

capítulo 2: Semiología
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En condiciones adecuadas, posición erecta o sentada, normalmente la fontanela anterior se palpa
blanda y plana. Su aumento es signo de hipertensión intracraneana. La fontanela posterior ubicada
en la unión de la sutura sagital y lamboídea, se palpa solo ocasionalmente al nacer. La persistencia
de esta fontanela se considera un signo de sospecha de hipotiroidismo.
Al nacer suele observarse un edema localizado en la zona de apoyo en el canal del parto (caput
succedaneum) que desaparece al cabo de 24 a 48 horas. Puede confundirse con un cefalohe-
matoma, que persiste por varios días. Excepcionalmente en partos traumáticos puede observarse
heridas o laceraciones de cara y cráneo, derivadas de maniobras del parto, aplicación de fórceps
e incluso cesárea. Otras modificaciones plásticas de cabeza y cráneo suelen desaparecer dentro
de las siguientes horas. La aplicación del fórceps puede lesionar el nervio facial por presión en
la zona preauricular observándose caída del ángulo de la boca con el llanto. Debe aplicarse las
correspondientes tablas estadísticas para definir, de acuerdo a la edad gestacional, una micro o
macrocefalia. Una deformación asimétrica persistente del cráneo puede sugerir una craneoesteno-
sis, incluso aunque el tamaño de la fontanela y la medición de la circunferencia cefálica progrese
aceptablemente.
En el período de lactancia y niño mayor debe continuar la medición de la circunferencia ce-
fálica, al menos mensual y en caso de duda semanal. La cabeza que crece anormalmente alta,
requiere evaluación para confirmar o descartar una macrocefalia. Es muy conveniente tomar
la circunferencia cefálica de ambos padres, dada la posibilidad de una megaencefalia familiar
benigna. Suele observarse deformaciones y asimetrías por vicios posturales prolongados de la
cabeza. En niños con compromiso neurológico (convulsiones u otro), se sugiere la palpación y
auscultación del cráneo en busca de una anomalía vascular, aunque puede auscultarse murmullo
en condiciones normales y fiebre.
La cara en período de lactancia y niño mayor es de importancia. Se describe la facies tosca,
característica de algunas anomalías como hipotiroidismo, síndrome de Down, síndrome de
Beckwit-Wiedeman y después del 6° mes de vida mucopolisacaridosis. Es de importancia evaluar
la distancia interpupilar, en busca de hipertelorismo (síndrome de Opitz y otros). Se ha descrito la
facies adenoidea en el preescolar o escolar respirador bucal, con labios entreabiertos e incisivos
en forma de paleta. Es difícil el diagnóstico diferencial de la presencia de una masa cervical en
la región parotídea, pudiendo corresponder a una parotiditis viral, bacteriana, adenitis regional
o intraparotidea y algunas malformaciones de la zona, especialmente anomalías branquiales y
linfovasculares. Hoy en día se recurre con frecuencia a una ecografía local para aclarar dudas
diagnósticas. En el niño es poco frecuente la parotiditis por VIH.
Ojos
Tan importante como una adecuada evaluación de la cabeza y cara es la de los ojos. Inicial-
mente el neonatólogo debe observar la mirada del RN y el encuentro con su madre que es un
signo espectacular de bienestar de la diada (quite alert state o vigilia tranquila). Es frecuente el
edema palpebral por el parto, el colirio aplicado (sobre todo si su pH no es isolacrimal) o posi-
cional de los párpados en el período neonatal inmediato, que cambia de párpado de acuerdo a
la posición lateral del RN. También puede observarse presencia de hemorragias subconjuntivales
y epiesclerales focales o difusas, incluso rara vez hifema (sangre en la cámara anterior del ojo).
Transcurridas algunas horas del nacimiento puede observarse mejor las diversas estructuras del ojo,
debiendo reevaluarse otras partes. La presencia de opacidad de la córnea (glaucoma congénito),
partículas o bandas del cristalino, defectos específicos del iris (colobomas por cierre incompleto
de la fisura óptica embrionaria), todas estas anomalías y otras requieren de una pronta evaluación
por oftalmólogo. Puede haber un anillo peri irial de motas blancas (manchas de Brushfield), rara
vez observado en condiciones normales, siendo más propio del síndrome de Down. El examen
de la retina es difícil, al igual que el fondo de ojo y si el niño ha sido prematuro y sometido a
oxígenoterapia prolongada debe ser evaluado por un oftalmólogo entrenado en retinopatía del
prematuro. Es más fácil el examen oftalmológico del niño en los brazos de su madre y en posición
erguida. Es importante evaluar las hendiduras palpebrales en busca de blefarofimosis, que entre
otras causas puede deberse a un síndrome de
espectro fetal por consumo de alcohol en la
madre
. Puede observarse ptosis palpebral por variadas causas (síndrome de Komoto, Claude