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CONCLUSIONES

Nuestro trabajo constituye un estudio de

cohorte retrospectivo que compara dos

grupos de pacientes similares en cuanto a

edad, AV inicial, clasificación y ubicación

del TOA, que requirieron una o más VPP

posterior a éste. En uno de los grupos se

utilizó BE asociado a la VPP, mientras que

en el otro esto no se realizó (VPP sin BE). Las

razones para la indicación de la BE fueron

determinadas por el tratante ya que no existe

un protocolo de selección actualmente en

nuestro servicio.

Nuestros resultados sugieren que el uso de

BE no afectaría el pronóstico visual de este

tipo de pacientes como tampoco el riesgo

de re-DR. Sin embargo, estaría asociada

con algunos eventos negativos como una

mayor tasa de VPP, con un incremento del

80% del número de VPP por paciente. En

efecto, el porcentaje de pacientes del grupo

BE que requirió más de una VPP duplica el

del grupo control. Consistentemente con lo

anterior, el número de ojos sin alteración en

el seguimiento final fue significativamente

mayor en el grupo control y el grupo tratado

presentó mayor porcentaje de MER, Catarata

traumática (CTr), Queratopatía en banda (QB)

y Pucker. Esta última eventual desventaja

del uso de BE en nuestra experiencia es de

un escaso valor, ya que el número absoluto

de pacientes evaluados en los cuatro tipos

de complicaciones es muy pequeño, lo que

tampoco permite evaluar la significación

estadística de estos datos.

Actualmente existe gran controversia respecto

del manejo del TOA, en diversos aspectos como

el uso profiláctico de antibióticos, criopexia

y BE, como también en el tiempo ideal para

la VPP

(10, 12)

. Estas controversias permanecen

inconclusas y no se han conducido ensayos

prospectivos para resolverlas, por lo que toda

la experiencia actualmente se reduce a unos

cuantos trabajos retrospectivos. Arroyo y

cols.

(13)

ya en el año 2.000 consideraron

que podría existir un rol para el uso de

BE profiláctica a partir de su experiencia

retrospectiva en 125 ojos con TOA. Al igual

que nosotros ellos no encontraron diferencias

en el resultado visual de ambos grupos

de pacientes, como tampoco observaron

diferencias significativas en el desarrollo de DR

subsecuente. Sin embargo, en este estudio un

gran número de pacientes en que inicialmente

no se utilizó BE, la requirió con el tiempo,

concluyendo el posible rol de su aplicación

en forma profiláctica. Posteriormente, este

mismo autor condujo un estudio de similar

diseño, pero incluyendo un número menor

de pacientes y muestras pareadas

(14)

. En este

estudio se demuestra claramente el beneficio

de la BE profiláctica tanto por una mejoría en

la AV como en el resultado anatómico, con

un menor desarrollo posterior de DR.

Una posible explicación a nuestras

observaciones de relativa desventaja en el

uso de BE podría constituirla el hecho de que

es posible que exista una menor prolijidad en

el pelamiento de la base vítrea por parte del

cirujano en los pacientes en que se instaló

BE. Por otra parte, nos parece también

factible el mayor uso de aceite de silicona

en los pacientes en que no se instaló BE.

Adicionalmente, en nuestro caso particular

la VPP e instalación de BE es efectuada

por diversos cirujanos del Servicio, los

que tienen distintos niveles de experiencia

y habilidad técnica. Al analizar nuestros

datos con detención podemos observar que

las principales diferencias que explican el

mayor número de VPP del grupo tratado

corresponden al desarrollo de PVR y MER.

Este mayor desarrollo de complicaciones del

Anales Oftalmológicos

Tomo V Vol. IV N˚2 2008 Santiago - Chile