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ANALES

OFTALMOLÓGICOS

Tomo VII • Vol. I • N˚1-2-3 · 2015 • Santiago - Chile

El ejercicio de la oftalmología se jaspea cada vez más con soluciones de continuidad,

generando brechas entre sofisticación técnica y las limitaciones de acceso a

instrumentos de alto costo. En países como el nuestro, de grandes desigualdades

socio-económicas y centralización geopolítica, se producen severos hiatos entre

recursos y resolutividad del sector público, por un lado, y la atención especializada en

centros e instituciones privadas por el otro.

La oftalmología, encargada de la salud de un órgano pequeño pero de extraordinaria

complejidad, ha sido pionera en el desarrollo de instrumentos diagnósticos, desde

el oftalmoscopio hasta la tomografía de coherencia óptica, y terapéuticos –desde los

injertos de córnea hasta la microcirugía y la inyección intravítrea de medicamentos.

Acoge, por ende, la precisión diagnóstica, la finura de la microcirugía, la potencia

de nuevos agentes farmacológicos, pero ha de considerar, también, la prudente y

criteriosa actitud terapéutica frente a nuevas propuestas de intervención.

La instrumentación se interpone cada vez más entre paciente y terapeuta, amputando

la reflexión diagnóstica, la sobriedad de tratamientos, la desatención a que el 40% del

gasto médico en nuestro país proviene del bolsillo.

El láser femtosegundos, opción quirúrgica con beneficios marginales en cuanto a

seguridad, reducción de complicaciones, delicadeza atraumática, es analizado en una

reciente publicación que entrevista a tres destacados oftalmólogos estadounidenses:

“¿Habrá suficiente reembolso para que valga la pena la compra? ¿Estarán los

pacientes dispuestos al pago adicional por el uso de la tecnología? ¿Cuánta

importancia le otorga el estatus económico de su paciente [para aconsejar e indicar

el uso de este láser]? ¿Acaso es lo mismo formular estas preguntas en Valparaiso

(Indiana, 30.000 valparisians) que a los 250.000 porteños de nuestro Valparaíso?

Las novedades tecnocientíficas provienen de investigación y desarrollo (I&D) realizadas

por potentes empresas de bioingeniería y gigantes farmacéuticos, cuyo objetivo

primordial es instalar sus productos en el mercado médico. La industria editorial y

publicitaria nos seduce a adquirir y aplicar estas ofertas, “estar al día”, practicar la

“oftalmología de avanzada”, obviando las brechas que plantean dos preguntas: ¿cuál

es la accesibilidad económica que instituciones y pacientes tienen de participar en

medicina de punta, considerando que instrumentación y medicación son de alto costo?

¿Y cuál es la relación beneficio/costo al perfeccionar métodos quirúrgicos que ya son

casi perfectos, de afinar diagnósticos limítrofes que solo nos acercan marginalmente a

la decisión de tratar, prevenir controlar o descartar?

Líneas editoriales escritas para una publicación que encuentra un nicho de

justificación en pensar y practicar la oftalmología desde el contexto de nuestra propia

realidad, asistiendo en elaborar nuestros propios criterios médicos, ser observadores

y eventualmente partícipes, pero no vasallos, de la galopante cabalgata innovadora.

Prof. Dr. Miguel Kottow

BRECHAS

E D I T O R I A L