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límites de la cara y el concepto de rostro. La cara se extiende, de medial a lateral, desde la

sutura frontonasal a la frontorbitaria y la cigomático temporal, luego por detrás del arco

cigomático y la base del cráneo y hasta el hueso hioides en el cuello hacia abajo. A su vez, el

rostro constituye la porción anterior de la cabeza, representando el área que podemos ver

desde delante, incluyendo la zona frontal, que es parte del cráneo. Para su examen, el rostro

puede dividirse en tercios verticales, el tercio superior, hasta las cejas, el medio, hasta la base

nasal y el inferior o mandibular. Sin embargo para examinar y describir la región facial, la cara

se divide esquemáticamente en un piso superior, que incluye la porción nasal, malar y maxilar

superior y uno inferior, que incluye sólo la mandíbula. La inspección debe ser realizada

mirando al niño de frente, de perfil y axial, meticulosamente, desde abajo hacia arriba y desde

arriba hacia abajo. Esta permite evaluar la presencia de depresiones o solevantamientos,

comprobando la conservación o desaparición de los surcos naturales así como la simetría del

rostro. Esta última debe evaluarse desde una perspectiva, vertical, comprobando si los ojos y

demás estructuras del niño(a) se encuentran alineados, transversal, si ambos ojos, por ejemplo,

están a la misma distancia de la línea media y sagital, si tienen el mismo relieve o nivel de

resalte, proptosis o exoftalmo versus enoftalmo, por ej: La estructura orbitaria, que da cuenta

de la arquitectura del esqueleto craneofacial, la distancia intercantal como la interorbitaria.

Esta observación nos permite valorar indirectamente la forma, tamaño y simetría de la bóveda

craneana, sospechar de un posible trastorno en el cierre de las suturas, evidenciables por la

deformidad subsecuente. También de variaciones en el tamaño de la cabeza. Se debe evaluar

la posición de la misma respecto de la columna cervical, anteposiciones o anteinclinaciones de

la columna cervical, haciéndonos sospechar de trastornos ventilatorios. En el examen frontal

del rostro podemos profundizar el análisis de las asimetrías, si corresponden a tejidos blandos

y/o del esqueleto basicraneal; al síndrome de Goldenhar que afecta unilateralmente la cara y el

cráneo o síndromes de Franceschetti o Treacher Collins asociadas o no a microtias u otros

derivados de primera o segunda bolsa faríngea, si la afectación es bilateral. Debemos

considerar que si las alteraciones tienen su origen solamente en el esqueleto facial, se

clasifican como dismorfosis dentofaciales -no sindromáticas- asociándose mayormente a

trastornos de la oclusión dentaria. Existen combinaciones dismórficas de difícil interpretación

-las secuencias de Pierre Robin- que asocian condiciones de la forma y tamaño mandibular -

retrognatia o micrognatia- con fisuras máxilopalatinas, generalmente muy extensas. La

consecuencia es la caída de la base lingual -glosoptosis- capaces de determinar la oclusión de

la vía aérea superior, generando apneas obstructivas severas. En el examen de los ojos,

evaluamos los párpados y las relaciones entre ellos; distancia intercantal, pliegues palpebrales,

cantos internos y externos, su inclinación, la presencia de epicanto, la exposición y proyección

de los globos oculares ya mencionadas, la morfología orbitaria, antecedentes de luxación de

los globos oculares, estrabismo, el número y la distribución del pelo en las cejas y pestañas; de

los labios, su morfología y relaciones entre ellos, su mayor o menor hidratación; la longitud,

ancho y forma del filtrum, la exposición dentaria y de la encía, las comisuras, su integridad y

forma, el reborde mucoso cutáneo o línea de Klein, su continuidad, la presencia de tejido

ectópico glandular salival labial (síndrome de van der Woude), agujeros tipo “pits”; del

mentón, erosiones, traumatismos, simetría del mismo y conservación del surco mentolabial,

signo inequívoco de respiración nasal o en caso contrario, de incompetencia labial. En casos

de trauma facial en un niño, una herida del mentón es sinónimo de fractura de cóndilo

mandibular mientras no se demuestre lo contrario; de las orejas, su forma e implantación, la

agudeza auditiva, presencia de tejidos embrionarios excedentarios -piel y cartílago- derivados

de las bolsas faríngeos, descritos erróneamente como

papilomas preauriculares

; la nariz, su

simetría, la permeabilidad de las fosas nasales, características de los huesos propios y

cartílagos, el ancho de la pirámide nasal, su dorso y alineación, proyección de la punta, forma

Niño y adolescente con necesidades especiales en atención en salud (NANEAS)