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Neumol Pediatr 2017; 12 (1): 5 - 8

C o n t e n i d o d i s p o n i b l e e n h t t p : / / www. n e umo l o g i a - p e d i a t r i c a . cl

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Cánula nasal de alto flujo en pediatría

IC 0.20-0.89, p = 0.02 respectivamente). Asimismo, en un

estudio retrospectivo realizado en una unidad de cuidados

intensivos (UCI) (23) se comparó el porcentaje de intubación en

115 lactantes menores de 24 meses con bronquiolitis entre el

período previo y posterior a la introducción de CNAF. Se observó

que el porcentaje de intubación disminuía de 23% a 9% en el

período posterior a la introducción de CNAF, con un OR 0.32 (IC

0.11 – 0.97, p = 0.043), incluso si se controlaba por edad, peso

y presencia de VRS. Observaron también que el promedio de días

de estada en UCI disminuía de manera considerable (6 a 4 días).

Schibler y cols, observaron también que en lactantes < 24 meses

cursando bronquiolitis, el porcentaje de intubación disminuía

de 37% a 7% en un período de 5 años, coincidiendo con la

introducción de CNAF como parte del manejo de estos pacientes

(24). Destacable es que en ninguno de los estudios descritos

previamente se reportaron complicaciones secundarias al uso

de CNAF, sin embargo y aunque infrecuentes, se han descrito

algunas como distensión gástrica, úlceras nasales y síndrome

de escape aéreo (25).

Pese a lo promisorio de los estudios publicados a la

fecha (de los cuales sólo fueron comentados los más relevantes),

dos revisiones sistemáticas relativamente recientes concluyeron

que a la luz de la literatura existente, aún no habría evidencia

suficiente para establecer la seguridad o efectividad de la CNAF

en niños como apoyo respiratorio general o en bronquiolitis

en particular (26,27). En este contexto, el grupo australiano-

neozelandés recientemente publicó un protocolo de estudio

prospectivo multicéntrico randomizado, que comparará el

tratamiento estándar (oxígeno por cánula nasal a bajo flujo)

con CNAF en lactantes con bronquiolitis en 17 unidades de

emergencia, lo que finalmente permitirá dilucidar el real

beneficio de la CNAF en este escenario (28).

FACTORES PREDICTORES DE FRACASO

Estudios retrospectivos han mostrado que la respuesta

a CNAF se evidenciaría en los primeros 60 – 90 minutos de

iniciado el apoyo respiratorio, por lo que posterior a esto se

haría necesario evaluar escalar en el soporte respiratorio

(1, 4, 24). En un estudio de cohorte retrospectivo realizado

en dos unidades de emergencia pediátrica terciaria (29), se

evaluaron 498 pacientes menores a 2 años con diagnóstico de

insuficiencia respiratoria aguda (asma, bronquiolitis, neumonía

principalmente), que recibieron CNAF dentro de la primeras 24

horas. Al analizar ambos grupos se observó que un 8% de los

pacientes requerían intubación y que una frecuencia respiratoria

(FR) mayor al percentil 90 para la edad, una presión arterial

de dióxido de carbono (PaCO

2

) mayor de 50 mmHg y un pH

menor a 7,3 se asociaban independientemente a este fracaso.

Algo similar fue descrito en el estudio de Mayfield y cols (30),

quienes observaron que los pacientes no respondedores a CNAF

y que requerían cuidados intensivos, eran identificables dentro

de la primera hora de uso de CNAF mediante el monitoreo de

frecuencia cardíaca (FC) y FR.

Otro estudio retrospectivo realzado con 113 lactantes

ingresados a una Unidad de Cuidados Intensivos, comparó las

características de los respondedores y no respondedores a

CNAF, encontrando que los lactantes que no respondían a CNAF

presentaban mayor hipercapnia, menor taquipnea, tenían un

mayor puntaje de gravedad y mostraban pequeño cambio en su

condición basal post conexión a CNAF (31).

En este contexto, parece razonable plantear que

aquellos pacientes que previo a la conexión a CNAF tienen

retención de CO

2

(Ejemplo > 50 mmHg), pH < 7.3, una FR

mayor al percentil 90 para la edad o tendencia a bradipnea,

puntaje de gravedad elevado (Ejemplos PRISM, PIM2), tendrían

mayor riesgo de fracasar con esta terapia, pudiendo agregarse

entre estos factores -según experiencia de nuestra unidad

(32)- el compromiso radiológico condensante de más de un

cuadrante pulmonar. Del mismo modo, aquellos pacientes que

ya conectados a CNAF no evidencian mejoría en el puntaje de

dificultad respiratoria (FR, FC, signos de dificultad respiratoria)

dentro de los primeros 60 a 90 minutos de terapia, también

debieran considerarse como no respondedores a CNAF.

USO DE CNAF FUERA DE UNIDADES CRÍTICAS

Con el objetivo de evaluar la seguridad y el impacto

clínico del uso de CNAF en salas de emergencia, un estudio

evaluó de manera prospectiva a 61 lactantes con diagnóstico

de bronquiolitis en quienes se utilizó CNAF a 2 l/kg/min. Estos

lactantes fueron comparados con una cohorte retrospectiva de 33

pacientes con bronquiolitis que habían recibido terapia habitual,

constatando que el uso de CNAF en la sala de emergencia era

segura y que su implementación en este lugar podría disminuir

las admisiones a UCI. Es importante destacar que este estudio

pretendía ser randomizado y controlado, sin embargo el comité

de ética de la institución rechazó el diseño original debidoa que

la CNAF ya se consideraba un estándar de cuidado en ese centro

(30).

Del mismo modo, González y cols, evaluaron

prospectivamente a 25 lactantes ingresados a sala básica con

diagnóstico de bronquiolitis moderada-severa y que habían

sido tratados con CNAF en ese lugar, dada la disponibilidad

de este sistema de apoyo respiratorio. Observaron que estos

lactantes presentaban una mejoría clínica significativa, lo que

acompañado de la seguridad de esta técnica (no se reportaron

complicaciones), su fácil manejo y buena tolerancia, evitó el

ingreso a UCI de estos pacientes (33). Similar reporte hacen

Bressan y cols, luego de analizar a 27 lactantes con bronquiolitis

moderada-severa hospitalizados en sala pediátrica quienes

fueron tratados con CNAF. Ninguno de ellos requirió ingreso

a unidades de mayor complejidad para escalar en apoyo

respiratorio, así como tampoco presentaron complicaciones

secundarias a esta terapia (34).

CONCLUSIÓN

Si bien la evidencia que respalda actualmente

el uso de CNAF es alentadora, aún es insuficiente para

consolidarla formalmente dentro del resto de las terapias de

soporte respiratorio. Sin embargo, su facilidad de instalación,

mantención y seguridad aparente ha determinado que en varios

centros su uso se considere ya un estándar de cuidado “off-

label”, factible de utilizar en unidades de menor complejidad,

con la consiguiente descompresión de unidades críticas, más