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Agentes biológicos en uveítis

a intervalos variables o regulares, a fin de

reducir las reacciones alérgicas y optimizar

los resultados a largo plazo.

Hay varios eventos adversos graves relacionados

con la terapia con infliximab, incluyendo un

mayor riesgo de neoplasias, tuberculosis,

esclerosis múltiple y reacciones tipo lupus,

por lo tanto, este tipo de tratamiento debe

evitarse en pacientes con un historial positivo

de estas condiciones. Se han examinado los

campos visuales y electroretinogramas de

pacientes en tratamiento, sin demostrarse

deterioro significativo a 1 año de seguimiento.

Adalimumab ha demostrado ser eficaz

en adultos para el tratamiento de la AR,

la espondilitis anquilosante (EA) y artritis

psoriática, mediante la reducción de los

síntomas de la participación conjunta y

mediante la inhibición de la progresión del

daño estructural, típico de estas enfermedades

autoinmunes. A diferencia del infliximab

endovenoso, el adalimumab tiene la ventaja

de la administración subcutánea, resultante

en niveles estables de fármaco en el tiempo y

favorece una conveniente autoadministración

en el hogar. La dosis habitual es de 40 mg

en intervalos de 2 semanas. En la uveítis

infantil, adalimumab alcanza hasta un

80-88% de reducción en la inflamación,

con muchos pacientes que son capaces de

reducir dosis o dejar de tomar corticosteroides

e inmunosupresores de segunda línea

10,11

.

Los resultados de estos estudios sugieren

que adalimumab puede ser una alternativa

razonable a infliximab en el tratamiento de

la uveítis, sin embargo ningún estudio ha

comparado estos agentes

12

. Asimismo la

clasificación anatómica de la uveítis no fue

descrita en estos estudios, pero se puede

presumir que es principalmente anterior, ya

que la mayoría de los niños tenían artritis

idiopática juvenil (AIJ).

2. TERAPIAS ANTI-INTERLEUCINA

En la fisiopatología de la uveítis posterior,

algunos modelos experimentales de uveítis

autoinmune han implicado el papel de la

interleuquina (IL) -1 e IL-2. Daclizumab es un

anticuerpo monoclonal humanizado contra

el receptor de IL-2 (también conocido como

subunidad CD25).

En un estudio de 10 pacientes con uveítis

intermedia y posterior en tratamiento con

infusiones intravenosas cada 4 semanas de

daclizumab, 8 mostraron un buen control

de la enfermedad durante un período de 12

meses con el consiguiente estrechamiento

de la terapia inmunosupresora estándar.

Resultados similares fueron observados

posteriormente

13

alcanzando una reducción

de la actividad inflamatoria en el 70% de

los pacientes tratados con daclizumab

intravenoso durante 2 años, afectados por

la uveítis refractaria. Recientemente, un

estudio informó que daclizumab fue capaz

de estabilizar la agudeza visual en el 67%

de los pacientes con uveitis intermedia,

posterior o panuveítis, concomitante con la

reducción de otros inmunosupresores

14

. En

esta serie, no se registraron acontecimientos

adversos graves.

3. INTERFERONES

Aunque no es propiamente un agente

biológico, el INF-

α

está jugando un papel

importante en el tratamiento de la uveítis

con grave amenaza de la visión. El IFN-

α

es

una citoquina natural secretada en respuesta

a infecciones virales, principalmente por

las células dendríticas plasmocitoides. En

términos sencillos, el IFN-

α

se propone

como la citoquina patógeno primario en

enfermedades autoinmunes sistémicas,

mientras que el TNF-

α

se cree que es

la citoquina patógena en enfermedades

autoinmunes de órganos específicos. TNF-

α

e IFN-

α

tienen una regulación cruzada entre

sí; TNF-

α

reduce los niveles de IFN-alfa,

inhibiendo el número y la función de las

células dendríticas plasmocitoides.