Previous Page  21 / 44 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 21 / 44 Next Page
Page Background

Neumol Pediatr 2018; 13 (1): 15 - 20

C o n t e n i d o d i s p o n i b l e e n h t t p : / / www. n e umo l o g i a - p e d i a t r i c a . cl

19

Rol de la broncoscopía en el paciente pediátrico

Manejo del broncoscopio flexible

Existen tres formas principales para introducir el

broncoscopio y valorar la vía aérea, las cuales son: (4)

• Vía transnasal: Esta es la forma más segura,

informativa y la que permite un acceso directo a la glotis (4,10).

• Vía oral: Puede ser de dos formas:

- Mascarilla laríngea: En esta se pierde información

de la vía aérea superior, pero la glotis puede ser verse bien.

Indicado cuando es de interés la vía aérea baja (10).

- Tubo endotraqueal: Utilizado frecuentemente en la

UTIP o en la UCIN.(10)

• Vía traqueostomía

Durante la exploración de la laringe se recomienda

rociar lidocaína e instilar aire para vaciar el canal de trabajo de

restos de la dosis. Se debe valorar la orofaringe, colocar el BF

centrado en el ángulo de la comisura anterior de las cuerdas

vocales y aprovechando una inspiración introducir el BF.

Para la exploración correcta de la vía aérea inferior debe

observarse el movimiento de la tráquea con la respiración,

la presencia de cartílagos, el eje de la misma, así como la

visualización de la carina. También valorar posibles compresiones

o desplazamientos, así como zonas pulsátiles, siempre revisando

el aspecto de la mucosa.

En caso de toma de muestras se realizarán del

segmento o lóbulo más afectado, siendo este el primero en

explorar. En RN menores de 1 kg se puede entrar hasta los

bronquios principales y visualizar la entrada a los lobares. En

mayores de 2.5 kg se puede examinar prácticamente todos los

segmentos excepto los de los lóbulos superiores. En lactantes de

6-8 kg o más se pueden ver todos los segmentos bronquiales.

Durante la retirada del broncoscopio se debe mantene

centrado, haciendo revisión de la pared posterior de la tráquea

para valorar la presencia de fístulas, revisar el espacio subglótico

y nasofaringe, así como aspirar el exceso de secreciones.

Indicaciones

Existen diversas indicaciones para BF (Tabla 1), dentro de

ellas se encuentran:

• Estridor persistente: Hay una coexistencia entre 17-

68% de lesiones de vía aérea superior e inferior. Entre

otros signos asociados destacan: estridor progresivo o de

aparición tardía, alteraciones de la deglución o el llanto,

dificultad respiratoria, apnea o desaturaciones o bien el

retraso ponderal.

• Sibilancias persistentes: Esto con el fin de descartar

patologías como los CE, malacias, compresiones

extrínsecas, malformaciones congénitas. Tiene indicación

cuando hay escasa respuesta a broncodilatador y

antiinflamatorio habitual. Se debe hacer tras el descarte

diagnóstico de fibrosis quísitica y en algunos casos de

asma.

• Tos crónica: Está indicada en los casos de pacientes

con estudios de imagen, espirometría y datos

hematológicos normales y sin respuesta a las medidas

terapéuticas adecuadas. Con el fin de la búsqueda de

etiología infecciosa

• Hemoptisis: Con el fin de localizar el punto del

sangrado, además de instilación de adrenalina local o

hacer un taponamiento en caso de sangrado cuantioso.

Cuando se tiene la sospecha de hemorragia pulmonar

difusa se puede hacer hemosiderófagos en lavado

broncoalveolar (LBA).

• Alteraciones en la fonación: Para descartar parálisis o

paresia de cuerdas vocales, así como disfunción de las

mismas.

• Sospecha de aspiración de CE: Se usa como técnica

complementaria para la BR, permite evaluar zonas a la

cuales el BR no llega, así como las lesiones residuales.

• Atelectasias persistentes: Cuando no resuelve con

las medidas convencionales, nos sirve tanto para el

diagnóstico como para el tratamiento.

• Neumonía

recurrente:

Descartar

alteraciones

anatómicas, así como para la toma de muestras de LBA

para realizar cultivos.

• Extubación fallida: Para descartar una estenosis

subglótica por la intubación, zonas malácicas, lesiones

secundarias a la aspiración de secreciones a través del

tubo endotraqueal. Lesiones por aspiración de cáusticos

o tóxicos.

• Anomalías anatómicas o compresiones extrínsecas:

para su diagnóstico y planificación de tratamiento.

• Evaluación del paciente crónico con traqueostomía:

Para medir la distancia entre el estoma cutáneo y la

carina, así como evaluar la presencia de granulomas.

• Tuberculosis pulmonar: Evaluar la presencia de

granulomas endobronquiales, compresiones extrínsecas

por adenopatías, así como la realización de LBA para la

detección de micobacterias.

• Fibrosis quística: Para LBA para estudio microbiológico,

sobretodo en niños en quienes no se logra obtener muestra.

• Intubación en vía aérea difícil: Pacientes con

alteraciones en el macizo facial.

• Administración de medicamentos: Dornasa alfa en

atelectasia, anfotericina B, surfactante pulmonar o bien

adhesivos para el cierre de fístulas.

CONCLUSIONES

La broncoscopía se ha vuelto una herramienta

fundamental en el ejercicio de la práctica del Neumólogo

Pediátrica. El uso de la broncoscopía rígida es muy específico y le

da al especialista una herramienta para el diagnóstico de ciertas

patologías, a su vez se convierte en un método terapéutico, tal es

el caso del cuerpo extraño, donde su relevancia es fundamental.

Así mismo la broncoscopía flexible cada vez adquiere mayor

importancia, alcanzando zonas donde el broncoscopio rígido no

es capaz de llegar, pudiendo hacer cada vez más procedimientos

minimamente invasivos. Cada vez más van surgiendo nuevos

métodos para mejorar la calidad de los procedimientos como la

videobroncoscopía que se considera el broncoscopio de tercera

generación, con la cual se obtienen imágenes muy nítidas. Sin

embargo la decisión del uso de una u otra va de la mano con las

indicaciones, pero no están ajenas entre ellas, pudiéndose usar

también de manera complementaria.