos un grupo maravilloso, todos ponen de su parte para que podamos evitar cosas tan simples como el exceso del consumo de sal, el sedentarismo, el tabaquismo, pero falta más, y en mi gestión intentaremos reforzar a diario esos ideales".

- Doctor, ¿en qué escenario se encuentra la cardiología hoy?

Considero que es una de las especialidades que más rápido avance ha tenido en cuanto a diagnóstico y tratamiento. En ese sentido, es misión de la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, mantener a los especialistas -y a los que no lo son- absolutamente actualizados, ya sea mediante la realización de cursos, congresos y simposios, instancias donde transmitimos toda esta información para proseguir en este camino de desarrollo que hoy nos pone en un excelente nivel de medicina.

- Uno de los grandes cambios ha sido el Plan Auge en infarto...

Exactamente, a través de esta medida se ha logrado reducir la mortalidad hospitalaria por infarto a nivel país, lo que nos ha llevado a alcanzar cifras de potencias mundiales. Esto se debe primeramente a que hoy contamos con estrategias de acción donde se diagnostica de manera fácil, con mucha precisión y además, de manera mucho más oportuna, con medidas efectivas. Además recalco en la satisfacción que me da que esto se está dando en la mayoría de las regiones del país, no es una cosa central, es algo que hoy podemos ver a los largo de Chile, y eso es absolutamente positivo.

Otro de los avances notables se ha visto dentro de las cardiopatías congénitas, donde se ha estructurado un desarrollo importante en el manejo pediátrico, en el que además se estableció una red de progresión para que los niños intervenidos tengan una mejor cobertura cuando entren a la etapa adulta. A modo general, pienso que ha sido bastante importante el progreso desde el punto de vista de los doctores, médicos generales, enfermeras, kinesiólogos y los profesionales de salud en cuanto a prevención de enfermedades cardiacas.

- Imagino hay tareas por cumplir aún...

Claro, uno siempre tiene que ir mejorando, creo que donde estamos débiles es en el seguimiento posterior que se le hace a los pacientes. Así como nuestra mortalidad hospitalaria ha bajado desde un 16 por ciento a un ocho por ciento a nivel nacional, me atrevería a decir que el seguimiento de los pacientes de alto riesgo todavía es muy bajo en relación a las grandes potencias, y eso trae importantes consecuencias.

-¿Y a quién atribuye esa responsabilidad? 

Algo pasa que nos perdemos, perdemos la cobertura adecuada. En parte podría ser por la provisión de los medicamentos, los que se entregan a través del sistema público son limitados en el tiempo, no existe una disponibilidad perfecta, se intenta pero no lo es. Al mismo tiempo, pienso que lo más probable es que estemos alejados del paciente, en el sentido que se les hace difícil encontrar hora para el control, etc. Hay que implementar fases posteriores, porque quizás la persona luego de un tiempo determinado requiera de intervenciones futuras y lo tenemos que tener más cerca, es un deber, insisto, lo perdemos fácilmente.

-¿Y qué sensación tienen como Sociedad frente a este fenómeno?

Lo ideal sería evitar que el paciente llegara a la consulta por no haber tomado las precauciones adecuadas, para eso nosotros realizamos nuestro curso de prevención alrededor del país, hacemos casi cinco versiones y en eso la Fundación de la Sociedad de Cardiología tiene un rol muy importante, la Sociedad de Hipertensión y Las Mujeres de Rojo, pero aun así la cifra a la cual impactamos sigue siendo baja, nosotros queremos lograr más, pero lamentablemente seguimos viendo a más personas con sobrepeso, más diabéticos, más fumadores, no estamos llegando, no es fácil.

-¿Tienen pensada alguna nueva estrategia de acción?

Nuestra sensación actual es que tenemos que llegar a etapas más precoces, cuando uno trata de modificar conductas de adultos, como por ejemplo el consumo de sal y de grasas es difícil, porque ya es parte de una conducta de vida, por ende, el cambio debemos inculcarlo en adultos jóvenes y en los niños, si a ellos los educas a comer sin sal, así lo harán. Esa será nuestra estrategia, mantener el cuidado de los adultos, pero concentrándonos en los niños, finalmente ellos son el futuro.

-¿Qué cosas le preocupan como presidente de la Sociedad y cardiólogo?

Lo que me preocupa en lo inmediato es mejorar la calidad de los registros. En Chile se están haciendo muchas cosas desde el punto de vista terapéutico, y los registro de ellos no son perfectos. Es difícil avanzar si no medimos los resultados, hay que incorporar calidad, no basta con decir que se hacen 210.000 intervenciones, tenemos que saber bien sobre sus efectos, cómo se hizo, los resultados, ver cómo mejorar, etc. Creo que mucho mas importante que traer tecnología y nuevas técnicas, es medir bien lo que hacemos, que los cambios sean evaluables.

-¿Qué mensaje podría transmitir a los cardiólogos que comienzan su carrera?

En medicina, por más que estudiemos y nos dediquemos con esfuerzo a hacer lo que nos gusta y apasiona, es importante entender que no somos omnipotentes, necesitamos interactuar, compartir experiencias, discutir el cómo trabajar, y en ese sentido es fundamental hacerlo en equipo, tanto en los centros de formación como participando dentro de las sociedades científicas, porque en ellas está el país completo que se dedica al área de interés. Discutir cómo enfrentar a nuestros pacientes en nuestra realidad, con nuestros recursos, formar criterios, ese es mi consejo.