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Editorial

En este contexto, la autoridad ministerial ha entregado el documento normativo “Asignación y uso

de los Campos de Formación Profesional y Técnica (CFPT), en el Sistema Nacional de Servicios de

Salud”. Esta normativa presenta numerosas incógnitas que aun no son aclaradas por la autoridad

sanitaria, estando ya expirado el plazo establecido por el mismo Ministerio de Salud, para tener todos

los convenios revisados y firmados. Entre algunas de las características relevantes, se destaca que

no debe haber más de dos Universidades en un mismo ESTABLECIMIENTO-CFPT, una prioritaria

y otra secundaria.

Por otra parte, estamos ad-portas que los hospitales inicien un modelo de autogestión, que les daría

notoria mayor autonomía, en relación a su situación actual. Pareciera que la voluntad general, es

esperar que este evento se materialice para proceder a firmar los nuevos convenios, de acuerdo a

los intereses y proyectos de cada CFPT.

Si bien la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile es la de mayor tamaño, desarrollo y

tradición en el País, que pertenece al mismo Estado al que pertenecen los Servicios de Salud, con

una historia de preocupación por los problemas sanitarios y que ha sido un pilar fundamental en

los niveles de salud logrados en la nación, con notorias y permanentes contribuciones y apoyo

asistencial, sin fines de lucro y con una clara orientación y compromiso social, llama profundamente

la atención que en el documento ministerial, no se observe una voluntad de salvaguardar y privilegiar

la histórica alianza docente-asistencial entre Ministerio y Universidad de Chile, o si es que hubo

alguna intención al respecto, esto no se percibe con ninguna claridad. Más pareciera que se privilegia

establecer convenios con entidades privadas que puedan hacer aportes económicos adicionales a

sus presupuestos.

Pareciera fomentarse una especie de licitación, con una mirada más bien en aspectos económicos y

con una visión de corto plazo, por las eventuales prerrogativas favorables que se pueden obtener, en

vez de favorecer en forma categórica la estrategia de unión de dos instituciones estatales con objetivos

coincidentes y que se requieren y se potencian, siempre en el beneficio del país y su gente.

Llama también la atención la asimetría actual de ambas instituciones. Mientras el estado ha

aportado cuantiosos y muy justificados recursos en los Servicios de salud, la educación superior

estatal ha sido dilatadamente postergada y en la actualidad menos del 20 % del presupuesto de la

Universidad de Chile, nuestra institución, es aportado por el Estado. Este nuevo escenario plantea

un nuevo desafío para nuestra querida Universidad de Chile, que ha sabido sortear ya numerosas

dificultades a lo largo de su historia y así seguir aportando al desarrollo de Chile.

A la tradicional capacidad de revisión crítica de las prácticas clínicas, la labor asistencial de sus

cuadros académicos y al desarrollo e incorporación de nuevo conocimiento, hoy la Universidad de

Chile se compromete a renovar la relación docente asistencial entendiéndola como una alianza de

desarrollo mutuo y no como una prestación de servicios a terceros. Es de esperar que los Servicios

de Salud, así como los Directores de Hospital valoren este aporte efectivo y de largo plazo de la

Universidad de Chile a sus instituciones y a la Nación.

Dr. Renzo Tassara Oliveri

Profesor Asociado

Director Académico HSJD

Facultad de Medicina

Universidad de Chile