Previous Page  8 / 68 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 8 / 68 Next Page
Page Background

Tomo VI Vol. III N˚1-2-3 · 2012 · Santiago - Chile

Con estos elementos clínicos se derivó al servicio

de urgencia, con diagnósticos de: obstrucción

de rama de arteria retinal ojo derecho, paresia

braquial izquierda, observación accidente

cerebro vascular (ACV) en evolución, de causa

probablemente embólica.

Luego de su hospitalización, el estudio de

ecodoppler carotídeo concluyó ateromatosis

de arteria carótida interna derecha de carácter

severo, con oclusión del lumen mayor del 70%

y placa ateromatosa parcialmente desprendida

(blanda). (Fig. 2). Se practicó resonancia nuclear

magnética con protocolo Stroke, que evidenció

múltiples infartos agudos cortico subcorticales

hemisféricos derechos, de núcleos grises centrales

y capsulares derechos, que impresionaron de

origen embólico.

En los días siguientes se practicó endarterectomíade

carótida interna derecha, evolucionando en forma

favorable, con recuperación gradual y completa

del cuadro parético de su brazo izquierdo.

Con respecto a la evolución oftalmológica, en

el último examen practicado luego de 1 mes de

su cirugía carotídea, la AV se ha mantenido en

20/30 p y el paciente nota disminución subjetiva

del tamaño del escotoma. En el examen de fondo

de ojo todavía se observaba palidez residual del

sector retinal isquémico.

Actualmente el paciente se encuentra con

tratamiento de su dislipidemia, más antiagregantes

plaquetarios, en buenas condiciones generales,

sin otras secuelas más que el defecto parcial del

campo visual temporal del ojo derecho. (Fig.3).

COMENTARIOS

El caso en cuestión presenta un evento que aparece

en forma inesperada, en el contexto del post

operatorio inmediato de una cirugía de catarata,

que hasta ese momento había evolucionado

sin complicaciones, y que difícilmente se tenía

en mente. La mayoría de las veces el cirujano

esperará encontrar un cuadro de tipo local ocular

relacionado efectivamente con la cirugía, como

cuadros inflamatorios o infecciosos, pero muy

rara vez con un cuadro que pueda conllevar

riesgo vital, como un accidente cerebro vascular

en evolución.

En este caso la retina actuó, formando parte

del sistema nervioso central, como blanco de

un cuadro embolígeno carotídeo que había

permanecido asintomático hasta la fecha. De

esta manera, el examen y valoración del fondo

de ojo adquirió vital importancia, pues permitió

reconocer el cuadro y su derivación oportuna al

servicio de urgencia.

Afortunadamente la evolución ha sido favorabley

sin secuelas mayores, aunque el paciente requiere

tratamiento y seguimiento de por vida para

controlar tanto la dislipidemia subyacente como

el factor de agregación plaquetaria.

COMPROMISO OCULAR EN ENFERMEDAD

VASCULAR 1,2

Desde el punto de vista clínico, el ojo constituye

un órgano objetivopara la enfermedad

vascular embólica, por lo que el examen de la

microcirculación retinal ofrece una oportunidad

invaluable de valoración, pues se conoce

ampliamente la relación entre los hallazgos del

fondo de ojo y el riesgo de padecer un ictus.

El compromiso usualmentees unilateral. Estos

eventos son infrecuentes en la población general,

con una prevalencia que oscila entre el 0,2 y el

1,4% en los adultos mayores de 40 años.

A pesar de que la amaurosis fugax (AF) constituye

el síntoma clásico de sospecha de esta enfermedad,

la patología oclusiva carotídea puede manifestarse

en el ojo de múltiples formas: embolía completa

de la arteria central de la retina, oclusión de rama

de arteria retinal, síndrome isquémico ocular y

neuropatía óptica isquémica. Dependiendo de

los territorios comprometidos, se pueden producir

síndromes oculomotores y manifestaciones

clínicas corticales y subcorticales complejas. La

AF de un lado puede combinarse en el mismo

episodio o sucesivamente, con un trastorno

motor o sensitivo del hemicuerpo contralateral,